Hay disfraces para todos… Pero, cuidado, no dejen entrar a los comunistas, cierren
bien la puerta…
Pablo Neruda
La lucha por la defensa de los libros gratuitos no es de ahora, no empezó a inicios de la década de 1960 en que comenzó su reparto, tampoco en la Constitución de 1917 o la de 1857, inició en la Independencia al despojar a los curas de su mayordomía sobre la educación.
Los libros comunistas
En redes sociales, algunas personas me preguntaron que qué opinaba de los libros comunistas, respondí que desconocía el contexto ese en donde una televisora del grupo de medios de difamación enojados con este gobierno -y concesionada por el Estado- salió a llamarlos así y alertaba del peligro que representaban para la infancia mexicana (esa que tanto les preocupa);en estos días me puse a leer al respecto, escuchar y leer pedagogos y maestros, y a revisar los libros que amablemente me compartieron para poder hacerme de una opinión que pudiera argumentar (por cierto que en el camino vi dos videos de pregoneros de TV Azteca a cual más de penosos. Así que esta es mi opinión:
La divido en tres partes:
- La coyuntura
- La lucha histórica por la Educación
- Los libros.
La coyuntura
Estamos en periodo preelectoral, en la 4T y en el frente opositor se está en el proceso de elegir al candidato que represente a cada una de las dos fuerzas políticas en México, de un lado tenemos a tres o cuatro candidatos placeándose para convencer que su propuesta es mejor que la otra, tres de ellos son magníficos contendientes y uno de ellos nos representará y será la próxima mujer u hombre presidente; del otro lado se esfuerzan en inventar una figura que les arrime unos cuantos votos para que tengan fuerza en las cámaras de diputados y senadores para intentar bloquear los cambios que saben les vienen a partir del 2024, por lo que cualquier tema que les ayude (o crean que les ayuda) para denostar a este gobierno, para posicionarse, para atraer capitales que financien sus campañas será usado por los conservadores en esta batalla; los libros es uno de ellos.
- Un grupo de empresarios editoriales, de México y España que –previa mochada (como lo fueron así todas las formas de gastar y repartirse el presupuesto público)- fueron favorecidos con la fabricación de libros de texto en los sexenios del contubernio prianista, y hoy que ven perdido su negocio le buscan tres pies al gato.
- Un séquito de abajo-firmantes e “intelectuales” acostumbrados a creerse la luz de la educación y pensamiento nacional, se ven relegados de la producción de estos libros y se dan cuenta que su criterio de intelectuales mercantiles, ya no volverá a convertirse en negocio de la educación pública.
- Un empresario, Salinas Pliego, concesionario de televisión, conocido evasor fiscal, que nos debe a los mexicanos una suma de alrededor de 30 mil millones de pesos de impuestos, que pelea en tribunales para evitar pagarlos; intenta chantajear a este gobierno (parece olvidarse de a quién se enfrenta) para que le condone sus deudas lanzándole una campaña mediática como la que estamos viendo.
Ese es el contexto de este tema, el pasticcio que debemos conocer para poder entender la habladuría de los “libros comunistas”.
La lucha histórica por la Educación
No podemos olvidar que el neoliberalismo, por su propia esencia mercantilista, no invirtió en educación pública mientras gobernó el país, lo que sí hizo fue perseguir judicial y violentamente a los maestros. Partiendo de esto, que es público y comprobable, ¿Quién puede creer que tenga una real preocupación por los libros de texto, por sí mismos? La escuela pública, históricamente, nunca ha importado a los conservadores, más bien se oponen a ella, a su laicidad, a su gratuidad y en consecuencia a los libros de texto.
¿Que no les gustan estos libros de texto gratuitos? No, ni estos ni ningunos. Su posición sobre este tema es la misma que han mantenido desde que éstos existen a partir de 1959 en que se creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos bajo el gobierno del presidente López Mateos. Esta premisa, así como el contexto político-electoral en el que estamos y la historia sobre la lucha histórica por la educación, nos ayuda a entender cómo llegamos a este punto de decir que los libros de texto actuales son comunistas.
A partir de la Independencia, la educación dejó de ser un bien exclusivo a cargo de los curas católicos (el escenario ideal de la derecha mexicana). Se convirtió en un bien público que buscaría impulsar el desarrollo nacional, pero por razones económicas y sociales del momento, este fin buscado llevaría años para que fuera una realidad, o se acercara a una realidad.
