4T, México

Adiós y gracias.

La última y nos vamos.

Esta columna, la última en este tramo histórico, pude no haberla escrito, ya todo está dicho, las cartas, desde hace tiempo, están sobre la mesa y cada quien conoce el juego que construyó. México es un país distinto al de hace 6 años, evolucionó bajo un proyecto disruptivo y transformador que modificó formas esenciales de gobierno, de cultura y de sociedad.  Esta columna la escribo porque es necesario explicar dos palabras: Adiós y Gracias.

Hay varios adioses de qué hablar, empecemos por el principio (frase que no dice nada y dice todo):

Adiós Presidente. Llegó la hora de su partida, el martes le regresamos la libertad de su tiempo y espacio que tuvo a bien darnos durante seis años. Cuando empezó su gobierno usted dijo que cuando terminara su sexenio se retiraría de la vida pública y regresaría a su pueblo. Sus malquerientes han dicho, no una, sino mil veces, que usted se reelegiría y que se convertiría en el nuevo dictador del país, en esta apreciación fallaron también, como lo han hecho en cada una de sus hipótesis sobre su gobierno y sus políticas. Deben estar comiéndose las uñas en estas últimas horas para que les cumpla el fario y no queden -una vez más- en el ridículo de no haberle atinado a nada.

Pero, así como dicen una cosa, dicen la otra; precisamente la opuesta, sin darse cuenta de la contradicción permanente en que ha transcurrido la vida sexenal oposicionista. No se irá porque es dictador, pero se va porque ya ellos le ordenan que se vaya. Y así, con eso de que les gusta endiosarlo cuál mesías krauziano, “In saecula saeculorum”

Decir adiós es esencialmente una despedida, una que hay que hacer ahora que se retira; para mí y sé que para muchos más, decirlo es algo hondamente nostálgico, implica por necesidad que hay que asumir la conciencia de que no estará; significa que pensar en el compañero Andrés Manuel será pensar en el silencio y la ausencia. Pero esa ausencia será para quienes nos quedamos satisfechos con su trabajo, para usted es la tranquilidad del retiro después de la tarea cumplida.

Adiós también a su estilo de gobierno, ese que rompió los esquemas tradicionales del boato y la ostentación; y si dejo de personalizar lo que me significa decirle adiós, me quedo con esto: se va una forma de plantarle cara a quienes desean que le vaya mal a este país; una forma de ponerles un espejo al frente que refleja su miseria clasista.

Gracias, es la otra palabra de la que hay que hablar, cuando Octavio Paz recibió el premio nobel en 1990 inició diciendo lo siguiente: “Comienzo con una palabra que todos los hombres, desde que el hombre es hombre, han proferido: gracias. Es una palabra que tiene equivalentes en todas las lenguas. Y en todas es rica la gama de significados…”

Gracias por el resultado de su trabajo, por haber sacado de la pobreza a millones de mexicanos, por haber logrado disminuir la desigualdad; con esas dos cosas sería suficiente para que se retire con el agradecimiento público, sin embargo, hay mucho más, resalto la revolución que sus políticas provocaron en el reparto de la riqueza nacional, logró lo que decían que no se podía al modificar la distribución de los recursos públicos.

Le agradezco también por “aguantar vara” de los que no le (nos) quieren, de los que evaden impuestos creyendo que es la forma «inteligente» de hacer negocios; de los que en los sexenios anteriores  se sirvieron con la cuchara grande de los presupuestos públicos y se llenaron de riquezas y concesiones; de los que venden su pluma para, en su “libertad de expresión”, decir o callar lo que el que les paga ordena; de los más papistas que el papa; de los más españolistas que el Cid campeador; de los vendepatrias en general que prefieren que las empresas públicas se transfieran al extranjero; de los whitexicans, wanabis y demás fauna.

Por mi parte, también yo digo adiós, esta es mi última columna; con esta concluyo mi comunicación semanal de manera escrita en mi blog https://dedogmasyrenuncias.com/ . Cuando inició este gobierno y entendiendo su origen y las vicisitudes a las que se enfrentaba, supe que, para mí, sería necesario hacer la crónica semanal de los temas y eventos que se presentarían. Sabía que nos encontrábamos acompañando a un modelo político y social que trascendería por sobre la historia de las últimas décadas del país, un esquema nuevo, radical, que “finalmente” ponía por delante el beneficio de las mayorías.  

La selección de las columnas más pertinentes y que en conjunto plantean lo que sucedió en este sexenio dieron forma al libro que acabo de publicar https://nonosllamenchairos.com/

Y también digo gracias, por la oportunidad de haber sido ciudadano partícipe de este movimiento transformador; por habérseme permitido estar de este lado de la historia, ese lado que piensa que México es grandioso y que tenemos los recursos para ser un mejor país, que sabe que no es que falte dinero sino que sobran neoliberales; que sabe que el mundo se rige por el poder económico de élites económicas con la fuerza suficiente para comprar gobernantes pero que hay un pequeño resquicio de dignidad y soberanía al que apelar y por el que luchar en todo momento para alejarnos de ello. Eso es lo que hizo este gobierno y esta es mi participación.

Leonard Cohen escribió: “A veces uno sabe de qué lado estar simplemente viendo quiénes están del otro lado”. Esta sacudida transformadora que vive el país nos llevó a situarnos de un lado o del otro, muchos, la mayoría del país -como lo hemos visto en los resultados electorales- bajo una politización que nos recuerda la historia, nos explica el presente y nos da fortalezas para el futuro; y los otros, los menos, los que derivado de su cerrazón, ingenuidad y clasismo han perdido de manera muy importante representación política, bajo una polarización que les enfrenta al otro, al que no piensa como ellos.

Si hay que hacer un corte de caja, un balance para saber si valió la pena la exclusión social, laboral y familiar- que muchos padecimos- por parte de esos menos a quienes somos más, la respuesta solo la tiene cada uno porque las consecuencias fueron de muchas magnitudes, violencia económica, psicológica o física; en mi caso para mí la respuesta es muy clara, sí, sí valió la pena. Muchas personas entendieron el cambio, entendieron sus virtudes y a pesar de no estar de acuerdo en poco o en mucho, respetaron el intercambio de ideas, permitieron el diálogo entre partes y se atrevieron a argumentar con el otro, a esos hay que agradecerles su acompañamiento. Hubo quienes optaron por la indiferencia, el apartamiento o el pleno agravio, a ellos también mi agradecimiento, me dieron una lección de vida, nadie sobró, pero también nadie faltó.

Y concluyo con las gracias a quienes han leído, compartido y comentado estas columnas, casi medio millón de lecturas, es muy satisfactorio haber conocido en redes sociales y en persona a grandes compañeras y compañeros en este movimiento que es de todos; incluso de los que no aceptan que sea de ellos pero que sí disfrutan de mejores ingresos, prestaciones y que van a formarse a recoger los apoyos sociales que este gobierno convirtió en derechos para todos y llevó a la Constitución.

Estándar
4T, Futuro, Morena, Partidos políticos

La MORENA del 2o piso

No está de más recordar que sólo en la coherencia se dignifica la política.

El ataque opositor (élites económicas, gobiernos extranjeros, empresas internacionales, iglesia católica, ultraderecha cosmopolita, mafias delincuenciales) representado en el PRI y PAN recrudecerá su guerra sucia para, tal y como lo hicieron durante el sexenio lopezobradorista, intentar afectar al nuevo sexenio que inicia en un par de semanas.  Corresponde al partido MORENA reforzarse para ser el apoyo y la contención a esa oposición; una manera de hacerlo es tener de presidenta a la mejor persona que pueda llevar a cabo la tarea. Luisa Maria Alcalde Luján levantó la mano, es ella la indicada.

El partido MORENA se convirtió en muy pocos años, en el más importante del país, no solo por los grandes triunfos que le permiten gobernar a la mayoría de los Estados y Congresos, por su mayoría en Cámara de Diputados y Senadores y por representar la presidencia más exitosa en resultados económicos y sociales de las últimas décadas. Sino también porque el partido es el promotor de un ideario transformador que logró permear en la mayoría de la sociedad.

El 22 de septiembre se convocó al Consejo Nacional de Morena a celebrar un nuevo Congreso Nacional para renovar al Comité Ejecutivo Nacional y revisar los documentos básicos y estatutos. Una vez concluido el trabajo del Consejo actual es fundamental que se renueve bajo la figura de una persona comprometida socialmente, preparada académicamente, formada desde las bases del movimiento y que acompañe en su compromiso el “segundo piso” de la llamada 4T.

Desconozco quien la propuso o si ella misma es quien lo hace, pero Maria Luisa Alcalde dijo que está interesada en ser la próxima presidenta de partido, me parece que considerando el momento político y social y el entorno que debe acompañar el segundo sexenio de esta Cuarta Transformación, su figura tiene un altísimo nivel de idoneidad:

¿Para qué sirven los Partidos y sobre todo qué importancia tienen en el sistema político mexicano? En el campo electoral los partidos políticos son los principales actores en la competencia del poder, electoralmente representan el modo de obtener mandato de gobierno a través de la votación. Los ciudadanos eligen a una o un candidato de un partido y con ello, con la suma de los votos, los partidos conforman sus grupos que accionan sus políticas y propuestas.

En el sistema mexicano, la lucha política cotidiana se ha establecido no de manera personalizada sino por la vía de partidos; son estos quienes proponen y promueven ideas que se pueden, o no, transformar en políticas públicas. Los partidos con su ideario y programa son primero, los candidatos después.

Más allá de que hayamos ganado de manera tan contundente, el camino que sigue no es fácil, la complejidad de gobierno que tendrá Claudia Sheinbaum y su equipo necesita el acompañamiento de un partido que no se desvíe en el facilismo y gatopardismo como cayó el otrora partido de izquierda PRD.

Luisa María Alcalde tiene la experiencia de gobierno dentro del movimiento morenista, cercana a López Obrador y su entorno, pero al mismo tiempo independiente por su preparación. Para un segundo piso de gobierno se requiere un segundo piso de partido, a mi entender ella es quien lo puede dirigir.

Estándar
2024, 4T, AMLO, México

Noticias de un sexenio.

No guardo rencor, pero tengo buena memoria.

A la hora de hablar sobre el resultado de las políticas públicas del sexenio lopezobradorista, bastaría un dato para su evaluación: hoy hay muchos millones menos de pobres que hace seis años. Porque ser pobre es una mierda, ser pobre es no tener posibilidad de cubrir tus necesidades básicas, tu comida, luz, techo, salud, educación para tus hijos. Hablar de pobreza es partir de no olvidar lo duro que es para quienes la sufren. Más allá de las carencias económicas hay que hablar de la angustia y medio en que se vive esta condición, una condición en la que además es muy posible que nadie, más que el que la vive, preste atención. Sí, no hay otra forma de decirlo, ser pobre es una mierda.

En los dos sexenios previos al actual, el de Calderón y el de Peña Nieto, el número de personas pobres en México creció en 15 millones, un promedio de 125,000 pobres más cada mes. Con datos de CONEVAL, en los primeros cuatro años de este sexenio, del 2018 al 2022, más de 5 millones de personas salieron de la pobreza (un promedio de cien mil personas por mes). El CONEVAL tendrá datos de los dos últimos años hasta el 2025, sin embargo, el Banco Mundial ya emitió su reporte llamado Macro Poverty Outlook en donde dice que la pobreza en México disminuyó durante el sexenio en 9.6 millones de personas. Una reducción de 8.6% respecto al inicio de este gobierno. De 35.7 millones de pobres a 26.1 millones.

Solo en este rubro, la comparación entre el resultado de los gobiernos previos a López Obrador y el suyo, nos hablan de un logro extraordinario; solo con este dato el presidente podría retirarse tranquilo a “La chingada” sabiendo que cumplió su objetivo.

“Por el bien de todos, primero los pobres”, ¿recuerdan quien lo dijo?

Pero además de lo anterior, que insisto en que ya es un dato extraordinario, hay más de donde definir qué tan bien lo hizo este presidente y si su modelo fue transformador.

