2024, 4T, AMLO, México

Noticias de un sexenio.

No guardo rencor, pero tengo buena memoria.

A la hora de hablar sobre el resultado de las políticas públicas del sexenio lopezobradorista, bastaría un dato para su evaluación: hoy hay muchos millones menos de pobres que hace seis años. Porque ser pobre es una mierda, ser pobre es no tener posibilidad de cubrir tus necesidades básicas, tu comida, luz, techo, salud, educación para tus hijos. Hablar de pobreza es partir de no olvidar lo duro que es para quienes la sufren. Más allá de las carencias económicas hay que hablar de la angustia y medio en que se vive esta condición, una condición en la que además es muy posible que nadie, más que el que la vive, preste atención. Sí, no hay otra forma de decirlo, ser pobre es una mierda.

En los dos sexenios previos al actual, el de Calderón y el de Peña Nieto, el número de personas pobres en México creció en 15 millones, un promedio de 125,000 pobres más cada mes. Con datos de CONEVAL, en los primeros cuatro años de este sexenio, del 2018 al 2022, más de 5 millones de personas salieron de la pobreza (un promedio de cien mil personas por mes). El CONEVAL tendrá datos de los dos últimos años hasta el 2025, sin embargo, el Banco Mundial ya emitió su reporte llamado Macro Poverty Outlook en donde dice que la pobreza en México disminuyó durante el sexenio en 9.6 millones de personas. Una reducción de 8.6% respecto al inicio de este gobierno. De 35.7 millones de pobres a 26.1 millones.

Solo en este rubro, la comparación entre el resultado de los gobiernos previos a López Obrador y el suyo, nos hablan de un logro extraordinario; solo con este dato el presidente podría retirarse tranquilo a “La chingada” sabiendo que cumplió su objetivo.

“Por el bien de todos, primero los pobres”, ¿recuerdan quien lo dijo?

Pero además de lo anterior, que insisto en que ya es un dato extraordinario, hay más de donde definir qué tan bien lo hizo este presidente y si su modelo fue transformador.

  • Lo que se puede medir, los datos económicos: Disminuyó la pobreza laboral, en 2018 era del 41% y al 2º trimestre del 2024 iba en 35%; se evitó la devaluación del peso frente al dólar y durante gran parte del sexenio de hecho nuestra moneda se reevaluó; el endeudamiento público fue menor al de cualquier otro sexenio del periodo neoliberal; se incrementaron los salarios en un 113% al pasar de 88 pesos diarios en 2018 a 248 en 2024. La inversión extranjera directa fue mayor que la de cualquier otro periodo sexenal. El 71% de los hogares mexicanos reciben algún apoyo social.
  • La manera de comunicar: Antes de este sexenio la mayoría de la población se “informaba” a través de medios, periodistas y analistas que cobraban dinero a los gobiernos en turno para decir lo que estos quisieran decir, o no decir lo quisieran que no se dijera. López Obrador cambió el modelo, exhibió a todos esos periodistas y medios como los contumaces mentirosos que, a cambio de haberse hecho millonarios, vendieron sus plumas.

Ahora, en vez de eso, nuevos medios formales e informales se presentan diariamente a “La mañanera” y preguntan lo que consideran necesario. La libertad de expresión, como nunca se ejerce a plenitud. Las redes sociales ayudaron a que las fuentes de información de las que se alimenta la ciudadanía sean muchas e inmediatas. Se transformó el modelo de comunicación, se dice fácil pero su implicación es radical e irreversible.

  • El cambio en la sociedad: La polarización que significa la pobreza y la desigualdad (que es la única polarización de la que habría de preocuparse) fue cambiando con el paso de estos años a una politización derivada de que los mexicanos, en su mayoría, se sienten parte de un proyecto de Nación. La gestión de gobierno hizo recaer en el pueblo todas las decisiones, y ese “pueblo” optó por lo que le beneficia y no lo que requiere otros países, grandes corporaciones y élites mexicanas. Creo que esta transformación en la mentalidad y psicología de los mexicanos es el mayor triunfo del primer sexenio de la Cuarta Transformación.
  • La oposición: Se vio obligada a expresarse, ya sin tapujos, sobre su desprecio a las mayorías del país. A los pobres por pobres, a los morenos por morenos, a los que no somos como ellos por no serlo. Se sacó del closet al conservadurismo clasista que se escondía bajo el manto de izquierda progre; de wanabis a quienes no alcanza la quincena para pagar tarjetas de crédito; de whitexicans sin espejo; de estudiados en universidades de “élite” profundamente ignorantes. Tan se demuestra este punto que después de vestirse de rosa y pasear algunos sábados, sólo les alcanzó para tener de candidata a quien tuvieron, no se si eso sea el karma, o tan solo la respuesta del universo a su retrogradismo.