Con las Leyes de Reforma, que separa la Iglesia del Estado, se le da un casque más a los curitas dueños de la decisión de quienes, qué y cuándo podían estudiar los niños mexicanos; conforme pasan los años el Estado asume cada vez más el control del proceso educativo, aunque el contexto socio-económico y de comunicaciones hizo difícil que se implementara por completo; pero por lo menos las leyes ya adelantaban el camino a seguir.
En la Constitución liberal de 1857, se estableció la libertad de enseñanza y de credos, puso en el papel ambos elementos fundamentales para lo que seguía en términos de libertades. Porque en esos años decir que cualquiera puede estudiar y cualquiera puede creer en lo que desee, es de una avanzada tremenda.
Pero, en medio de la dificultad de las guerras, de la falta de recursos, de las invasiones extranjeras, del poder fáctico de la iglesia y del conservadurismo, el proceso educativo se mantenía muy lejos de poder sacar del analfabetismo a la gran mayoría de la población. Al iniciarse el siglo XX, la educación aún respondía con exactitud a los intereses del régimen político en el poder: tener a la mayor parte de la población sumida en la ignorancia para que no pudiera exigir sus derechos.
En la constitución de 1917 el artículo tercero que trata sobre la Educación fue uno de los que mayormente crearon discusión; había quienes se oponían a que la Iglesia pudiera participar del todo en la Educación y quienes favorecían que en escuelas privadas pudieran participar (casi que como en la constitución del 57). El tema educativo siempre ha sido una lucha entre Iglesia/Reaccionarios y el Estado, aún ahora en 2023.
Por eso no sorprende que el diputado Alfonso Cravioto, miembro en el Congreso Constituyente de 1917 y quien fue uno de los principales promotores y redactores del artículo tercero –de la Educación- inició su defensa para defender el proyecto carrancista de esta manera: “Si cuerdas faltan para ahorcar tiranos, tripas de fraile tejerán mis manos”; y les dijo: cito esto para que la Asamblea se dé cuenta de mi criterio absolutamente liberal. A más de 100 años de distancia coincido con él porque en las grandes decisiones, en los fundamentos de país, no puede haber medias tintas, se es o no se es.
Como resultado de los debates y enfrentamientos la redacción del Artículo tercero quedo así: «Art. 3. La enseñanza es libre; pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y superior que se imparta en los establecimientos particulares. Ninguna corporación religiosa, ni ministro de algún culto, podrán establecer o dirigir escuelas de instrucción primaria. Las escuelas primarias particulares sólo podrán establecerse sujetándose a la vigilancia oficial. En los establecimientos oficiales se impartirá gratuitamente la enseñanza primaria.»
¡La Constitución Política de 1917 definió así el carácter y el contenido de la educación!: que sería laica, obligatoria y gratuita, sin injerencia de las iglesias, por lo que el proceso educativo estaría controlado y dirigido por el Estado. (En lenguaje actual de TV Azteca, Marko Cortés, prianistas, freenistas y demás cavernarios significa: Comunismo)
La historia de la educación en México es una en la que el conservadurismo intenta (con éxito en muchas ocasiones) apropiarse del modelo educativo para convertirlo en negocio, para mantener en la ignorancia a la población y mantener así su grupo de votantes pegados a las televisoras. ¿Por qué actuarían distinto respecto a los libros gratuitos?.
Desde 1917 a la fecha ha pasado mucha agua bajo el puente, diversas reformas ha habido, los conservadores y la Iglesia siguen en sus afanes privatizadores; las reformas posteriores, particularmente la del 2012 del Pacto por México que firmaron PRI, PAN y PRD, fueron en el mismo sentido: confrontar la educación pública, laica y gratuita.
Los libros
Algo muy bueno debe pasar con estos libros si la Unión Nacional de Padres de Familia (la misma que en 1961 rechazó los libros de texto gratuitos y la laicidad de la educación porque es el camino al comunismo) se junta con Rosario Robles, Claudio X González, Héctor Aguilar Camín, Ciro Murayama, Guadalupe Acosta Naranjo, Claudia Ruiz Massieu y unas 200 personas más para inconformarse, quiere decir que el camino es el correcto. Nada que ellos aplaudan sería bueno para el país.