  • Lo que se puede medir, los datos económicos: Disminuyó la pobreza laboral, en 2018 era del 41% y al 2º trimestre del 2024 iba en 35%; se evitó la devaluación del peso frente al dólar y durante gran parte del sexenio de hecho nuestra moneda se reevaluó; el endeudamiento público fue menor al de cualquier otro sexenio del periodo neoliberal; se incrementaron los salarios en un 113% al pasar de 88 pesos diarios en 2018 a 248 en 2024. La inversión extranjera directa fue mayor que la de cualquier otro periodo sexenal. El 71% de los hogares mexicanos reciben algún apoyo social.
  • La manera de comunicar: Antes de este sexenio la mayoría de la población se “informaba” a través de medios, periodistas y analistas que cobraban dinero a los gobiernos en turno para decir lo que estos quisieran decir, o no decir lo quisieran que no se dijera. López Obrador cambió el modelo, exhibió a todos esos periodistas y medios como los contumaces mentirosos que, a cambio de haberse hecho millonarios, vendieron sus plumas.

Ahora, en vez de eso, nuevos medios formales e informales se presentan diariamente a “La mañanera” y preguntan lo que consideran necesario. La libertad de expresión, como nunca se ejerce a plenitud. Las redes sociales ayudaron a que las fuentes de información de las que se alimenta la ciudadanía sean muchas e inmediatas. Se transformó el modelo de comunicación, se dice fácil pero su implicación es radical e irreversible.

  • El cambio en la sociedad: La polarización que significa la pobreza y la desigualdad (que es la única polarización de la que habría de preocuparse) fue cambiando con el paso de estos años a una politización derivada de que los mexicanos, en su mayoría, se sienten parte de un proyecto de Nación. La gestión de gobierno hizo recaer en el pueblo todas las decisiones, y ese “pueblo” optó por lo que le beneficia y no lo que requiere otros países, grandes corporaciones y élites mexicanas. Creo que esta transformación en la mentalidad y psicología de los mexicanos es el mayor triunfo del primer sexenio de la Cuarta Transformación.
  • La oposición: Se vio obligada a expresarse, ya sin tapujos, sobre su desprecio a las mayorías del país. A los pobres por pobres, a los morenos por morenos, a los que no somos como ellos por no serlo. Se sacó del closet al conservadurismo clasista que se escondía bajo el manto de izquierda progre; de wanabis a quienes no alcanza la quincena para pagar tarjetas de crédito; de whitexicans sin espejo; de estudiados en universidades de “élite” profundamente ignorantes. Tan se demuestra este punto que después de vestirse de rosa y pasear algunos sábados, sólo les alcanzó para tener de candidata a quien tuvieron, no se si eso sea el karma, o tan solo la respuesta del universo a su retrogradismo.

Por sus resultados, López Obrador es el mejor presidente en la época moderna, ¿fue perfecto? no, nadie esperaba que lo fuera. Y sin embargo supera por mucho a sus antecesores, no hay comparación posible entre los resultados que entrega al cierre de su sexenio con lo que representaron los anteriores. Es en los gobiernos anteriores donde el resumen es más pobreza, mayor desigualdad, menor obra pública, menor inversión, mayor devaluación, corrupción etc.

Al cierre sexenal, la encuestadora Demotecnia (de las Heras) dice que 8 de cada 10 encuestados creen que AMLO sí logro una transformación en el país.

La agudeza política del presidente radica en que construyó su gobierno de la mano de los ciudadanos, por eso fue invencible, por eso se retira después de que su partido y aliados hubieran ganado la mayoría de los gobiernos, congresos, senadurías, diputaciones y presidencia. Por eso la ciudadanía optó por una mujer como futura presidenta, porque esa politización de la que hablé antes dijo que quiere el segundo piso de la mano de alguien que comparte, desde su inicio, el proyecto de nación en el que hoy nos encontramos.

La oposición gusta de decir que ellos son mejores, por eso desprecia a quienes acompañamos a este mandato, se le olvida que, tanto por López Obrador como por Claudia Sheinbaum, votó la mayoría en todos los niveles educativos, y por género, y por edad, y por condición social y económica. Y no quieren ver que representamos un modelo exitoso y transformador. López Obrador cumplió, la oposición en su acostumbrado papel perdió todo lo que podía haber perdido, incluso la vergüenza.

Estándar
2024, 4T, México, Oposición

Paren el país, que se quieren bajar.

La derecha en México sufre de dos problemas crónicos, es hipócrita y es entreguista, por eso, moralmente, no puede triunfar.

México está viviendo un momento histórico (esto no lo pueden saber los rosados seguidores, no es apto para menores), nunca un partido había ganado –democráticamente- tanto en tan poco tiempo. Nunca se había ganado con tantos millones de votos, nunca tantos estados y municipios. La historia nos está pasando frente a nuestros ojos y una minoría no tiene la mínima conciencia de ello. ¡Estamos presenciando en tiempo real el derrumbe de un sistema podrido!

Esto es la Cuarta Transformación, después de los tres grandes movimientos de Independencia, Reforma y Revolución, vivimos este que sin balas pero con el apoyo de la mayoría del pueblo decide cambiar el sino y futuro al que el neoliberalismo nos había obligado.

Ya acabó el trámite de asignación de diputados y senadores plurinominales, como la simple aritmética explicó después del conteo de votos del 2 de junio, el Plan C va, el proyecto 4T cuenta con mayoría calificada en la Cámara de Diputados y a dos escaños de lo mismo en el Senado. Y sin embargo llevamos semanas de escuchar y leer en medios una supuesta duda por la interpretación que pudiera haber para que el reparto de curules y escaños no fuera la que indica la Constitución y las leyes secundarias.

¿Alguien, en su sano juicio y con un mínimo de decencia puede pensar que los jerarcas partidistas apoyados por los grandes (sic) abogados y asesores que les instruyen, desconocían que con la simple aplicación de la ley -que PRI y PAN modificaron a su conveniencia hace muchos años- el resultado indicaba que los partidos MORENA, PT y PV agrupados en coalición obtendrían el resultado que recién, en la sesión correspondiente, dictaminó el INE?

¡Porque la ley dice exactamente qué fórmula aplicar y cuántos diputados plurinominales les toca a cada partido!

No, lo que sucede es que fue un acto más en el circo opositor, uno más con los que entretiene a su electorado mientras éste gustoso se chupa el dedo. Esto ni empezó aquí, ni acaba aquí. Todas las mentiras a lo largo desde hace tantos con las que plantean que van ganando, que el triunfo está a su alcance y por lo tanto van manteniendo el suspenso de las encuestas y posteriormente de los resultados reales de cada una de las elecciones desde el 2018, hasta que se les cae el juego para pasar al siguiente.

Así fueron perdiendo estado tras estado, congreso tras congreso, municipio tras municipio, sin embargo si alguien viniera del futuro y leyera lo escrito en sus medios por sus columnistas y editorialistas, escucharan en radio y televisión las historias contadas por sus locutores y analistas, pensaría que se encontraba en un mundo al revés, en un México en donde la realidad no tiene nada que ver con lo que dijeron los medios de comunicación en los últimos años.

Como ejemplo con uno me basta: cerradas las casillas el 2 de junio la candidata de la derecha, la Sra. Xóchitl de las gelatinas les decía a sus chupadedos que según sus conteos había ganado; digamos que les dio “esperanza” a esas criaturas que –tal parece- no pueden vivir con realidades y verdades y no están preparadas para reconocer que son parte de la oposición más perdedora (el corrector cambió la palabra a pedorra, pero no, quise decir perdedora).

Ese contexto de burlarse permanentemente de sus votantes les sirvió para sacarlos a tomar el sol en marchas rosadas y para que en las mesas y corrillos se planteara como tema el ¿Qué irá a pasar con la sobrerrepresentación, se las dará el INE y seremos dictadura? La única sobrerrepresentación que hay es la del ruido y falsedades en los medios y la de los ingenuos que, por no reconocer que la ciudadanía los rechaza, se sorprenden a cada confirmación de resultados.

Seguirá la faramalla, ahora que saben que todas las propuestas de cambios constitucionales y de reformas a las legislaciones que fueron oferta de campaña y gobierno están a nuestro alcance, les corresponde la inventiva de nuevos espectáculos, uno ya en curso: el paro del PJF. Nuevas narrativas: traer a representantes de gobiernos a que nos espanten con el petate del muerto. Y así per secula seculorum, porque mientras haya politiqueros que se enriquecen administrando partidos -que aunque sean perdedores se enriquecen con dinero de los impuestos- y ciudadanos dispuestos a seguir siendo tratados como cándida carne de cañón, esto no acabará.

Estamos a pocas semanas de que acabe el primer gobierno de la Cuarta Transformación, el 1 de octubre inicia el segundo piso; no reconocer todo lo que ha cambiado México en estos 6 años sería también ingenuo (shhh, no le digan a los rosados), la normalización de la corrupción, el wanabismo y el clasismo disminuye pero no desaparece, sin embargo hoy se confronta con un espejo. La pobreza y desigualdad no desaparecen pero disminuyen.

México se mueve favorablemente a gran velocidad, no hay forma de que nos detengamos para que la derecha se baje, así que ahora les toca quedarse a ver cómo es que se gobierna desde la izquierda.

Estándar
4T, AMLO, Claudia

De lo que no hablamos

Se sabe que nos proponemos cambiar el sistema social, puesto que no hacemos misterio de ello. (Santiago Carrillo)

Más allá de los datos duros que tenemos para decir que hemos transcurrido uno de los mejores sexenios en la historia de los últimos cien años en México; los hechos, decisiones o ideas sembradas, la idea de que el sueño de muchos se convierte en realidad, la representación de que la esperanza sustituye a la sombra de la marginación y pobreza, es el logro más importante de este momento histórico.

Mucho se ha hablado de los resultados de gestión del primer gobierno de la llamada Cuarta Transformación, en la actualidad hay múltiples fuentes de las que se puede obtener amplia información válida y sustentada, la constatación de los datos públicos es sencilla de obtener; el espacio que queda para la oposición -negacionista del favorable saldo en casi todos los temas- es muy escaso; invariablemente los vemos, leemos y escuchamos caer en la especulación, la mentira y la desinformación para defender su idea de fracaso (como atributo del otro y no del propio) de este sexenio.

Como dijo el Rey Salomón: “Nada nuevo bajo el sol”; la infame narrativa continuará pero los datos son los datos, sin duda habrá que hacer un resumen antes del 30 de septiembre en que concluye el mandato del presidente López Obrador, será a manera de fe de hechos y para la memoria colectiva, sin embargo ese es otro cantar porque ahora a lo que va esta columna: lo que los datos duros no dicen y ha sucedido en estos 6 años.

El paradigma: No solo se cambió el concepto del significado de paradigma como tal, es decir se da un cambio de un paradigma existente o mecanicista (así son las cosas, así ha sido siempre y así será) a un nuevo paradigma en proceso de formación (una forma distinta de hacer las cosas, la historia explica cómo llegamos aquí, nada es para siempre).

No solo eso, además del cambio conceptual del paradigma o canon  –filosófico, intelectual-  en los hechos se modificó también el arquetipo preexistente en la política y sociedad mexicana, la forma y la idea en que se pensaba la realidad mexicana, pasamos del: así nos tocó, los mexicanos somos flojos, sucios e ignorantes y necesitamos la ayuda del hombre blanco europeo, el pobre es pobre porque quiere, etc. a: la situación mexicana en el 2018 se explica como heredera de las crisis históricas a que nos sometieron como Nación, particularmente la creada por las élites que irrumpieron en el neoliberalismo de los 6 gobiernos anteriores, y por lo tanto tiene una explicación y una solución que beneficia a las mayorías.