Por sus resultados, López Obrador es el mejor presidente en la época moderna, ¿fue perfecto? no, nadie esperaba que lo fuera. Y sin embargo supera por mucho a sus antecesores, no hay comparación posible entre los resultados que entrega al cierre de su sexenio con lo que representaron los anteriores. Es en los gobiernos anteriores donde el resumen es más pobreza, mayor desigualdad, menor obra pública, menor inversión, mayor devaluación, corrupción etc.

Al cierre sexenal, la encuestadora Demotecnia (de las Heras) dice que 8 de cada 10 encuestados creen que AMLO sí logro una transformación en el país.

La agudeza política del presidente radica en que construyó su gobierno de la mano de los ciudadanos, por eso fue invencible, por eso se retira después de que su partido y aliados hubieran ganado la mayoría de los gobiernos, congresos, senadurías, diputaciones y presidencia. Por eso la ciudadanía optó por una mujer como futura presidenta, porque esa politización de la que hablé antes dijo que quiere el segundo piso de la mano de alguien que comparte, desde su inicio, el proyecto de nación en el que hoy nos encontramos.

La oposición gusta de decir que ellos son mejores, por eso desprecia a quienes acompañamos a este mandato, se le olvida que, tanto por López Obrador como por Claudia Sheinbaum, votó la mayoría en todos los niveles educativos, y por género, y por edad, y por condición social y económica. Y no quieren ver que representamos un modelo exitoso y transformador. López Obrador cumplió, la oposición en su acostumbrado papel perdió todo lo que podía haber perdido, incluso la vergüenza.

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4T, AMLO, Claudia

De lo que no hablamos

Se sabe que nos proponemos cambiar el sistema social, puesto que no hacemos misterio de ello. (Santiago Carrillo)

Más allá de los datos duros que tenemos para decir que hemos transcurrido uno de los mejores sexenios en la historia de los últimos cien años en México; los hechos, decisiones o ideas sembradas, la idea de que el sueño de muchos se convierte en realidad, la representación de que la esperanza sustituye a la sombra de la marginación y pobreza, es el logro más importante de este momento histórico.

Mucho se ha hablado de los resultados de gestión del primer gobierno de la llamada Cuarta Transformación, en la actualidad hay múltiples fuentes de las que se puede obtener amplia información válida y sustentada, la constatación de los datos públicos es sencilla de obtener; el espacio que queda para la oposición -negacionista del favorable saldo en casi todos los temas- es muy escaso; invariablemente los vemos, leemos y escuchamos caer en la especulación, la mentira y la desinformación para defender su idea de fracaso (como atributo del otro y no del propio) de este sexenio.

Como dijo el Rey Salomón: “Nada nuevo bajo el sol”; la infame narrativa continuará pero los datos son los datos, sin duda habrá que hacer un resumen antes del 30 de septiembre en que concluye el mandato del presidente López Obrador, será a manera de fe de hechos y para la memoria colectiva, sin embargo ese es otro cantar porque ahora a lo que va esta columna: lo que los datos duros no dicen y ha sucedido en estos 6 años.

El paradigma: No solo se cambió el concepto del significado de paradigma como tal, es decir se da un cambio de un paradigma existente o mecanicista (así son las cosas, así ha sido siempre y así será) a un nuevo paradigma en proceso de formación (una forma distinta de hacer las cosas, la historia explica cómo llegamos aquí, nada es para siempre).

No solo eso, además del cambio conceptual del paradigma o canon  –filosófico, intelectual-  en los hechos se modificó también el arquetipo preexistente en la política y sociedad mexicana, la forma y la idea en que se pensaba la realidad mexicana, pasamos del: así nos tocó, los mexicanos somos flojos, sucios e ignorantes y necesitamos la ayuda del hombre blanco europeo, el pobre es pobre porque quiere, etc. a: la situación mexicana en el 2018 se explica como heredera de las crisis históricas a que nos sometieron como Nación, particularmente la creada por las élites que irrumpieron en el neoliberalismo de los 6 gobiernos anteriores, y por lo tanto tiene una explicación y una solución que beneficia a las mayorías.

Los datos no cuantifican la cauda de ideas y conceptos que en la práctica se introdujeron como necesidades del estado mexicano y de los ciudadanos mexicanos (porque a veces es lo mismo pero no es igual) pero aquí algunos:

  • El intento de la prohibición del glifosato, el herbicida patentado por la empresa Monsanto en 1974 y clasificado por la Organización Mundial de la Salud como “posible cancerígeno”, (le dicen posible porque la OMS tiene que ser políticamente correcta para no lastimar a las grandes trasnacionales de los químicos y venenos que contaminan el planeta y enferma a la población) pero es cancerígeno y es tan solo un asunto de negocios (business is business). Un gobierno preocupado por la salud de los ciudadanos.
  • La prohibición de importación de productos agrícolas transgénicos –particularmente el maíz. Esta es una de esas luchas de Davides contra Goliaths porque es un enfrentamiento directo con las empresas estadounidenses productoras y México como segundo país comprador del –comprobado científicamente- peligroso producto. La oposición de grupos de interés mexicanos y despachos de abogados a esta prohibición es la más clara muestra de la traición a lo que debería ser importante para todos, la salud de la población. Un combate a las decisiones de otros países y empresas extranjeras que vulneran a México.
  • El desnudar a la intelectualidad y líderes de opinión que por décadas –al amparo de los billetes que les llenaban sus carteras- mintieron sobre la realidad de los hechos, las causas y consecuencias de las decisiones de gobierno. Aquellos que fueron ciegos a la venta de las empresas públicas y a las legislaciones que acotaban la soberanía nacional. Esos grupos de comunicación y sus caras públicas que aún hoy pululan en las pantallas y periódicos. Haberles exhibido como los farsantes de la comedia de rapiña que representan. Un gobierno que explica la mentira de la narrativa del PRI y PAN.
  • El exponer el modelo de evasión de impuestos con el que los “grandes y reconocidos” empresarios del país construyeron su riqueza. Un gobierno que se preocupa por los recursos que son de todos los mexicanos.
  • El potente símbolo de la venta del avión presidencial -con el que Felipe Calderón quiso embelesar a Enrique Peña Nieto y comprar así su silencio- como desprecio a la ostentosidad en que se conducía la “magnificencia gobernante”. Un gobierno que clama por la austeridad en el gasto público.
  • La desaparición del PRD como partido político: la idea de que decirse de izquierda siendo derechista, de coludirse con el rancio conservadurismo y las élites económicas de rapiña para legislar en contra del País, el entendimiento de que los partidos políticos pueden ser propiedad privada de un trío de chuchos que mantienen a un séquito de wanabis y reaccionarios de closet. Un gobierno que con sus hechos exhibió la hipocresía de los medias tintas.
  • El abrir el concepto de libertad de expresión en la mayor amplitud del término, incluso ante el libertinaje que se tomó la oposición de insultar como forma de expresar sus ideas políticas. Nunca como ahora la libertad de expresión es la herramienta consustancial con el ser ciudadano. Un gobierno en defensa de las libertades.
  • La cancelación del aeropuerto de Texcoco, como dice Jiménez Espriú en su libro La Cancelación: el pecado original de AMLO. Porque con ello marcó su territorio, dijo esto dije que haría y esto hago; se acabó con ese acto la preeminencia del poder económico por sobre el bienestar del país. Ante una obra mal concebida que ni financieramente, ni técnicamente y mucho menos ecológicamente, tenía viabilidad; se marcó el rumbo de una nueva manera de conducir el país. Un gobierno que dice que las decisiones las toma quien es elegido por el pueblo y no por las élites económicas.

Pero falta hablar de dos aspectos cruciales, contundentes de lo que significa el gobierno actual:

El primero es que sentó las bases para el futuro; hay un antes y un después claramente sustentado; México cambió de una manera que muchos pensamos podría suceder y que unos cuántos se niegan a reconocer. Un gobierno que nos prepara para el porvenir y que no se agota en su ciclo sexenal.

Y segundo y más importante, López Obrador tuvo la visión de hablar y conducirse con paridad de género en la política y haber provocado que una mujer sea nuestra próxima Presidenta (así, con A). Y esto es mucho, y esto México y la historia lo recordarán. Un gobierno para todas y todos.

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2024, AMLO, Destino, México

Ave de tempestades

«Me entenderás… cuando te duela el alma como a mí». Frida Kahlo.

Son variadas las interpretaciones al significado de un ave de tempestades, aparece en la mitología griega, romana y mesopotámica; a veces aparece como el que hace las tormentas y a veces como el que las apacigua. López Obrador cumple a la perfección el dual papel: hace las tormentas, altera el status quo con una frase, incluso con tan solo una palabra; trastoca las acostumbradas formas políticas, altera la usual teoría sobre gobernanza y, a la vez, con un gesto, una respuesta, una llamada o una decisión que hace pública, acomoda, sosiega y transforma sutil o radicalmente el México que le tocó gobernar.

En un mundo en que un genocida como Netanyahu es aplaudido por el Congreso estadounidense (y la derecha mexicana); un neo-fascista como Milei es enaltecido mientras, a ritmo de tango, acaba con el país que dirige (y la derecha mexicana sonríe); un presidente elegido democráticamente como Castillo es encarcelado y una golpista usurpadora como Dina Boluarte usurpa el mando (y la derecha mexicana mira para el otro lado); la élite económica -del que se dice el país más poderoso del mundo- decide que un anciano no puede competir en las elecciones pero que un delincuente convicto y racista sí (y la derecha mexicana asiente);  en medio de esta promiscuidad ideológica, tan propia del rapaz conservadurismo, López Obrador se impone como la calma en medio de la tormenta del nuevo orden global.

En una América en que la genuflexión de los presidentes mexicanos -en los seis sexenios neoliberales- al gobierno estadounidense fue la constante; en que la relación de México con los países de Centro y Sudamérica dependía de lo que autorizara el vecino del norte; la llegada al poder del macuspeño modificó, por una parte, la sumisión por soberanía y por la otra corrigió la displicencia por fraternidad bolivariana ** intentando que los gobiernos latinoamericanos encuentren incentivos de vecindad común.