Cuando el presidente López Mateos forma la Comisión Nacional de libros de texto gratuitos en 1959, la Unión Nacional de Padres de Familia se opuso a la implantación del libro de texto, y se unieron a su demanda el Partido Acción Nacional, el Movimiento Cristiano y la jerarquía católica. En 2023, el Partido Acción Nacional y la Unión Nacional de Padres de Familia dicen que no permitirán que los libros de texto gratuito sean distribuidos, porque afectarían la mente de las y los estudiantes de educación básica con sus contenidos y pensamientos comunistas. ¡Son los mismos haciendo lo mismo!
De comunistas no les encuentro nada, es una vil mentira que hace ruido, será que no del comunismo soviético y tenga yo que revisar si corresponden a otra cosa que los reaccionarios llamen comunismo. Los libros se hicieron con la participación de especialistas, académicos y maestros, se realizaron 925 foros, pasaron por un largo proceso. Los opositores en vez de leerlos, analizarlos y entender el modelo educativo planteado prefieren descartarlos llamándoles “libros comunistas”, lo que para sus seguidores y votantes es maná caído del cielo.
Es mentira también que desaparezcan las matemáticas, que sean adoctrinadores, que tengan contenidos peligrosos o que hagan mal uso del lenguaje; lo que cambia es que ahora a las matemáticas se suman otros saberes, que se rompen paradigmas y se promueve el pensamiento crítico, la apertura y el debate, se desmitifica la sexualidad, se promueve el respeto a la diversidad, se reconocen las variantes de las lenguas y se promueve la interculturalidad.
Dice el especialista Felipe Ávila: El nuevo modelo pone en el centro el fortalecimiento del tejido social, de la comunidad, de la solidaridad, del humanismo a partir de un método pedagógico que desarrolla los conocimientos y saberes a partir de problemas, y del trabajo colectivo en el aula, entre alumnos, junto con los maestros y junto también con los padres de familia. (Lo que significa en lectura irracional: Comunismo)
Dice Ricardo Peralta: “Los libros de texto actuales, los de la polémica, ya no utilizan el ejercicio de memorizar lo que cada disciplina presentaba, ahora se utiliza la razón para traducir procesos abstractos a una manera lógica; un método de enseñanza-aprendizaje, igual al que se aplica en Finlandia, mismo que se considera el más prestigioso a nivel mundial” (Lo que significa, en lenguaje chumelista, panista, reaccionario, opositor: Comunista)
No importa que el actual jefe panista pida mandar los libros a la hoguera, no importa que 4 gobernadores panistas digan que en sus estados no usaran esos libros rojos; lo importante es que en los libros se habla de temas reales, de temas sociales, biológicos y científicos reales: se habla de menstruación y se habla de tipos de familias, se habla de derechos sociales y se habla de luchas históricas y guerrillas, se habla de fraudes políticos y se habla de corrupción.
Conclusión:
Una vez más el escándalo mediático es el sustento del discurso opositor. El gobierno está haciendo sesiones vespertinas explicando cual fue la hoja de ruta para el desarrollo de estos libros, acuden los especialistas que participaron y exponiendo los criterios que se tuvieron; tal vez el gobierno debió hacerlo antes, haberse adelantado al ataque mediático del evasor de impuestos Salinas Pliego. Sí, tal vez sí.
¿Que son perfectibles los libros? Claro que sí, como todo en la vida. ¿Que es un traspié tener una veintena de erratas entre los 36 libros y miles de hojas? Sí, lo es, los maestros deberán aclarar que Benito Juarez no nació un 18 de marzo sino tres días después, el 21.
En este proyecto de país, las bases y los cimientos son construidos por los mexicanos que quieren un mejor país para todos; en esta construcción de ideas y fundamentos de la Cuarta Transformación y que encabeza López Obrador, como lo es la creación de este modelo educativo, No pueden participar los obstruccionistas y antiamlo, su participación debe acotarse en lo que puedan incidir con la suma que les de sus votos cuando se requiera una votación, nada adicional que eso. Ni modo que el presidente Carranza, al convocar al congreso constituyente para la Constitución de 1917, hubiera dejado participar a conocidos asoladores a su gobierno, o dejara que conocidos herederos de latifundistas definieran la tenencia de la tierra, o dejara que los voceros de las iglesias tuvieran voz en la redacción del Constituyente que nos rige.
Y una vez más, en este como en muchos otros temas, no podemos olvidar a Monsiváis cuando decía: “La hipocresía es la verdadera doctrina de la derecha.”