Los datos no cuantifican la cauda de ideas y conceptos que en la práctica se introdujeron como necesidades del estado mexicano y de los ciudadanos mexicanos (porque a veces es lo mismo pero no es igual) pero aquí algunos:

  • El intento de la prohibición del glifosato, el herbicida patentado por la empresa Monsanto en 1974 y clasificado por la Organización Mundial de la Salud como “posible cancerígeno”, (le dicen posible porque la OMS tiene que ser políticamente correcta para no lastimar a las grandes trasnacionales de los químicos y venenos que contaminan el planeta y enferma a la población) pero es cancerígeno y es tan solo un asunto de negocios (business is business). Un gobierno preocupado por la salud de los ciudadanos.
  • La prohibición de importación de productos agrícolas transgénicos –particularmente el maíz. Esta es una de esas luchas de Davides contra Goliaths porque es un enfrentamiento directo con las empresas estadounidenses productoras y México como segundo país comprador del –comprobado científicamente- peligroso producto. La oposición de grupos de interés mexicanos y despachos de abogados a esta prohibición es la más clara muestra de la traición a lo que debería ser importante para todos, la salud de la población. Un combate a las decisiones de otros países y empresas extranjeras que vulneran a México.
  • El desnudar a la intelectualidad y líderes de opinión que por décadas –al amparo de los billetes que les llenaban sus carteras- mintieron sobre la realidad de los hechos, las causas y consecuencias de las decisiones de gobierno. Aquellos que fueron ciegos a la venta de las empresas públicas y a las legislaciones que acotaban la soberanía nacional. Esos grupos de comunicación y sus caras públicas que aún hoy pululan en las pantallas y periódicos. Haberles exhibido como los farsantes de la comedia de rapiña que representan. Un gobierno que explica la mentira de la narrativa del PRI y PAN.
  • El exponer el modelo de evasión de impuestos con el que los “grandes y reconocidos” empresarios del país construyeron su riqueza. Un gobierno que se preocupa por los recursos que son de todos los mexicanos.
  • El potente símbolo de la venta del avión presidencial -con el que Felipe Calderón quiso embelesar a Enrique Peña Nieto y comprar así su silencio- como desprecio a la ostentosidad en que se conducía la “magnificencia gobernante”. Un gobierno que clama por la austeridad en el gasto público.
  • La desaparición del PRD como partido político: la idea de que decirse de izquierda siendo derechista, de coludirse con el rancio conservadurismo y las élites económicas de rapiña para legislar en contra del País, el entendimiento de que los partidos políticos pueden ser propiedad privada de un trío de chuchos que mantienen a un séquito de wanabis y reaccionarios de closet. Un gobierno que con sus hechos exhibió la hipocresía de los medias tintas.
  • El abrir el concepto de libertad de expresión en la mayor amplitud del término, incluso ante el libertinaje que se tomó la oposición de insultar como forma de expresar sus ideas políticas. Nunca como ahora la libertad de expresión es la herramienta consustancial con el ser ciudadano. Un gobierno en defensa de las libertades.
  • La cancelación del aeropuerto de Texcoco, como dice Jiménez Espriú en su libro La Cancelación: el pecado original de AMLO. Porque con ello marcó su territorio, dijo esto dije que haría y esto hago; se acabó con ese acto la preeminencia del poder económico por sobre el bienestar del país. Ante una obra mal concebida que ni financieramente, ni técnicamente y mucho menos ecológicamente, tenía viabilidad; se marcó el rumbo de una nueva manera de conducir el país. Un gobierno que dice que las decisiones las toma quien es elegido por el pueblo y no por las élites económicas.

Pero falta hablar de dos aspectos cruciales, contundentes de lo que significa el gobierno actual:

El primero es que sentó las bases para el futuro; hay un antes y un después claramente sustentado; México cambió de una manera que muchos pensamos podría suceder y que unos cuántos se niegan a reconocer. Un gobierno que nos prepara para el porvenir y que no se agota en su ciclo sexenal.

Y segundo y más importante, López Obrador tuvo la visión de hablar y conducirse con paridad de género en la política y haber provocado que una mujer sea nuestra próxima Presidenta (así, con A). Y esto es mucho, y esto México y la historia lo recordarán. Un gobierno para todas y todos.

Estándar
4T, Oposición, Partidos políticos, Políticos mexicanos, PRI

Sí, que se reelija.

“Ladrones roban millones, y son grandes señorones.”

Alejandro Moreno (Alito), gobernador de Campeche de 2015 a 2019, cliente frecuente de las cirugías plásticas, acusado de malversación de fondos por más de 4000 millones de pesos es el presidente del PRI desde el 2019. Hace unos días organizó una asamblea en la que –junto con sus allegados- logró modificar los estatutos de su partido para permitir su reelección hasta el 2032.

 El 3 de julio de 2000, México amaneció con lo impensable hasta entonces: el PRI perdía el poder después de 71 años. A partir de ahí vino la decadencia para llegar al punto de insignificancia en el que se encuentra a partir del 3 de junio de 2024.

Muchos son los factores que contribuyen en el ocaso del otrora poderosísimo partido que gobernó México por más de 70 años. Se puede hablar del fracaso económico lopezportillista, del fascismo diazordacista y/o del entorno corruptor que desde el gobierno de Miguel Alemán en 1946 se estableció como forma vivencial de los políticos mexicanos. Pero si hay que destacar uno como el principal es –sin lugar a dudas- el hartazgo ciudadano por el modelo neoliberal que, en mancuerna con el PAN, lograron establecer en México a partir del gobierno de Miguel de la Madrid en 1982.

La historia de aquel PRI postrevolucionario, fundado por Plutarco Elías Calles como Partido Nacional Revolucionario (PNR), refundado por Lázaro Cárdenas como Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y vuelto a refundar por Manuel Ávila Camacho como Partido Revolucionario Institucional (PRI) explica en parte el México moderno: hasta antes del neoliberalismo con aciertos en la creación de instituciones como IMSS, INFONAVIT e ISSSTE.

A partir del fundamentalismo de mercado -ese neoliberalismo del que se enamoró la camarilla de De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto- la debacle nacional: crecimiento de la pobreza, desigualdad e inseguridad. Todo lo que tocó el neoliberalismo lo convirtió en podredumbre, las pocas mujeres y muchos hombres que participaron cogobernando ese modelo se corrompieron, con honrosas excepciones, hasta la médula, no hubo político pobre, como acuña el priista Hank, «político pobre es un pobre político» (Al hablar del priismo incluyo a Fox y Calderón porque aunque panistas mantuvieron el mismo modelo, y como bien se les dijo y repitió el presidente, ambos partidos son lo mismo (o expliquen si no a la botarga rosada como candidata de ambos institutos))

El mismo presidente Peña Nieto, en un arranque de sincero cinismo osó decir que la corrupción era un asunto cultural, proyectándose a sí mismo y a las élites políticas y económicas que le manejaban.

Detrás de la reforma a los estatutos priistas que impulsó Alito el reeleccionista, no hay alguna razón de peso, tan solo una razón del manejo y distribución de ¡12 mil millones de pesos! que se estima es lo que recibirá de financiamiento público el moribundo partido en los siguientes 8 años. Porque no importa que esté agonizando porque los dineros le llegarán, por supuesto, eso también pasará. Además que algunos mal pensados creemos que controlar el PRI y haberse otorgado una Senaduría para los próximos 6 años le da el fuero suficiente para evitar que la justicia le persiga. Pero como digo, eso es cosa de mal pensados, porque Don Alito no es que quiera echarse a la bolsa harta lana y tener fuero, simplemente tal vez, solo pretende beneficiar e iluminar con su sapiencia el destino nacional.

Eso sí, ese Alito, el que se quiere reelegir, tiene sus logros: desde que asumió la dirigencia nacional ha demostrado ser un original perdedor. Ha llevado al tricolor a la derrota en 11 gubernaturas, en 2021 perdió las gubernaturas de Sonora, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Tlaxcala, Colima y Campeche (del que él fue gobernador). En 2022 perdió Hidalgo y Oaxaca, y en 2023 el Estado de México. Gracias al PAN  hoy gobierna únicamente dos estados, en 2018 el PRI gobernaba 17.

Entre 2020 y 2023 el PRI perdió más de 650 mil afiliados. En la Cámara de Diputados, cuenta con tan solo 49 legisladores, 11 de mayoría relativa y 38 de representación proporcional, es decir el 9.8%. En el Senado de la República, el PRI solo tiene 9 de 128 escaños.

El pasado 2 de junio se completó el daño de su gestión: respecto a 2018, el partido pasó de nueve a 5 millones de votos en la elección presidencial.

Con esos logros el hombre se busca reelegir, con esos logros lo hará porque ha cooptado a la mayoría de aquellos que tienen derecho a voto. La purga de quienes se le oponen se ha dado de dos formas, la mera expulsión o la salida motu proprio de quienes saben que ese barco ya se hundió.

Alejandro Moreno, el reeleccionista, suma demandas y señalamientos por corrupción y enriquecimiento ilícito, desvío de recursos y violencia política de género. Son tantos los negativos que suma este dirigente del otrora importante partido, que sumado a su fracaso de gestión bien se puede afirmar que es  el político más fracasado y con mayores negativos en la vida política del país.

Si los priistas tienen a este dirigente es porque les resuena, les hace sentido, les identifica, si la oposición conservadora va de la mano -en esa malformación rosa- con este dirigente sucede lo mismo, les hace verse en su propio espejo, se ven tal cuál son.

Sí, que se reelija, mientras no haya una oposición pensante, decente y digna de un país como México, mientras los de rosa se sigan viendo el ombligo; es justo que su liderazgo sea ejercido por uno de los peores dirigentes partidistas de la historia.

En la 4T le extendemos nuestros parabienes al enterrador del PRI.

Estándar
4T, México, Moral pública, Oposición, Periodistas

Letrinus y los 40 ladrones

“Cuando se descubrió que la información era negocio, la verdad dejó de ser importante”  (Kapuscinsky)

A lo largo de la historia de México han existido comunicadores serviles, algunos disfrazados de intelectuales y otros de periodistas; el sexenio que vivimos no solo no es excepción sino es la confirmación -en grado máximo- de que hablar del “cuarto poder” tiene vigencia y que el dinero se convirtió en la pluma que entinta gran parte de los medios de comunicación.

En una segunda parte de ejemplos de comunicadores que por su inopia intelectual (como en el caso Alazraki presentado la semana anterior), y su inopia ética como en esta ocasión sucede, podemos advertir con claridad cómo intervinieron y se convirtieron en copartícipes del descalabro de la derecha en las elecciones pasadas. La derrota del mareo rosa no solo es de la candidata y de los partidos, lo es también del “periodismo” que se arrodilla frente al poder económico.

Hablar de esos comunicadores, que son ampliamente conocidos, que dado el resultado electoral del 2 de junio bien podrían ser dejados en el basurero de la historia al que se metieron, ¿tiene sentido? Sí, desde mi perspectiva que invita a la recordación de aquellos que con el poder de los medios pronto estarán de vuelta en pantallas y columnas como si nada hubiera sucedido. Una de las características de esos tinterillos es que aparecen una y otra vez, que permanecen por décadas en el espacio público al amparo de la mercadotecnia que les reinventa en una nueva historia.

Carlos Loret, el señor de los montajes; Latinus, batahola de delincuentes. Origen es destino.

Loret fue una de las estrellitas de Televisa por muchos años, con el tiempo se supo y comprobó que su carrera se construyó a base de mentiras: como reportero en Afganistán montó un teatro de guerra contratando un tanque, disfraces y artillería que se disparó “justa y precisamente” mientras él se presentaba en vivo en el noticiero que cubría el escenario de guerra. Sus propios compañeros desmintieron que los hechos presentados fueran reales y que tan solo fue una simulación actuada. Antes de descubrir la falsedad de la historia, el Sr. Loret vivía de la gloria de haber estado en medio de la guerra. Televisa por su parte lo encubrió.

En diciembre de 2005, en el sexenio de Vicente Fox, el marrullero periodista en asociación con Genaro García Luna –hoy encarcelado en NY, acusado de narcotráfico- gestaron un montaje en el que en su noticiero Primero Noticias se transmitió en vivo lo que se supone era una operativo para detener a una presunta banda de secuestradores conocida como Los Zodiacos, liderada por la ciudadana francesa Florence Cassez y el mexicano Israel Vallarta. Meses después el propio Genaro García Luna, tuvo que reconocer que se trató de una transmisión reconstruida, una mentira, lo que ocasionó que el caso llegara a la Suprema Corte y que ocasionara un problema diplomático con Francia. Florence Cassez quedó en libertad en 2013 por violaciones al debido proceso e Israel Vallarta sigue preso y sin sentencia, pese a que se demostró que se cometió tortura en su contra.