En cinco líneas se cuenta fácil, pero la magnitud de lo sucedido en la relación mexicana con sus vecinos al norte y sur representa un diluvio como no se había visto desde el cardenismo y la expropiación petrolera. Tan solo con capear las tensiones del ascenso de China y el incipiente declive de Estados Unidos –ambos principales socios comerciales de la región y el segundo el más importante de México, ya es gran mérito. Nuestra ave de tempestad a su vez, se transformó en el alción, esa ave a la que se le atribuía el poder mágico de apaciguar las tormentas, López Obrador ordenó la relación entre unos y otros estableciendo límites acordes con el derecho internacional y dándole valor a la importancia que tiene la historia y la economía mexicana.

Y México avanzó a pesar de sus derechas.

En un México acostumbrado a que la desigualdad fuera vista como normalidad, y que la pobreza de tantos representara la frialdad de un número y la amoralidad de la derecha mexicana; llegó la tormenta lopezobradoriana para lanzar un misil “Por el bien de todos, primero los pobres”. Y en 6 años se comprobó que esa bala enorme llevaba no muerte y destrucción sino las bases de un mejor país.

Como resultado de la fuerza, dolor y sentido de esa frase, en promedio en este sexenio cada mes han salido de la pobreza cien mil mexicanos. Durante los dos sexenios previos, el del criminal Felipe Calderón y el del corrupto Peña Nieto, al revés del caso anterior, cada mes de esa docena de años se incrementó en cien mil el número de pobres. https://www.milenio.com/opinion/gerardo-esquivel/columna-gerardo-esquivel/cien-mil-pobres-menos-por-mes. Finalmente para México la calma llegó después de la tormenta.

Y México avanzó a pesar de sus derechas.

Y el brutal paradigma de muerte se transformó en “abrazos y no balazos”; seis años después se empiezan a ver los resultados, la ascendente curva de crimen se detuvo e inició su amaine.

Y México avanzó a pesar de sus derechas.

Después de los brutales ataques (sic) que la derecha mexicana recibió en este sexenio, esos duros soplidos que les arrojó el ave de tempestades que les dijo: fifís y corruptos y les provocó caer  en un llanto que no aún no acaba; México pasó de ser la economía 14 a la economía 12 del mundo, superando a España y Corea del Sur; los trabajadores mexicanos tuvieron el mayor incremento salarial en la historia; todos los ciudadanos se beneficiaron de políticas sociales (incluyendo a los que marchan rosa y después se forman en la fila de su pensión) y, México desplegó infraestructura como pocas veces se había visto antes: refinería, aeropuertos, carreteras, puentes, caminos, trenes, parques y desplegó con ello el futuro desarrollo de zonas del país que por décadas fueron dejadas de lado.

En un México en que el clasismo, el racismo y el wanabismo fueron el alimento de generaciones y que muchos grupos adoptaron (los peores y los más simples e ignorantes de su momento); nuestra tormentosa ave les arrojó la más poderosa arma que jamás ha existido, un espejo. Se los puso enfrente y lo que vieron es vergüenza, una rosada inmoralidad que les ubicó en el justo lugar al que pertenecen, el de la minoría perdedora que el 2 de junio les mostró su realidad.

Y sí México avanza a pesar de estas derechas, a pesar de otras aves.

México como el Ave fénix, que resurgió de las cenizas de aquella muerte que nos habían asignado; la derecha como Ave de mal agüero de la que hay que alejarse como de la roña. México frente a los Pájaros de cuenta, a los Pájaros nalgones, frente a los Zopilotes, Buitres y Chachalacas.

 Si fuera poesía, México es aquél del verso de Salvador Díaz Mirón:

Los claros timbres de que estoy ufano
Han de salir de la calumnia ilesos
Hay plumajes que cruzan el pantano
Y no se manchan… ¡Mi plumaje es de esos!

Si fuera poesía, a la derecha mexicana le va más esto de Thomas Macaulay:

“Su imaginación se parecía a las alas del avestruz. Le permitían correr, pero no volar”

Ya que hablamos de aves, López Obrador es una rara avis, una persona como él es muy difícil de encontrar, para México ha sido extraordinario tenerlo, para la oposición ha sido la tormenta que volcó sus sueños de realeza. Muchos (disfrazados de Barbies) no coincidirán con esto, con la extrordinariez que le atribuyo a AMLO; está bien que así sea, hay un dicho en Costa Rica que dice: “la miel no se hizo para los chanchos”. Qué van a entender de sentimiento y amor a México, qué van a entender del dolor de la pobreza.