Loret participó también en el montaje del ex gobernador de Veracruz Javier Duarte para escapar de la justicia. Lo hizo también en la farsa de la niña Frida Sofía quien supuestamente estaba atrapada bajo los escombros del Colegio Rébsamen, en el sismo del 2017.

Y sin embargo, pese a esta forma de mentir a su público, y particularmente después de lo revelado por el propio García Luna sobre el caso Cassez, Loret siguió de estrellita, desprestigiada para muchos que sabíamos la ralea del vividor de mentiras, pero adorada por quienes gustan de ser engañados o simplemente ser desinformados.

Lo que hay que dejar muy claro, en el caso de este periodista, es que miente y que ese comportamiento sumado a su rating le ha permitido enriquecerse como pocos periodistas lo han hecho. Cientos de millones aparecen en cuentas de él, su esposa y familiares que hoy están siendo investigadas y que provocaron mejor tomara unas largas “vacaciones”, obviamente acusando a López Obrador de persecución política, bla, bla, bla.

En aquel paraíso de censura en que se desarrolló Televisa y otros medios, en el que los comunicadores jugaban el papel que correspondía a la orden del día, es decir que se hablaba de lo que les decía el guion, nunca veían anomalía alguna frente a los fraudes electorales y “democráticamente” criticaban a los gobiernos tan solo en las personas y momentos adecuados, la costumbre de cobrar por decir lo que se les instruyera, incluso plena mentira, se instituyó como la forma de hacer periodismo en México.

Follow the money, es cuestión de revisar la riqueza de los periodistas más populares para saber quién es quién; quién pompó como diría Chico Che.

Y esos periodistas y comunicadores son quienes dan pie a plataformas como Latinus.

Roberto Madrazo Pintado, ex gobernador y ex candidato presidencial del PRI, es la cabeza (vía familiares y testaferros) del portal Latinus.  Un odiador profesional recordado no solo por sus raterías al paso de las funciones públicas que ha ocupado sino también por hacer trampa en el maratón de Berlín del 2006 (perro que come huevos ni quemándole el hocico).

La plataforma de comunicación Latinus, activa desde el año 2020, con el afán de reunir a todos aquellos que se prestaran a denostar al gobierno del presidente López Obrador, entre otros: Denisse Dresser, Brozo, Aguilar Camín y Carlos Loret. Es financiada con recursos obtenidos de manera ilegal vía triangulaciones de gobiernos estatales a empresas fantasma; 4500 millones del gobierno de Silvano Aureoles en Michoacán, cinco millones de una empresa también ligada al mismo gobierno, aportaciones inexplicables de los gobiernos priistas y panistas del Estado de México, Hidalgo y Tamaulipas. Más de 107 millones han sido detectados que ha recibido este grupo.

Como en el caso del Sr. Alazraki de la semana pasada, en este caso también les salió el tiro por la culata; si su intención de existir, si su misión de empresa fue incidir en el resultado electoral del 2 de junio, fracasaron. El mensaje de odio una vez más naufragó; la sociedad mexicana en su mayoría no acepta que vividores de la mentira y la denostación pretendan dirigir la narrativa pública.

Como resultado: Latinus se apaga, Brozo se agazapa, Loret huye del país.

Estándar
2024, 4T, Claudia Sheinbaum, Marea rosa, Oposición

La marea y el tsunami

«Como el aire al pájaro o el agua al pez, así el desprecio al despreciable.» (William Blake)

El 2 de junio los ciudadanos votaron por 20708 cargos en todo el país. El tsunami de Morena ganó en la inmensa mayoría en la que, por supuesto, sobresale presidencia, senado, cámara de diputados, gubernaturas y jefatura de gobierno, pero además alcaldías, presidencias municipales, regidurías y congresos locales. Como resultado, en menos de una década el movimiento de la Cuarta Transformación, es quien gobierna a la inmensa mayoría de México. Si esto no es un tsunami habrá que buscar otra definición (al tsunami).

La marea rosa -en cambio- acabó siendo la representación absoluta de la holgazanería intelectual y la soberbia política. Perdió todo –o casi todo- lo que se podía perder.

Una de las características de las mareas es que son previsibles, se sabe cómo y cuándo ocurren; a diferencia de lo que caracteriza a  los tsunamis, esto es que asuelan a partir de impredecibles sismos y que si no se previenen en tierra, pueden causar una destrucción generalizada al golpear el agua las costas.

En la Cuarta Transformación no hay sorpresa de lo sucedido el 2 de junio; apegados al guion y su definición, el resultado de la marea nos era previsible; cada paso que dieron no fue sino el camino trazado a la peor derrota política de las últimas décadas. El panorama político muestra la disminución -caída libre más bien- de los votantes de PRI, PAN y prd (que desaparece finalmente).

A los votantes rosas el tsunami, también apegándonos a su definición, les causó una destrucción generalizada, en sus proyectos, en sus miedos y en lo que creían que iba a pasar; fueron engañados semana tras semana y les hicieron creer que tendrían un triunfo arrollador.

Hay una forma muy simple de entender lo anterior: todos los partidos políticos y gobierno conocían los resultados de todas las encuestas, todos tenían la misma información, todos sabían la proyección del resultado; ¿Por qué a los marchistas rosas no se los dijeron y les hicieron creer que la situación era otra? Esa respuesta la debe encontrar cada rosado viéndose al espejo  y resolver si es, se hace o para los líderes de sus partidos y su candidata solo tienen cara de…

De un lado, presidentes, reyes, primeros ministros y representantes de todo el mundo saludan y felicitan a Claudia Sheinbaum por su contundente e inapelable triunfo, por el otro, Xóchitl Gálvez asume el papel de víctima y hace un tour de cínica despedida en medios de comunicación ofreciendo su compungida cara a quienes la invitan. No es sorna pero sí es burla. Mientras la excandidata, los jerarcas partidistas, sus voceros y los medios de comunicación que le hicieron su campaña (si así se le puede llamar a lo que vimos esos tres meses), no se disculpen de todas y cada una de las ofensas con que agredieron a la candidata de Morena y sus votantes, lo que corresponde es una absoluta burla y desprecio a su fracaso.

Yo no creo en reconciliaciones ni amagos de borrón y cuenta nueva; yo creo en que una vez que quedó claramente establecido que la marea rosa no es más que la suma de opiniones y conceptos clasistas, vulgares y escatológicos lo que sigue es una marcada línea roja para no permitir que se suban al movimiento de la Cuarta Transformación, a los gobiernos que se ganaron y a cualquier posición que por “cortesía” se les pudiera otorgar.

La herida es muy profunda; dos semanas después de las elecciones la ignorancia conceptual de la marea se mantiene, lo que se vale porque no es obligado entender ni de política ni de sociedad, sin embargo se acompaña del mismo clasismo, racismo y ramplonería que usaron –para justificar o explicar el éxito que veían venir- antes de…

Y después de… a pesar de esa gigantesca ola que les inundó -ahora para justificar su naufragio- mantienen el mismo discurso ilógico, necio, insensato e ignorante.

El tsunami está formado por ideas: “abrazos no balazos”, “humanismo mexicano”, “prosperidad compartida”, “por el bien de todos primero los pobres”, “no tengo derecho a fallar”, “el pueblo es sabio”, “se acabó la frivolidad como forma de gobierno”, “no llego sola, llegamos todas”, etc. ideas que no son para todos; no cualquiera las entiende. Ese pueblo chairo, ignorante y come croquetas –como nos dicen- sí.

La marea está formada por estereotipos y prejuicios: “sí, la pendejié”, “los indígenas quieren vivir como están”, “títere de amlo”, “narco candidata”, narco presidente”, “kk´s”, “que se vaya a la chingada, la odio”, “no contraten chairos ni feministas”, “no den propinas” y esos seguidores que marchan físicamente o moralmente de rosa sí los entienden, los adoptan y se adaptan a ellos. Esa marea rosa se ha convertido en el sustento de la violenta ultraderecha de México.

La marea reúne odios, rencores e ignorancia extrema; siguen diciendo cosas como que México está de luto porque ganó Claudia Sheinbaum; se siguen preguntando si México está preparado para ser gobernado por una mujer; si la gente está capacitada para elegir a jueces y ministros; en sus cuentas alegres dicen que como hay 100 millones de electores y solo el 36% votó a Claudia, el 64% la odia tanto como ellos; siguen hablando de la cubanización y venezuelización que viene (me quedé en que ya había llegado).

El tsunami de Morena tendrá un día de campo, eso sí, les arrasa en otro lenguaje, no en el suyo, no el de marea rosa; el que se usa es el que explica el salario mínimo, el ingreso económico de los más pobres, la reducción de la pobreza laboral, la subida de ingresos de toda la población ocupada (es decir formal o informal), la caída de la desigualdad, en resumen en el incremento en el bienestar de la mayor parte de la población.

Tal parece que tendremos otros seis años de confrontación entre dos modelos, el mayoritario del tsunami de ideas que gobierna y la disminuida marea rosa de monomanías que “no se halla” en un México exitoso para todos. De algunos, tendremos que seguir escuchando y leyendo sus frases inconexas y su ilógica verdad, de otros la vergüenza del silencio evasor que prefiere simular que no pasó nada, que todos son iguales y la vida continúa.

Estándar
2024, 4T, México, Oposición, Periodistas

El restaurante de Ciro

“…el brillo de la gloria achica la sombra de la envidia y la hace desaparecer.” Plutarco.

El periodista Ciro Gómez Leyva quien trabaja para los medios de comunicación Radio Fórmula y Grupo Imagen (de amplia audiencia) dijo recientemente en uno de sus programas lo siguiente: una vez que concluya su gobierno el Presidente López Obrador: “AMLO no va a poder recorrer el país, no lo veo en un restaurante, un cine, un estadio de béisbol (un asistente o asentiente del periodista adicionó a esto último: ¡menos a un estadio de béisbol!)… es lo que cosechó… hay un 45% que lo reprueba y repudia… un tipo que ha hecho tanto por el culto a su personalidad. …El futuro del presidente López Obrador, si bien le va vivirá en su finca en Chiapas y si no le va muy bien La Habana, Cuba”

Después de escuchar tal zafiedad de inmediato me vino a la cabeza esa fábula que menciona José Ingenieros en “El hombre mediocre”: “Un sapo croaba en su pantano cuando vio resplandecer en lo alto a una luciérnaga. Pensó que ningún ser tenía derecho de lucir cualidades que él mismo no poseería jamás. Mortificado por su propia impotencia, saltó hasta ella y la cubrió con su vientre helado. La inocente luciérnaga osó preguntarle: ¿Por qué me tapas? Y el sapo, congestionado por la envidia, sólo acertó a interrogar a su vez: ¿Por qué brillas?

Tal parece que al locutor se le da eso del todos son iguales para referirse a los presidentes mexicanos, el cree que todos son como Fox, o los escondidos en algún país Calderón y Peña Nieto, o aquel López Portillo a quien le ladraban en la calle. Él bien sabe que no es así, sabe perfectamente que López Obrador es una rara avis en la política mexicana, sin embargo le es imposible reconocerlo frente a sus oyentes por dos razones primordiales: es lo que le obliga decir la agenda de la derecha mexicana y es lo que le conviene insinuar a la campaña de la candidata panista que él y su grupo apoyan. El fingimiento de decirse imparcial y no tener candidata favorita –que es lo que diría el sapo-periodista- no es más que la bien conocida hipocresía de los conservadores mexicanos que juegan de neutrales.

Los datos y la realidad confrontan al Sr. Ciro, de manera contundente le abofetea ante el disparate dicho públicamente:

El presidente López Obrador tenía una aprobación, que nos muestra la empresa Polls que reune la información de todas las encuestas serias (https://polls.mx/aprobacion-presidencial/), del 62% a fin de abril, el Heraldo dos días después dice que 70% (https://heraldodemexico.com.mx/elecciones/2024/4/8/encuesta-covarrubias-asociados-claudia-sheinbaum-con-amplia-ventaja-592175.html) , y más que eso muchas otras encuestas de casas formales. Según Morning Consult, el presidente se encuentra (desde hace muchos meses) en el segundo o tercer sitio de aprobación en todo el mundo (https://pro.morningconsult.com/trackers/global-leader-approval). Con esto me refiero a que los datos no acompañan la “preocupación” del señalado comunicador.