Entre otras razones si no ¿Por qué Andrés Manuel es el 2º presidente mejor valorado del mundo? (https://pro.morningconsult.com/trackers/global-leader-approval); si no ¿por qué Andrés Manuel tiene más del 72% de aprobación en México en el promedio de todas las encuestas?  Incluyendo las de las encue$tadoras que no lo quieren y que daban a Xóchitl Gálvez como ganadora el 2 de junio (https://polls.mx/aprobacion-presidencial/). Nota: La más reciente encuesta de la casa Mendoza Blanco (que es de las más acertadas en sus encuestas previas a la elección) da una aprobación para el Presidente del 83%.

Porque no hay tantos tontos, tonto es quien no entiende a López Obrador y su presidencia; tonto es quien piensa que el pueblo es tonto.

** https://revistadecentroamerica.org/index.php/america-latina/55-america-latina-simon-bolivar-la-carta-de-jamaica-y-la-unidad-latinoamericana

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2024, AMLO, México, Morena

Que 6 años no es nada…

“Pocos se imaginan cuánta tristeza fue necesaria para resucitar Cartago” (Flaubert). Cambien Cartago por México.

La revolución francesa incorporó un nuevo calendario, hoy podemos interpretar que no solo por la intención de medir el tiempo de otra forma, sino más bien como el inicio de un compendio histórico. El calendario de la 4T no inició en el 2018, se viene construyendo desde hace siglos, en él están presentes todos los momentos que nos trajeron al hoy, incluyendo -de manera resaltada- también la hipocresía del conservadurismo y su pretensión de heredarnos un porvenir de migajas; es necesaria la perspectiva amplia para no agotarnos en pequeños circunloquios porque esto apenas empieza, que 6 años no es nada.

Estamos frente a otra de las batallas más importantes de este sexenio –la conformación del Plan C y con ello la reforma al poder judicial- también del inicio de las decisiones fundamentales y formación de equipo de trabajo de la presidenta Sheinbaum pero, como si esto no fuera lo importante, por ahí andan algunos distraídos en quién ocupará una diputación plurinominal. Lo de Mayer, el plurinominal en cuestión, es un sapo a tragar, porque en política se tragan sapos, en la construcción de mayorías se tragan sapos que son necesarios para haber logrado lo que se obtuvo:

  • Se ganó la presidencia, las Cámaras de Diputados y Senadores, 7 de 9 gubernaturas, cientos de municipios y alcaldías. A pocos días de la elección estamos por aprobar la tan anhelada reforma de justicia y otros cambios constitucionales que promueve Claudia Sheinbaum como es la de pensiones a mujeres de 60 a 64 años y la de no reelección de diputados y alcaldes.
  • En la casa de enfrente, la derecha se encuentra en una extraña paradoja: mientras los partidos perdedores andan por los duelos, agravando su derrota con la traición a su propia causa, arrinconados en el desprecio de sus propios votantes hacen cuentas para saber para qué les alcanza el presupuesto que tendrán a partir de ahora -que se antoja  insuficiente para la horda de rapiñeros que pululan históricamente en esos institutos- a la vez que un ejercicio de catarsis que los lleva a mentarse la familia entera,  es divertido ver en que acabaron aunque es patético el papel con el que se dicen: tú eres un pillo, tú lo eres más. Así el PAN vs. el PAN, así el PRI vs. el PRI. Las victorias unen, las derrotas separan. Recordé el diálogo de la película de Benton de 1979, “Kramer vs. Kramer”: – ¡Te odio!
    – ¡Y yo a ti!
    – ¡Quiero a mi mamá!
    – Soy todo lo que tienes.

Por su parte, los medios de comunicación, lobistas y representantes de las podridas élites de este país, arrecian su guerra sucia ahora para robarse en tribunales lo que ganamos en la elección. Esa paradoja explica que por sobre los partidos están los titiriteros que no obstante la derrota de los primeros seguirán impulsando la ruindad, ergo, la guerra sucia se mantiene. ¿Y nosotros distrayéndonos con el bailarín que ya nos traicionó, que votó en contra de todas las reformas de la 4T, que insultó a los morenistas y que apoyó las marchas rosadas? Que nos sirva para lo que nos sirva y después él decidirá si jala la cadena de su excusado.

Si la suma de lo que ganamos más lo que quedó de ruinas en el congal que conformó el mareo rosa, no nos es suficiente para decirnos vamos bien, vamos muy bien, y que la dirigencia del partido hizo un gran trabajo; entonces hay un egocentrismo por parte de quienes prefieren ver tan solo para su propio interés. Hay una forma muy simple de verlo, ¿Qué teníamos hace 10 años, hace 6, hace 2 meses, el 3 de junio? Hacer ese recorrido puede abrir los ojos a más de uno que se solaza en la crítica de lo que –en este momento- no es sustantivo.

Tenemos que comprender lo sucedido en estos años de 4T para aprender la lección a manera de legado: unidos somos imparables, separados nos desgastan.

En 2018 recuperamos y le dimos sentido a lo que la sociedad había perdido, la orientación del ideario de la Independencia, la Reforma y sobre todo de la Revolución: que la sociedad fuera más igualitaria y se acotara a las élites que depredaron los recursos públicos. Recuperamos también la capacidad de encarnar la historia como aquella de los individuos y no la de las hazañas en abstracto. Eso, que en mi opinión es el mayor legado de López Obrador, resume el tamaño de sus hechos, de nuestros hechos.