Y sin embargo, los datos son lo de menos ante la realidad que vive el presidente en su recorrido por el país; aunque le duela reconocerlo a Gómez, cófrade del círculo rojo (aquel grupo de comunicadores que representa los intereses de los dueños del país); el presidente es vitoreado en sus presentaciones públicas, es aclamado en cada pueblo y ciudad que visita, la gente lo busca, le pide fotos y autógrafos; es el rockstar de la política mexicana. Las transmisiones de sus conferencias diarias lo colocan como el streamer No. 1 de habla hispana. Cuestionar la popularidad y el afecto de los ciudadanos al presidente López Obrador es mera sandez del laureado locutor. Ahora, que si es amenaza pues un aviso: ni se les ocurra tocarlo, se les suelta el tigre y se los lleva candanga.

Aunque, siempre hay un aunque o un pero, tal vez tiene razón; López obrador será rechazado y vilipendiado al llegar a un restaurante, esta es la eventual historia que ronda su cabeza:

La realeza (sic) mexicana, mejor conocida como la descomposición conservadora organiza una cena en un afamado restaurante; Ciro es el asignado a preparar tal celebración (celebran que su candidata Xóchitl perdió solo por 20 puntos de diferencia y no por 30 como parece ser); él es el maestro de ceremonias y ocupa el sitial de honor (a sus jefes no les gusta el lucimiento, no vaya a ser que la DEA, SAT o INTERPOL los ubique), sí, el brillante y nunca bien ponderado Ciro es quien lo ocupa.

En el centro de la larga mesa Ciro –exultante y sudoroso ante tal privilegio- no porque sea el más importante del grupo como ya dijimos, sino porque es el patiño asignado en esta batahola poselectoral, sin cetro ni trono porque ya too much; a su lado Alito, Marko, (Zambrano del prd ya no es requerido, ya fue), Xóchitl, Krauze, Dresser, Zuckerman, Loret, Alazraki, Lozano, Pagés, Beteta, José Cárdenas, Camín, (Casar no fue por que está desenterrando al suicidado marido), Córdova, Mendoza, Alatorre, Fox (llegó tarde, no le había abierto Martita), Álvarez Icaza, Cossío y en frente (¡Ay nanita!, como cantara Pepe Hernández): Claudio X González, Carlos y Ricardo Salinas, el Mencho, Larrea, Bailléres, el Chapito, Fernández, y el Alfredillo. Alrededor de todos ellos, muchos, cientos de guaruras, evitando los limonazos del vulgo.

El menú fue sustancioso y les cayó como anillo al dedo: De primero una nicaragüense Sopa de muñecas (si no para abrirles el apetito si por lo menos el labio); después un Pejelagarto que a más de uno se le atragantó; surtido de postres: Raspado de anís y Cremitas de Techolalpando y de bebidas: Atole con el dedo y Cubas a la Felipe.

Don Ciro tiene razón, no tiene que imaginarlo, es un hecho que López Obrador no sería bienvenido al festín. De hecho, al mismísimo presidente le daría vergüenza la vapuleada que les pondrán a Ciro y sus secuaces los del otro lado de la mesa. Tiraron inmensos recursos, corrompieron a todos quienes pudieron, inflaron con publicidad, mentiras y encuestas de massive caller a la Sra. Xóchitl mientras que Claudia Sheinbaum –tan campante ella y sin voltearlos a ver- les arrasó en la contienda.

Es una cena amarga, López Obrador no es invitado, Ciro sí (I rest my case, como dicen los gringos); al final entre los comensales se aplauden, tienen 6 años para dedicarse a entorpecer el trabajo de Claudia y después la historia se repetirá cuando la Cuarta Transformación pase a su tercer sexenio.

Goethe decía: “No hay más que un paso de la envidia al odio”. Yo me pregunto si no es al revés, pasaron de odiarlo a envidiarlo.

Lo siento Don Ciro, parafraseo al citado José Ingenieros: usted no brilla, ese es su destino, el destino suele agrupar a los envidiosos en mafias de odio, allí es que desahogan su pena íntima difamando a los envidiados y vertiendo toda su hiel como un homenaje a la superioridad del talento que los humilla.

López Obrador será recordado como un gran presidente y también como el hombre que puso en su lugar a quienes por décadas trataron a los ciudadanos como estúpidos en los medios de comunicación que encabezan; les recordó que antes del 2018 se enriquecieron del presupuesto público, que son chayoteros consumados y que efectivamente él no va sus convites.

Estándar
2024, 4T, México, Oposición, Panismo

La ironía de la ciudad

Ya pasó la época en que la gente se identificaba ideológicamente con su hábitat, estar al día, seguir la moda, es toda la doctrina que se requiere. (Monsiváis, Apocalipstick)

Las instituciones que queremos construir, la transformación que llevamos a cabo, los grupos y comunidades que se integran o pretendemos integrar, incluso, nuestras relaciones personales, solo pueden entenderse en la medida que nos comprometemos a ello; no existen de manera independiente. La más progresista de las ciudades mexicanas no puede ser pensada como una en manos de un cártel de delincuentes dedicados al negocio inmobiliario. Esta es una ciudad de derechos, no de derechas.

El año 2021 es el último referente electoral de la Ciudad de México, Morena ganó 31 de los 33 distritos electorales en que se divide la ciudad pero solo 7 de 16 alcaldías. El 53% de los ciudadanos de la entidad son gobernados por Morena. El 47% que se llevó la oposición fue y es un duro golpe a la izquierda. Tres años antes Morena gobernaba 11 de las 16.

A tres años distancia podemos hacer interpretaciones sobre ese resultado pero todo sea para concluir que pecamos de soberbia y que a muchos marcó la indiferencia envueltos en el triunfalismo de los constantes triunfos que desde el 2018 fuimos arrebatando -Estado tras Estado- a PRI, PAN y prd.  En esa ocasión los números fueron claros y ofrecen una explicación: Morena se confió, muchos que debieron hacerlo no salieron a votar; en cambio, los votantes prianistas sí lo hicieron (en 2018 la elección federal tuvo participación del 63.42%, en 2021 del 52%).

Si nos remontamos al 2015, en que Morena compitió por primera vez y obtuvo el triunfo en 5 de marcaciones, ese año fue el inicio de la salida del PRD de su preeminencia en la ciudad; su derechización -hasta acabar en un pleno amasiato con PAN y  PRI le fue haciendo perder demarcaciones, las que mantiene son en base a presentarse como un Frente que abarca a los 3 partidos mayoritariamente con candidatos emanados del conservador PAN.

La conclusión es que la fortaleza de Morena se contrapone directamente, ya no con una pseudo izquierda como dice el prd ser (apelando a las glorias pasadas en que vivió bajo el proyecto cardenista y después lopezobradorista), sino con una derecha como la que representa el panismo y que es quien lleva el control de las alcaldías bajo los 3 cascarones de membretes en que se agrupa el Frente conservador.

Reconocer que las cosas que nos importan son frágiles y finitas y por lo tanto dependen de qué hacemos para cuidarlas es la tarea de los citadinos el 2 de junio. Porque ronda en el ambiente una idea patética: la posibilidad de triunfo del panismo en la jefatura de gobierno; en el mejor momento de la política social en Ciudad de México hay voces que dicen que ahora que los 3 partidos y los grupos que la patrocinan, abandonan a Xóchitl ante su inminente y estrepitoso fracaso volcarán todos los recursos a buscar un triunfo en la ciudad.

Cuando a López Obrador lo intentó desaforar el gobierno foxista, la ciudad se volcó a defenderlo; en 2007 la ciudad votó por aborto legal; en 2009 por matrimonio igualitario; es una ciudad de libertades que no puede quedar en manos de la derecha, sería una contradicción y una plena ironía. Esta es la ciudad de los desnudos de Tunick y la de los encuerados de los 400 pueblos en protesta por reparto de tierras; no es apta para mochos y mucho menos para cárteles inmobiliarios.

Pero ahora vivimos otros tiempos, la ciudad se ha derechizado, lograr un México Incluyente, en el que todos los ciudadanos tengan acceso a un piso básico de bienestar ya no es un ideal para muchos. Apoyar a quienes se encuentran en situación de pobreza, exclusión, marginación o desigualdad ya no les es un objetivo. Está demostrado que en los citadinos no hay diferenciación por clase social para votar por uno u otro, así que no podemos generalizar, en todas las clases hay wanabis desinformados porque en todos lados hay Xóchitls y Taboadas vestidas de rosa INE al acecho de voluntades fácilmente comprables.

El candidato panista representa la podredumbre del mirreynato conservador mexicano, es el prototipo del gandalla cínico enriquecido en los puestos públicos por los que ha pasado; es el “bisnero” al que emulan los aspiracionistas del triunfo fácil. Es paradójico que este representante del panismo signifique, al mismo tiempo, la debacle del conservadurismo mexicano, porque si ese es quien les representa es porque la derecha como la conocemos hasta hoy, se encuentra –ideológicamente- en fase terminal, pero también, irónicamente, con alguna posibilidad, aunque sea algo lejana, de asestar un golpe al modelo de política social que se ha construido desde la izquierda.

Fifís (como les gusta decir que son) o wanabis como les queda mejor, en una realidad y un cuerpo como el de cualquiera, son quienes pueden inclinar la votación hacia un lado o hacia el otro, lo que definan marcará el destino de la Ciudad.

Pretender comparar el proyecto de Clara Brugada con el de Santiago Taboada es un oxímoron de realidad y de futuro. Mientras que la primera representa la profundización de los derechos sociales y la instrumentación de políticas de sustentabilidad y bienestar social; el segundo representa al negociante inescrupuloso, al bróker, al del negocio de cuates, al junior empoderado listo a la “peda” de fin de semana. Taboada es la expresión del “yuppie”, Brugada es la manifestación del trabajo en beneficio de todos.

Contrastar los resultados de ambos en sus últimos trabajos es la tarea mínima a la que los votantes ciudadanos deben enfrascarse; comparar Utopías con construcciones ilegales es necesario; comparar el trabajo de Clara en la alcaldía más poblada de la ciudad con el mayor fraude inmobiliario de la ciudad a cargo del grupo de Taboada es imprescindible.

Ante las próximas elecciones, la ciudad requiere un accionar urgente, queda poco más de un mes; la oposición volcará, como ya lo dije antes, todo su esfuerzo, dinero y trampas para quedarse con “la joya de la corona”, esa que es la segunda entidad a nivel nacional con un mayor número de personas que pueden votar; es el principal motor económico del país y además es la sede de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Claudia Sheinbaum no puede quedar atada de manos en la convivencia que tendrá con quien gobierne la ciudad

Sí que la oposición se quede con las 3 o 4 alcaldías de su “voto duro”; pero la Ciudad –en su conjunto- no tiene futuro en la derecha; la Ciudad no está en venta.

Y se requiere un triunfo holgado porque después del 2 de junio seguirá el intento de judicializar los resultados. Vemos ya a un Instituto electoral de la Ciudad de México aliado con Taboada y sus secuaces al punto de “ordenar” la censura a frases que no se le pueden decir al candidato prianista. Dicen que no podemos hablar del Cártel Inmobiliario porque el señor se ofende; pues hay que decírselo una y mil veces, él representa al Cártel Inmobiliario. Los votantes del 2 de junio deben saberlo y actuar en concordancia.

Estándar
2024, 4T, AMLO, Oposición, PAN, PRI, Xóchitl

La jugada maestra

No pasarán.

El lunes 3 de julio del 2023, antes de que se seleccionaran candidatos a la Presidencia y casi un año antes de las elecciones del 2024, el Presidente López Obrador dijo que la candidata de los conservadores sería Xóchitl Gálvez. Anteriormente a esa fecha, por varias semanas la mencionó en sus conferencias mañaneras y, conforme lo hacía, el conocimiento de los ciudadanos sobre la senadora -hoy candidata- crecía; mientras más escándalos de corrupción y contratos amañados en sus empresas se hacían públicos y el presidente los remachaba, la señora subía en su probabilidad de ser nombrada candidata. Mientras más la inflaba el presidente, la oposición enloqueció orgásmicamente al pensar que había encontrado la némesis de López Obrador. En medio de una patética ingenuidad creyeron que ese globo se inflaba por virtudes propias y no se dieron cuenta que el dueño de la válvula despacha en Palacio Nacional.