Mientras escribía esta columna, recibí la columna del sociólogo y compañero nuestro en el movimiento cuatroteista, Germán Castro, https://losreporteros.mx/no-gracias-a-ti/; la sintonía con lo que yo pensaba también escribir hace necesaria que la comparta (tanto en el sentido de transmitir como de coincidir). Me parece concordamos en que es mucho lo que hemos hecho y avanzado pero añado también que es mucho más lo que nos falta por lograr.

No es momento de pensarnos en un presentismo indeterminado como el que la derecha pretende, sino continuar en la idea de la marcha continua hacia el futuro. Hay un pasado que nos destruyó, y ese pasado está ahí, cito al historiador Fernando Cuesta en su semblanza sobre el gran filósofo Walter Benjamin: “El don de encender en lo pasado la chispa de la esperanza solo le es dado al historiador perfectamente convencido de que ni siquiera los muertos estarán seguros si el enemigo vence. Y ese enemigo no ha cesado de vencer.”

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2024, 4T, AMLO, Oposición, PAN, PRI, Xóchitl

La jugada maestra

No pasarán.

El lunes 3 de julio del 2023, antes de que se seleccionaran candidatos a la Presidencia y casi un año antes de las elecciones del 2024, el Presidente López Obrador dijo que la candidata de los conservadores sería Xóchitl Gálvez. Anteriormente a esa fecha, por varias semanas la mencionó en sus conferencias mañaneras y, conforme lo hacía, el conocimiento de los ciudadanos sobre la senadora -hoy candidata- crecía; mientras más escándalos de corrupción y contratos amañados en sus empresas se hacían públicos y el presidente los remachaba, la señora subía en su probabilidad de ser nombrada candidata. Mientras más la inflaba el presidente, la oposición enloqueció orgásmicamente al pensar que había encontrado la némesis de López Obrador. En medio de una patética ingenuidad creyeron que ese globo se inflaba por virtudes propias y no se dieron cuenta que el dueño de la válvula despacha en Palacio Nacional.

Esta es una historia sobre la candidez de los conservadores agrupados en el frente formado por PAN, PRI y prd, que se encontraron con una candidata definida por el mismísimo presidente a quien tanto odian. Se les adelantó en la tarea que tendrían que haber hecho ellos y por lo tanto les constriñó a seguir el juego al que les obligó.

Una vez determinada –por el presidente– la candidata opositora, el PAN la acuerpó porque es -aunque se avergüence y hoy quiera deslindarse de esa reaccionaria agrupación- integrante de su partido: participó en el gabinete panista de Vicente Fox entre el 2000 y 2006, después Jefa delegacional de Miguel Hidalgo por el PAN entre 2015 y 2018 y ahora candidata del menjurje llamado Frente Amplio que dirige Claudio X González y que es el que agrupa al PAN con PRI y el –a punto de extinción- prd. Así que a la candidata que hoy reniega representar a su cuna azul, le pasa como aquello de que si grazna como un pato, camina como un pato y se comporta como un pato, entonces, seguramente es panista, digo, pato.

Por su parte el PRI no tuvo voz para oponerse ya que el acuerdo entre las mafias partidistas indicaba que las candidaturas a presidente y a jefe de gobierno de la CDMX le correspondía elegir al PAN pues el PRI llevó mano meses atrás en las candidaturas del Estado de México y de Coahuila, así que por primera vez en su historia se quedó sin candidatura a la presidencia de la República. (Sobre la debacle de Alito Moreno como el peor y más perdedor presidente del PRI en la historia, hay material para un libro que hasta Aguilar Camín podría escribir)

Al prd, por su parte, acostumbrado ya a la ignominia, tan solo le avisaron y dio por válida la figura de la panista Xóchitl Gálvez como su candidata. Esa decisión tan solo les representa la puntilla que da fin al otrora exitoso y comprometido partido que con el tiempo devino en comparsa del PAN. Ni antes en las candidaturas estatales de Coahuila y Estado de México o ahora en las de Ciudad de México o Presidencial tuvo voz o voto; se le relegó a pequeñas posiciones propias de su representación actual.

En pocas palabras, el Presidente López Obrador les (¿o será se?) “sirvió en bandeja de plata” la candidata al PAN, al PRI y al prd.

Desconozco si más allá de la intuición política del presidente, él ya presuponía que a la carencia intelectual y pocas luces de la candidata de la derecha se sumarían errores garrafales en la campaña como el simple hecho de no haber llegado con una propuesta de campaña en vez de meras ocurrencias, incoherencias, chistes y bobadas. No contaba ¿o sí?, con que la Sra. Xóchitl además de la caricaturesca personalidad que se ha inventado; cometería -por ella misma- grandes errores como lo fue el involucrar a su familia en puestos de su organización y rodearse de los políticos más corruptos e ineficientes en la historia de las campañas políticas mexicanas en las últimas décadas.