Esta es una historia sobre la candidez de los conservadores agrupados en el frente formado por PAN, PRI y prd, que se encontraron con una candidata definida por el mismísimo presidente a quien tanto odian. Se les adelantó en la tarea que tendrían que haber hecho ellos y por lo tanto les constriñó a seguir el juego al que les obligó.

Una vez determinada –por el presidente– la candidata opositora, el PAN la acuerpó porque es -aunque se avergüence y hoy quiera deslindarse de esa reaccionaria agrupación- integrante de su partido: participó en el gabinete panista de Vicente Fox entre el 2000 y 2006, después Jefa delegacional de Miguel Hidalgo por el PAN entre 2015 y 2018 y ahora candidata del menjurje llamado Frente Amplio que dirige Claudio X González y que es el que agrupa al PAN con PRI y el –a punto de extinción- prd. Así que a la candidata que hoy reniega representar a su cuna azul, le pasa como aquello de que si grazna como un pato, camina como un pato y se comporta como un pato, entonces, seguramente es panista, digo, pato.

Por su parte el PRI no tuvo voz para oponerse ya que el acuerdo entre las mafias partidistas indicaba que las candidaturas a presidente y a jefe de gobierno de la CDMX le correspondía elegir al PAN pues el PRI llevó mano meses atrás en las candidaturas del Estado de México y de Coahuila, así que por primera vez en su historia se quedó sin candidatura a la presidencia de la República. (Sobre la debacle de Alito Moreno como el peor y más perdedor presidente del PRI en la historia, hay material para un libro que hasta Aguilar Camín podría escribir)

Al prd, por su parte, acostumbrado ya a la ignominia, tan solo le avisaron y dio por válida la figura de la panista Xóchitl Gálvez como su candidata. Esa decisión tan solo les representa la puntilla que da fin al otrora exitoso y comprometido partido que con el tiempo devino en comparsa del PAN. Ni antes en las candidaturas estatales de Coahuila y Estado de México o ahora en las de Ciudad de México o Presidencial tuvo voz o voto; se le relegó a pequeñas posiciones propias de su representación actual.

En pocas palabras, el Presidente López Obrador les (¿o será se?) “sirvió en bandeja de plata” la candidata al PAN, al PRI y al prd.

Desconozco si más allá de la intuición política del presidente, él ya presuponía que a la carencia intelectual y pocas luces de la candidata de la derecha se sumarían errores garrafales en la campaña como el simple hecho de no haber llegado con una propuesta de campaña en vez de meras ocurrencias, incoherencias, chistes y bobadas. No contaba ¿o sí?, con que la Sra. Xóchitl además de la caricaturesca personalidad que se ha inventado; cometería -por ella misma- grandes errores como lo fue el involucrar a su familia en puestos de su organización y rodearse de los políticos más corruptos e ineficientes en la historia de las campañas políticas mexicanas en las últimas décadas.

No abundaré más en la candidata porque a estas alturas aplica el que no hay que hacer leña del árbol caído. La campaña concluye en 6 semanas, la preferida del INE da traspiés un día sí y otro también, y después del 2 de junio “pagará los platos rotos” en el imaginario prianista para tener a alguien a quién achacarle sus derrotas.

¿Cómo juegan la partida los grandes líderes políticos de la historia? Así.

De un plumazo y con esa jugada estratégica el Presidente situó a la oposición en su irremediable verdad, sentó frente al espejo a cada uno de los partidos y la imagen que encontraron es la de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz. Cada uno se ve reflejado en su candidata, por una parte les dijo: es lo que son y es quien les representa, y además, y me parece es lo fundamental en este maquiavélico entuerto a que les sometió López Obrador, les demostró que todos ellos son iguales, que PAN, PRI y prd son lo mismo y por lo tanto les llevó a compartir candidata. Touché.

Si a lo largo de los 5, casi 6 años que lleva gobernando López Obrador, se le ha tachado por parte de los opositores como un ignorante y poco preparado político; la lección que les ha dado, una vez más, es la que habla de él como el más diestro político mexicano de la actualidad, el que marca la agenda política y el que metió a los “experimentados” políticos prianistas a buscar -día a día- la punta de la hebra de la madeja que les representa la candidata seleccionada para ellos.

La gran jugada del presidente, hay que decirlo, tuvo ayuda. No existe una sola personalidad opositora que se encuentre al nivel de disputar la presencia, experiencia y preparación de Claudia Sheinbaum; no es que los partidos tuvieran una baraja de donde elegir; el embudo se va cerrando a partir de que el elector sería la mafia panista y se aprieta más cuando la definición pasaba por que fuera mujer.

La lectura de la situación la tuvo el Presidente y la ejecutó con precisión de reloj; lo que a él le sirve para hacer constatar que PRI, PAN y prd son lo mismo y el nivel de representación que merecen; a la 4T le permite avanzar haciendo una campaña de propuestas, estructurada y sin errores.

Quienes dicen que el presidente López Obrador impuso a Claudia Sheinbaum se equivocan, olvidan del proceso que llevo a su elección; lo que sí se debe decir es que el presidente le designó a la oposición a Xóchitl Gálvez. Él y nadie más es el dueño de la válvula que la infló.

Ante ese complejo de genérica superioridad que presumen los conservadores mexicanos, ese que intenta descalificar, desvalorizar y degradar a los mexicanos; se les enfrentó el zoon politikón, el tabasqueño de Tepetitán, el gran elector de la Oposición.

Estándar
2024, 4T, Esperanza, Futuro, Jóvenes, Oposición

Crónica para un joven desencantado

«…sobre todo les queda hacer futuro a pesar de los ruines de pasado y los sabios granujas del presente.» Benedetti.

Una generación, como la mía de +- 60 años, tiene por necesidad que entender que la generación que votará por primera vez tiene intereses distintos, una visión de país diferente, problemas diferentes que los que nosotros tuvimos a su edad, e incluso me atrevo a decir una cosmogonía diversa a la nuestra. El cómo llegamos nosotros a nuestra decisión de por quién votar no es igual a la suya, es distinta aunque puede haber algo que las une: la razón.

Los 40 o 50 años que nos separan representan un torbellino de eventos difícilmente comparables (en número y velocidad de cambio) con otro momento del pasado. La razón principal es el efecto de los medios de comunicación, redes sociales e internet y en general todo lo relacionado a comunicación porque también la factibilidad de movilidad y de viajar es distinta.

Jóvenes que votarán por primera vez este 2024. La generación –catalogada como Z- se comunica diferente a como lo hicimos nosotros, se informa distinto y sus intereses son distintos.

No pretendo “jovenearlos” precisamente porque hacerlo es lo que aleja el diálogo intergeneracional que (la posibilidad de diálogo) -desde mi perspectiva- es uno de los logros de la Cuarta Transformación. Hablar de las cosas que sí nos interesan a todos; y hablar de manera diferenciada de las cosas que les interesan a adultos mayores, a adultos, a jóvenes, y a niños.

Yo (hablo de mi caso para contrastar un antes con un ahora) he votado en 7 elecciones para elegir presidente, la primera a los 20 años, y fue hasta la séptima que resultó ganador la persona por quien yo voté. Las 6 anteriores viví la frustración de que fueran en cada caso representantes del neoliberalismo porque justo esos 6 periodos anteriores son los que representan los 36 años de neoliberalismo en México; esos de De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.

¿Qué significó ese periodo de 36 años? ¿Ese periodo de políticas neoliberales? Su resultado fue: corrupción, fraudes, inflación, represión, enriquecimiento ilícito de funcionarios, clasismo, condonación de impuestos a empresarios “amigos”, censura, desaparición forzada de personas, desvíos de recursos, torturas, privatizaciones, nepotismo, traiciones, incrementos de impuestos, rezago en el campo, prensa vendida, guerra sucia, matanzas y un largo etcétera que explican por qué  hoy estamos como estamos, revela cómo es que se llegó al 2018 en que ganó el presidente López Obrador con un porcentaje tan amplio que fue imposible le hicieran fraude electoral.

Pero así como para mí lo obvio era oponerme a las políticas neoliberales (entreguismo, individualidad, corrupción, alianza con el narcotráfico, desigualdad) y por lo tanto votar por los opositores a ese modelo; parte de la población decidió votar a favor de esas políticas que ahora con el paso de los años se comprueban fueron desastrosas para México. Eso es lo que yo viví siendo joven, y hablo de ello para mencionar la razón de mi decisión de voto al momento de presentarme a las urnas, una razón con una carga ideológica propia de mis decisiones e intereses personales y sobre todo de mi entendimiento de los “hechos” que me fue tocando vivir.

Por otra parte debo decir que también influyó el contexto familiar, en ese entorno de familia yo aprendí de liberalismo porque esa es mi historia familiar; mis ascendentes fueron liberales que lucharon, incluso perdiendo la vida defendiendo la República de las invasiones extranjeras, y estando al lado de Don Benito Juarez, y acompañando al presidente Carranza en la Constitución de 1917; invariablemente del lado liberal, nunca del lado conservador. Así esa historia familiar provocó de manera natural que en casa la idea de vida era una en la que se pensaba en el todos, en la libertad, en la justicia, en la fraternidad y otros valores, siempre alejados de ideas de clase o raza. Entonces, este segundo elemento, la familia, también acompañó mi decisión de voto. Pero cada quien.

Y hay una tercera razón y es el futuro; en mi caso el futuro que me preocupa tiene que ver más con mis hijos que conmigo. Pero el futuro no es sino la historia sumada a la siembra de hoy; no hay un futuro distinto de las decisiones de hoy y distinto del contexto histórico en el que se plantea.

México se convirtió, por causa del neoliberalismo, en un país de simulaciones; llevamos décadas haciéndolo, el mundo está diseñado para que prefiramos no saber. Así que ahora, de repente, ¿alguien se sorprende que las figuras políticas del PRI y PAN que incidieron de manera directa en buena parte de los problemas del país sigan siendo postuladas, enaltecidas y aplaudidas porque hemos aprendido a ignorar? Eso es el presente que no reconoce la historia y por eso es que no les extrañe oír que los opositores al gobierno actual dicen que hay que ver al futuro y dejar de hablar del pasado. Es una bonita forma de decir no miren lo que hicimos y vean las maravillas que les prometemos.

Pero si eso es pasado, la decisión de un joven para votar tiene que ver con futuro, ¿Qué hay para mí se deben preguntar?, ¿Qué sigue? Trabajo, Cultura, Ciencia, Ecología, Feminismo…

Trabajo: ¿Sí saben que por años se tuvieron políticas donde se prefería la contratación de trabajadores vía outsourcing para no pagar prestaciones sociales? Y que se modificó la ley de pensiones en los gobiernos priista de Zedillo y panista de Calderón para que al jubilarse reciban unos cuantos pesos por toda una vida trabajada. Y que se pagaron –por décadas- salarios mínimos insuficientes. Sí, eso hizo el neoliberalismo; y la diferencia es que el proyecto actual modificó esas políticas y leyes, se limita el outsourcing (como resultado las personas que tienen seguridad social al cotizar en IMSS e ISSSTE representan el número más grande en la historia; los salarios aumentaron más del 100%, se aumentó el número de días obligatorios de vacaciones. Hay diferencia entre votar por uno y por otro; en ambos casos hablando de realidades, no de ofertas de futuro (que cuando estuvieron en el poder no ejecutaron)

Cultura: ¿Sí saben que por años las becas relacionadas con cultura fueron repartidas por los mismos y entre los mismos, que los presupuestos se gastaban en comprar miles de revistas mensualmente a los “intelectuales” que apoyaban a los regímenes del momento, que el dinero se repartía en prebendas y chayotes a periodistas para que dijeran lo que el jefe de turno quería que se dijera? Que se gastaba el presupuesto en lo que para ellos es “alta cultura” y se ignoró la cultura real, la que hace la gente. Y que, a diferencia, hoy se apoya a miles de proyectos para que creadores independientes desarrollen sus actividades. Hay diferencia entre votar por un proyecto y por otro.