No abundaré más en la candidata porque a estas alturas aplica el que no hay que hacer leña del árbol caído. La campaña concluye en 6 semanas, la preferida del INE da traspiés un día sí y otro también, y después del 2 de junio “pagará los platos rotos” en el imaginario prianista para tener a alguien a quién achacarle sus derrotas.

¿Cómo juegan la partida los grandes líderes políticos de la historia? Así.

De un plumazo y con esa jugada estratégica el Presidente situó a la oposición en su irremediable verdad, sentó frente al espejo a cada uno de los partidos y la imagen que encontraron es la de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz. Cada uno se ve reflejado en su candidata, por una parte les dijo: es lo que son y es quien les representa, y además, y me parece es lo fundamental en este maquiavélico entuerto a que les sometió López Obrador, les demostró que todos ellos son iguales, que PAN, PRI y prd son lo mismo y por lo tanto les llevó a compartir candidata. Touché.

Si a lo largo de los 5, casi 6 años que lleva gobernando López Obrador, se le ha tachado por parte de los opositores como un ignorante y poco preparado político; la lección que les ha dado, una vez más, es la que habla de él como el más diestro político mexicano de la actualidad, el que marca la agenda política y el que metió a los “experimentados” políticos prianistas a buscar -día a día- la punta de la hebra de la madeja que les representa la candidata seleccionada para ellos.

La gran jugada del presidente, hay que decirlo, tuvo ayuda. No existe una sola personalidad opositora que se encuentre al nivel de disputar la presencia, experiencia y preparación de Claudia Sheinbaum; no es que los partidos tuvieran una baraja de donde elegir; el embudo se va cerrando a partir de que el elector sería la mafia panista y se aprieta más cuando la definición pasaba por que fuera mujer.

La lectura de la situación la tuvo el Presidente y la ejecutó con precisión de reloj; lo que a él le sirve para hacer constatar que PRI, PAN y prd son lo mismo y el nivel de representación que merecen; a la 4T le permite avanzar haciendo una campaña de propuestas, estructurada y sin errores.

Quienes dicen que el presidente López Obrador impuso a Claudia Sheinbaum se equivocan, olvidan del proceso que llevo a su elección; lo que sí se debe decir es que el presidente le designó a la oposición a Xóchitl Gálvez. Él y nadie más es el dueño de la válvula que la infló.

Ante ese complejo de genérica superioridad que presumen los conservadores mexicanos, ese que intenta descalificar, desvalorizar y degradar a los mexicanos; se les enfrentó el zoon politikón, el tabasqueño de Tepetitán, el gran elector de la Oposición.

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4T, AMLO, Claudia, Oposición

La última y nos vamos

Todo lo grande está en medio de la tempestad.

Martin Heidegger

Esa amenaza que se cierne sobre México si los dejamos regresar debe ser claramente entendida, aprehendida y enseñada a los jóvenes; es imperativo sacarlos de la idea de que un modelo depredador puede ser benéfico para el país. Es obligatorio para quienes somos partícipes de la 4T el explicar una y otra vez que el resultado de las políticas neoliberales solo tuvo como efecto la devastación del medio ambiente, una creciente desigualdad, la precarización de los empleos, el empobrecimiento generalizado, la violencia y la sistematización de la corrupción. Que lo sucedido en México en los 6 sexenios de neoliberalismo no es otra cosa más que un despojo de recursos naturales y bienes públicos.

Tres obvias reflexiones en ésta que es mi última columna del año:

  1. Andrés Manuel López Obrador acaba su gobierno en menos de 10 meses.
  2. Claudia Sheinbaum está preparada para asumir la  presidencia y avanzar en la Cuarta Transformación.
  3. La derecha simbiotizada en oposición sigue y seguirá ahí: inane, herida, trastornada y vengadora pero actuante.

I.-López Obrador concluyó su quinto año de gobierno, este que no es un sexenio sino  uno de 5 años y 10 meses entra a la recta final. Si nos atenemos a los datos duros, a las fuentes de información confiables, a las encuestas y a la percepción ciudadana, estamos en la etapa última del mejor gobierno que ha tenido México en las últimas décadas.

No voy a argumentar lo que para mí es obvio y ya he hecho a lo largo de cada una de mis columnas semanales, tan solo invito a quien no coincida que revise la información pertinente en las fuentes serias que guste: las nacionales y las extranjeras, los datos macroeconómicos, las obras realizadas, la distribución del gasto social, la disminución de la desigualdad, la disminución de la pobreza, el incremento salarial acumulado, la disminución en los índices de inseguridad, la confianza de los inversionistas traducida en la mayor inversión histórica, el crecimiento del PIB, el aumento en el empleo formal, entre otros muchos datos.