Ciencia: ¿Sí saben que los recursos destinados a Ciencia (siempre insuficientes) se repartían a las grandes empresas privadas para que desarrollaran, por ejemplo, mejores sabores para salsas y empaque de pizzas? ¿Y a las empresas automotrices para que mejoraran la pintura de sus carrocerías? Pues de ese tamaño es la locura de quienes dicen que ahora no se invierte en ciencia, NO se invierte en esa ciencia, ahora se invierte en ciencia básica, proyectos de universidades y centros de tecnología, es decir que se terminó con la simulación en el sector. Hay diferencia entre votar por un proyecto y por otro.

Ecología: el cuento del día es que no hay atención al problema que representa el cambio climático, a la deforestación, a la falta de agua. Más allá de que es falso o por lo menos incompleto, la contraparte que no les gusta decir es que durante el neoliberalismo se enajenó gran parte del territorio a la minería extranjera, que se acordaron inmensas concesiones de agua a empresas privadas, que se deforestó y permitió el cambio de uso de suelo para beneficiar negocios inmobiliarios; hoy es distinto, hoy hay programas de siembra, de recuperación de aguas, de cancelación de concesiones producto de corrupción; el Tren Maya que hoy denuesta la oposición es un proyecto que tiene un sentido de futuro, claro que afecta el entorno porque así sucede con cualquier obra de infraestructura; pero hay un criterio científico que protege el área. El aeropuerto de Texcoco que tanto extrañan se canceló, entre otras razones, porque ecológicamente representaba un desastre ambiental para el Valle de México. Hay diferencia entre votar por un proyecto y por otro.

-Feminismo: La derecha, ni en México ni en el mundo, ha estado en favor de las mujeres, nunca. El panismo ha bloqueado cualquier iniciativa en favor de la legalización del aborto, ha votado en contra de los derechos de las comunidades no heterosexuales, esos son datos. En cambio hay un proyecto actualmente, que no solo cumplió con dar paridad en las posiciones políticas sino que ha establecido políticas en beneficio de las mujeres, muchas, tanto en gobiernos locales como el federal.  Hay diferencia entre votar por un proyecto y por otro.

Y  podría seguir y seguir dando ejemplos de porque es sustancial la diferencia entre unos y otros, entre las dos opciones que actualmente se presentan. Cada joven decidirá su voto, su razonamiento le hará optar por una de las dos opciones en juego (la tercera Movimiento Ciudadano es un chiste).

México tiene muchos retos, hay miles de tarea por hacer, nada está acabado y todo es perfectible, pero volver al pasado es la peor decisión que cualquier joven puede tomar.

Los jóvenes saldrán a votar, cada uno por sus propias razones; sin duda estará presente su historia personal, su familia, su entorno, sus preocupaciones; más allá de cualquier motivación si piensan en su futuro y no en lo que les digan las televisoras y redes que ocultan el pasado, su voto les hará la diferencia porque más allá de un resultado –que se presenta ya cantado en donde Claudia Sheinbaum, la universitaria, doctora en ciencias, co-Nobel por estudios de cambio climático será la próxima presidenta- la idea del país que quieran construir se suma a la de millones otros ciudadanos, y así es como se hace la democracia, no solo votando sino acompañando un proyecto.

El 2 de junio hay un proyecto, el de Claudia Sheinbaum, reto a cualquiera a que nos diga cuál es el de la Sra. Xóchitl que no sea el regresar al pasado.

Si yo puedo dar un consejo a los jóvenes que votan por primera vez, es: con la derecha ni a la esquina. Si es verdad que les preocupa el futuro, con la derecha ni a la esquina.

Estándar
2024, 4T, Conservadurismo, Golpismo, Odio, Oposición

El diseño de su guerra

El mal es esa anomalía que está delante de los ojos de todo el mundo pero que nadie consigue ver. (Donato Carrisi)

Su causa está condenada al fracaso porque está cimentada en la estúpida y despiadada visión clasista sobre la mayoría de los ciudadanos. Sus políticas, cuando gobernaron, fueron crímenes contra el bienestar público para satisfacer sus propios bolsillos. Votar por ellos -una vez más como en el pasado lo hicieron- dándoles el “beneficio de la duda” de que ya cambiaron, es un error garrafal que pagarían esta y las siguientes generaciones y del que México difícilmente se levantaría. De ese tamaño es el desastre de su gestión y la aberración de su ideología.

La mentalidad prianista (que ahora es simplemente la de un panismo rozando los límites de la ultraderecha y el fascismo) está en otra cosa que no tiene nada que ver con la búsqueda de un mejor país. La arrogancia es su problema, creer que México es para su reparto es lo que les inhabilita para ser opción de gobierno.

Y como la mayoría de ciudadanos ya identificó su calaña, lo que claramente explica el resultado de todas las encuestas, dan un arriesgado paso a una guerra sucia creyendo que con ella podrán salirse con la suya. Supongo que dicen algo así: si por las buenas no podemos pues van a ver por las malas.

Les invito a revisar todas las votaciones que han habido para decidir sobre algunos de los puntos anteriores, a revisar también las notas periodísticas de lo que expresaron sobre cada uno de estos proyectos; ese NO es la sustancia de su propuesta de gobierno.

No hay posibilidad de “campaña, es decir de contrastar ideas porque no las hay por su parte; decidieron y prefirieron apostar al NO a todo lo que se haya hecho. No a las pensiones, no a las becas, no al tren maya, no a al aeropuerto Felipe Ángeles, no a la refinería, no al corredor Transístmico, no a un peso fortalecido, no a quitar el outsourcing, no a los incrementos salariales, no al combate al huachicol, no al combate a la corrupción, no

Fueron capaces de usurpar causas legítimas que terminaron politizadas a su conveniencia, convirtieron grandes temas y causas honestas y nobles en botín político; para muestra un botón (no, menos, tres, parafraseando a su ídolo Enrique el pillo), basta con ver lo que hicieron con tres temas:

  • Ecología: Convirtieron la narrativa en favor de la ecología en una campaña de comunicación sin sustento en contra del proyecto de Tren Maya con cómicos y artistas que viven en Estados Unidos y que nunca antes cuestionaron los temas del medio ambiente . No se acordaron antes de hacer lo mismo ante la minería a cielo abierto, las irreflexivas y perjudiciales concesiones de agua, las autorizaciones a expoliaciones de tierras para extraer minerales y materiales de construcción; el daño a los ríos por derrames químicos por empresas.
  • Feminismo: Pasaron de negarse a votar a favor de políticas feministas, de rechazar la despenalización del aborto, de negar el empoderamiento femenino, de negarse al matrimonio entre personas del mismo sexo y el derecho a decidir sobre el propio cuerpo y la sexualidad, de no ver la diferenciación salarial entre mujeres y hombres, de negarse a apoyar una clara definición sobre la necesidad de una vida sin violencia a las mujeres; pero como son hipócritas y es temporada electoral se convirtieron de repente, ahora los vemos utilizar el lenguaje feminista como si fuera su lucha eterna. Sí, el prian, ese ente misógino y patriarcal (como bien le llama Héctor Atarrabia), resulta que en campaña se dice aliado de las mujeres y que ellos representan el verdadero feminismo. Y explica el mismo @HectorAtarrabia: “Todos, todos, todos los movimientos sociales que han tomado las calles por derechos, justicia y bien colectivos, son, por definición, de izquierda. Justo eso y no otra cosa significa ser de izquierda: anteponer el bien común y defender los derechos humanos.” Pero en su conversión mental ellos son la izquierda.
  • Libertad de expresión: Cambiaron la costumbre del chayote con la que se decían que vivían en libertad de expresión mientras prohibían voces, quitaban concesiones, despedían periodistas, extorsionaban a dueños de medios; y ahora en cambio dicen que es dictadura una plena y absoluta libertad de decir, que, incluso, ellos pervierten y llevan al extremo al insultar y maldecir al presidente en turno –sin consecuencia alguna- (que si esto fuera dictadura…) Solo en sus cabezas pasa que fueron y son adalides de la libertad de expresión, cuando son meras plumas dispuestas a decir lo que convenga a quien les paga. El mundo al revés.

Y solo tres ejemplos, porque en su recorrido como opositores pervirtieron todo, incluido que intentaron -o intentan- cambiar la verdadera historia del país, incluso el significado de las palabras; para decir que no son lo que son y que no dicen lo que dicen.

Pero, como nada les funcionó y la mayoría de la población mantiene su apoyo al gobierno actual, al presidente López Obrador y a la candidata Claudia Sheinbaum; en un paso más hacia su desprestigio, esta oposición con la ayuda de sus comunicadores, sus intelectuales y sus financiadores extranjeros y nacionales, se lanzaron a la guerra sucia. ¿Qué por qué sí habría de funcionarles? Será tarea de la psiquiatría explicar cómo entienden en sus cabezas la relación entre ese comportamiento antisocial y la eventualidad de cualquier triunfo. La ciudadanía ya les dijo que no es por ahí y las mediciones actuales reiteran que los mexicanos rechazan esa forma vil de resolver la disputa política.

Los representantes de la derecha buscan provocar, con sus hechos y sus dichos demandan una respuesta nuestra alterada con qué maliciar en sus medios como la de los “intolerantes, dictadores y manipulables” que dicen que somos. Pero pues ni los topamos, vamos, como dice el refrán, que cuando las cosas marchan a favor de uno es porque va en «Caballo de Hacienda«.

En un intento de repetir  su ilegal campaña de sembrar miedo, -aquella de “es un peligro para México”- repiten una y otra vez en su palabrería miedo, miedo, miedo. Ese miedo que tienen de saber que están derrotados lo trasladan a un imaginario que dice que ellos son la solución a ese miedo que, asumen, tiene la ciudadanía.  Es decir, quieren sembrar la idea de que su miedo es nuestro miedo. Y así sus mentiras disonantes se unen a espantosas premoniciones que solo las sobreprotectoras manos que ellos brindan a los sufridos ciudadanos bajo el yugo de la dictadura en que dicen que vivimos, resolverá. No son capaces, estos opositores, de respetar siquiera a su público; utilizan relatos disuasorios que ennegrecen la realidad y convierten a sus destinatarios en pusilánimes precoces (y tampoco es para tanto, sí son básicos pero mínimo que les respeten).

Castañeda, Alazraki, Zuckerman, Loret, Krause, Krausito, Pagés, Lozano y demás runfla dieron el visto bueno, el “Go negative” como les gusta decir a estos colonizados de imberbe raciocinio y nulo amor al país, a que la campaña sea sucia, de mentiras, agresiva y que llegue a sus últimas consecuencias; le están apostando a un incendio que obligue a anular la elección –antes o después-. En su cancha juega la mayoría de la suprema corte (así en minúscula), poderosos organismos paraestatales de Estados Unidos y Europa y medios de comunicación que se rigen por una libertad de expresión que entienden como la del que les paga las cuentas; contra eso vamos, contra eso va Claudia y nuestras candidatas y candidatos.

No les hagamos el juego y mostremos la unión que es el elemento necesarísimo para impedir que tengan éxito, necesitamos una inmensa mayoría –como nunca antes se haya visto- para que se topen con la realidad de una democracia de la que mucho hablan y poco creen.

Hay que identificar que esto es una guerra porque así la oposición lo quiere, las guerras son de dos bandos, no hay espacio para tibieza ni duda. Que cada quien ubique de qué lado de la historia está. Como decía Nicolás Guillén: Soldado, aprende a tirar:/ Tú no me vayas a herir,/ que hay mucho que caminar.

Estándar
4T, Lealtad, México, Moral pública

¿Qué vamos a ganar?

¿Dónde hay un ejemplo semejante, toda una nación, una nación entera que haya perdido todo su patrimonio?  Humboldt.

Llevan décadas calumniando a López Obrador, ¿por qué nos sorprendería que una vez en el gobierno dejaran de hacerlo? lo declararon un peligro para México, lo desaforaron, pretendieron encerrarlo y sacarlo de la vida pública. Fox y Calderón alineados con las élites económicas pusieron toda la fuerza del estado en su contra, gastaron muchos recursos e influencias para acabarlo y sacarlo del mapa político, le crearon una guerra sucia para evitar verlo en la presidencia y nada les funcionó –no antes y no ahora-; no vieron que detrás de él estamos muchos; creyeron que se trataba de la lucha de un hombre cuando a lo que se enfrentaron es a la voluntad de un grandioso pueblo; ese pueblo al que no conocen y no entienden. No, no es solo López Obrador, es un México que ya no se deja y que tiene un proyecto que significa que ahora sigue Claudia, pero, ¿para qué? Aquí va mi explicación:

En el juego formal en que se organiza la competencia electoral los partidos políticos buscan ganar, ese es el sentido de su existencia, se conforman como organizaciones políticas para buscar y ejercer el poder.

¿Poder para qué?, sin duda para intentar incidir en la definición de la vida organizacional cotidiana y de la distribución y uso de los recursos públicos. Esto es lo que define a una organización política con un proyecto que se mueve únicamente en una tesitura económica en que a todo le ve cara de dinero, ganancia, compra-venta; en México tenemos un gran ejemplo en los 36 años de neoliberalismo que abarcan los sexenios de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. En esos 36 años el país perdió su patrimonio público de manera desbordada, las empresas de gobierno fueron rematadas o regaladas, se otorgaron concesiones de recursos naturales de manera escandalosa (la corrupción es también explicación), tierras obsequiadas a la minería, agua, minerales, ferrocarriles, carreteras, todo lo que pudieron regalar o rematar se hizo. Y eso fue una forma de ejercer el poder, sin duda.

Bajo una perspectiva más cultural, digamos que más holística, hay otra forma de ejercer el poder, una que incorpora tres cosas a la facultad y definición de las reglas económicas: el beneficio colectivo, el ritual público y la emoción. Y esto, es otra forma de ejercer el poder, también sin duda. He aquí el dilema moral que queda patente entre derecha e izquierda; gobernar para los negocios, las empresas y los funcionarios que se enriquecen en su gestión o gobernar para el beneficio de todos. Me remito a Robespierre, líder de la Revolución francesa, presidente de la Convención Nacional en dos ocasiones: “Ningún hombre tiene el derecho de amontonar grandes cantidades de trigo al lado de su prójimo que muere de hambre. ¿Cuál es el primer objetivo de la sociedad? Mantener los derechos imprescriptibles del hombre. ¿Cuál es el primero de esos derechos? El derecho a la existencia” *

  • El beneficio colectivo: en la 4T se definió en la frase “Por el bien de todos primero los pobres”, se ejecutó en las políticas sociales y económicas de becas, pensiones, incrementos al salario, desarrollo de zonas marginadas (principalmente sur, sureste), buen manejo de las variables macroeconómicas, obras públicas de utilidad para las mayorías: carreteras, trenes, caminos, sistemas hidráulicos, refinerías; austeridad en el gasto público, entre otras.
  • El ritual público: la cercanía con los ciudadanos por parte del presidente, el respeto a las costumbres de los pueblos, el “yo me hinco donde se hinca el pueblo”, la comunicación diaria (la Mañanera, siempre denostada y ahora imitada) que marca la agenda de información pública; la presencia constante del gobernante en todos los Estados; la reiteración de la historia como fuente del presente; la insistencia en no olvidar que la corrupción y los corruptos (con nombre y apellido) son quienes nos arrastraron al país que se recibió en el 2018.
  • La emoción: Las encuestas marcan que la apreciación al presidente López Obrador es además de mayoritaria (como nunca antes la ha tenido ningún otro presidente mexicano desde que se tienen estas mediciones), transversal, es decir que cruza todos los segmentos de edad, escolaridad y clase social. No me refiero a si hay de por medio una decisión de voto a favor o voto en contra, me refiero al hecho de que la mayoría de los ciudadanos de este país, en rangos que alcanzan el 80% considera que se ha hecho un buen trabajo. ¿Y qué tiene que ver esto con la emoción? Tiene que ver con que hay un sentimiento generalizado que vislumbra un futuro mejor, que ve que bajo una forma distinta de gobernar, bajo un estilo personal de gobernar (Cosío Villegas dixit): los más desposeídos, los más viejos, los menos preparados porque no se les permitió estudiar, las minorías “inexistentes”, las mujeres en general; todos los que fueron dejados de lado, desechados, por un capitalismo atroz; hoy ven políticas públicas que les incluyen y sobre todo hoy tienen esperanza. Pienso en Antonio Machado cuando dice: “Dice la esperanza: Un día/ la verás, si bien esperas./ Dice la desesperanza:/ Solo la amargura es ella./ Late, corazón… No todo/ se lo ha tragado la tierra”. Y la esperanza, contrario a lo que el conservadurismo y la derecha mexicana dice, no es meramente simbólica, y por no entender esto es que se encuentran tan lejos de todo: del cariño de los ciudadanos y, de lo que más o únicamente les importa, de sus votos.

¿Para qué queremos ganar el próximo junio de este año quienes somos parte del proyecto 4T?

Para continuar con un proyecto, llámese o no Humanismo mexicano -ese decir de López Obrador que retoma del autor romano Publio Terencio “nada humano nos es ajeno”, añadiendo que: nutriéndose de ideas universales, lo esencial de nuestro proyecto proviene de nuestra grandeza cultural milenaria y de nuestra excepcional y fecunda historia política”.

Queremos ganar para ejercer una idea que convertida en acción habla de justicia, soberanía, igualdad y libertad para todos. Queremos ganar para que en continuidad pongamos el siguiente piso de la 4T, en mejorar lo que se hizo, en corregir lo que se hizo mal, en hacer lo que no se hizo; pero siempre e invariablemente sin permitir un regreso al pasado que hoy representa el prianismo y la oposición conservadora, corrupta y de derecha que se mantiene al acecho.

No somos esos tibios que se llaman izquierda democrática, que con su pasividad acompañaron la construcción del neoliberalismo, no somos esos marchantes de colores en defensa de lo indefendible y no somos bajo ninguna circunstancia de esos que hablamos de libertad si se refiere a esa libertad negativa del neoliberalismo que se repliega y acota en un individuo, sino que somos quienes pensamos en la libertad a través de la acción e inteligencia colectivas, en comunidad, en ciudadanía. Para eso queremos ganar.

* Georges Labica: Robespierre: una política de la filosofía, El Viejo Topo, Barcelona, pp. 52-53

Estándar
4T, Desmemoria, Oposición, Panismo, PRI

¿Qué decían, qué dicen?

«En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario» Orwell.

…el fin del mundo es el siguiente año (ahora sí, se los prometen). Repiten lo mismo, reviven a sus cadáveres políticos, remachan con historias de terror, lanzan sus peroratas de miedo al futuro porque el presente les dice que no es por ahí. No los van a escuchar decir: se los dijimos, el país quebró, el presidente se reeligió, la relación con Estados Unidos se rompió, el peso se devaluó, las obras que se ofrecieron no se hicieron, la deuda se incrementó, porque sus augurios que -nunca tuvieron sustento- no se cumplieron. les escucharán decir lo mismo pero ahora refiriéndose al futuro, al siguiente año, al siguiente gobierno. Y así en cada ciclo se repiten, podemos alegrarnos porque significa que no han tenido ni la forma, la idea o la gana de crear una nueva narrativa, o podemos sentir pena por sus seguidores que compran su mismo y repetido discurso como nuevo.

-Son los mismos.

En las listas de senadores y diputados plurinominales de PRI y PAN, esos a los que nadie vota y bien nos podríamos ahorrar pero que por cuota llegarán al legislativo, la oposición ha registrado entre otros a: Alejandro Moreno (Alito), Manlio Fabio Beltrones, Rubén Moreira, Francisco Cabeza de Vaca (escondido en EE.UU.), Jorge Romero (jefe del cartel inmobiliario), Marko Cortés, Jesús Zambrano y Ricardo Anaya (escondido en EE.UU.); todos ellos conocidos miembros del clan gobernante durante el neoliberalismo, todos ellos los de la idea de que el gobierno es para enriquecerse, todos ellos conocidos vende-patrias, presuntos o conocidos delincuentes (amparados, prófugos o con sus acusaciones penales prescritas).

Estos, sin dudarlo tendrán puesto y fuero en el siguiente sexenio, es la manera de protegerse de que se les persiga penalmente. La fama de los mencionados no es tal sino por el contrario la más clara demostración de que la desvergüenza, el deshonor, la vulgaridad, el desprestigio y el fracaso son quien represente a la oposición en el gobierno que encabece Claudia Sheinbaum. Nada nuevo bajo el sol, nadie duda que requiere fuero la pandilla prianista que mandó al baile a la insustancial Xóchitl a que hiciera el ridículo en vivo y directo y, ahora sí, sea conocida por todos.  Tan la embarcaron, que todos estos serán senadores o diputados y la Sra. X será tan solo el chivo expiatorio del fracaso de ClaudioX, camarilla y wanabis incluidos.

El modelo opositor actual, ese que se ha dedicado a mentir y engañar a sus ingenuos seguidores está formado por personas que se mantienen en la cima de la élite política no por méritos sino por compadrazgos, amistades, corruptelas y finalmente porque en una especie de omerta, se cubren entre sí mismos.

¿Por qué querrían dejar el poder a otros, que no sean ellos, de su propio clan conservador y rapaz? ¿Por qué querrían dar paso a nuevas figuras? ¿Por qué no podrían pensar que es tiempo de jóvenes? ¿Por qué no abrir espacio para mujeres? Precisamente porque viven el poder como si fuera un designio monárquico, se sienten dueños y, en su estrechez de mira, no se dan cuenta que cavan la tumba de los partidos que les auparon. Vean los números de estos partidos en la apreciación ciudadana, en su peor nivel y cayendo; a punto de desaparecer, y sin embargo estos dueños, descaradamente y burlándose de sus partidarios les arrebatan los pocos lugares que quedan en el bote salvavidas después del naufragio.

-Haciendo lo mismo.

La campaña sucia que se vivió en el 2006, 2012 y 2018 contra López Obrador y el proyecto transformador que busca modificar el paradigma de la normalización de la desigualdad, la injusticia, la pobreza y el clasismo –entre otras- revive en esta campaña hacia el 2024. Los mismos publicistas, los mismos voceros, los mismos medios de comunicación, las mismas plumas pagadas, los mismos tele-intelectuales, los mismos. ¿O no Cortázar, Creel, Alazraki, Krause, Aguilar Camín, Pagés, Chumel, Coparmex, Loret, la Iglesia, televisa y teveazteca? ¿Hablamos de Operación Berlín, Pemexgate, Amigos de Fox, Elba Esther Gordillo… o nos esperamos a ver cómo se llamará el capítulo de estas elecciones?

La difamación constante, las mentiras, las cifras falsas, los encabezados amarillistas; acostumbrémonos a la constante de cada sexenio en contra nuestra, digo nuestra porque el proyecto 4T es de quienes lo adoptamos, (algo así como Chavela Vargas diciendo que los mexicanos nacemos donde nos da la chingada gana), preparémonos a la guerra sucia, esa que en otras ocasiones incluso mató gente, muchos perredistas por cierto, (¿Quién hubiera pensado que los despojos de ese partido hoy estarían comiendo de la mano de sus victimarios?) porque están furiosos, van con todo y están dispuestos a que el país arda.

-Diciendo lo mismo.

¡Es un peligro para México!, ¡López Obrador es un dictador que se va a reelegir!, ¡El peso se va a devaluar, compren dólares!, Venezuela, Cuba, la torre de control del AIFA está chueca, si gana Trump nos invaden, no hay medicinas, no alcanza el dinero para dar pensiones.

Crisis, devaluación, desempleo, deuda, mentira, intolerancia, dictadura, pérdida de tu patrimonio; lo que se sume, lo que ya dijeron y lo que volverán a decir, esa es la campaña opositora pero además ahora se le añade que, gracias a la absoluta libertad de expresión, la aderezarán con insultos.

La historia se desarrolla de manera cíclica, repitiéndose cada cierto tiempo en señales que pueden transformarse en la forma pero no en el fondo. No hay que esperar nada de los mismos haciendo lo mismo y diciendo lo mismo; lo que sí es que hay que disfrutar como volveremos a ganar a esos mismos que no aprendieron; para ellos ni siquiera hay relevo generacional, no hay cambio alguno, así que a seguir escuchando lo mismo de los mismos.

Estándar