El legado obradorista es inmenso porque partió de aglutinar un movimiento mayoritario que le ha acompañado y que parece dispuesto a continuar apoyando la transformación ahora bajo la directriz de Claudia Sheinbaum; posiblemente desde el Cardenismo no se había visto una ciudadanía tan comprometida con su gobierno. Pero además de esa conformación de millones de personas bajo un deseo de tener y vivir en un mejor país, el rompimiento con las formas del pasado (lo que a muchos les parecía imposible) de corrupción, intolerancia, antidemocracia  y mala gestión gubernamental marca un antes y un después.  Y para más burla o peor suerte de sus/nuestros odiadores, la politización ciudadana –insuficiente pero creciente- hace muy difícil pensar en un regreso a los gobiernos del pasado, el PAN, PRI y prd disminuidos o acabados no atinan a recomponerse bajo alguna idea de proyecto; es tal el avasallamiento de los hechos y los dichos que su desdibujamiento de cualquier rol importante es inminente.

II.- México se está poniendo cada vez mejor, su futuro pinta bien. Claudia Sheinbaum será la próxima presidenta, va a serlo porque se preparó para ello, porque aprendió caminando a lado de su tutor político, porque se preparó en esa maravillosa UNAM (muchas veces denostada), porque vivió las luchas ciudadanas frente al cruento neoliberalismo, porque en su calidad de científica tiene un claro y lógico pensamiento y porque se ha rodeado de un extraordinario grupo de asesores que estará a cargo de acompañarla en el proyecto. Ah y también porque es mujer. Y lo escribo así porque esa idea que flota que será presidenta solo por ser mujer es incorrecta, será presidenta por muchas cosas y también por ser mujer.

Su tarea es enorme, es avanzar en lo que se ha construido, es consolidar políticas que se encuentran en sus primeros pasos, es corregir lo que no se hizo bien, es incidir de manera frontal en campos como la Cultura, la Ciencia y la Educación. Será suya la enorme tarea de guiar a México en la lucha contra el cambio climático; en romper el paradigma de que la salud de los mexicanos es secundaria al beneficio de las empresas de comidas y bebidas chatarra.

Y de una buena vez, y apoyada con la fuerza que le dará el Plan C, hacer la reforma al poder judicial, tan necesaria, tan urgente y vital.

Tarea urgente que tiene además, es demostrar que así como López Obrador ya lo hizo, eso de que todos los políticos son iguales, es tan solo palabrería para alimentar a la derecha que clama que el Estado no debe existir o reducirse a su mínima expresión. En la 4T los políticos no deben, ni pueden, ni son “iguales” a los que hemos conocido en el pasado.

Desconozco si seguirá con el formato de las Mañaneras, lo que sí es un hecho es que la comunicación se vuelve el nodo esencial y disparador del proyecto de futuro. La oposición sigue controlando los medios de comunicación, no es poca cosa el decir que es tarea fundamental establecer un modelo de información que llegue a todos y que rompa con la desinformación que ofrecen las élites de poder económico.

En mi opinión, el próximo gobierno será una gran sorpresa para todos los que vivimos de por sí ya deslumbrados con una transformación que no ha roto ni un solo cristal. Quedarse a medio camino no puede pasar, eso es tan solo preparar el camino del regreso de la derecha.

III.-El México clasista, prepotente, arribista, racista, despolitizado (si alguna vez lo fue) es ideológicamente detestable y como tal no puede regresar a gobernar.

La oposición, conforme se fue yendo a pique y dejó de agandallarse los presupuestos públicos (su razón de ser), perdió un sistema de valores mínimamente decente, en su actuar volvieron huecas las palabras democracia, justicia, cultura, sociedad y política para tornarlas en sinónimo de frivolidad, egoísmo, odio, intransigencia y caos. No pueden regresar a gobernar.

Si ellos quieren regresar a la vida pública –a través de darle fuero- a Ricardo Anaya, Felipe Calderón, Alito y demás ralea, lo harán con los pocos votos que obtengan. Les alcanzará para hacer ruido pero no para gobernar.

Si vuelan como pato, caminan como pato, graznan como pato, son pato. Su candidata es lo que es porque es lo que mejor les representa: la banalidad, el negocio, los contratos públicos, la corrupción y sobre todo el desamor al país. No pueden regresar a gobernar.

Colofón: Es imprescindible explicar a los jóvenes cómo es que llegamos hasta aquí; a la oposición no le gusta que se hable de historia porque son como avestruces escondidas en el agujero del olvido en el tiempo. Tenemos que hacerlo, veo un universo tiktokero que es materia prima para la derechización; es tarea impostergable comunicar a las generaciones jóvenes quiénes somos y de dónde venimos.

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2024, 4T, AMLO, Claudia

Bastón de mando.

No estoy interesado en el poder por el bien del poder, pero estoy interesado en el poder que es moral, que es correcto y que es bueno.

Luther King

A la 4T, la cuarta transformación, bien podríamos ponerle un epígrafe. “Cuando ya lo insólito es cotidiano…” Porque, ¿cómo, si no entonces, podemos entender los resultados obtenidos –contrarios a todas las pesimistas proyecciones de la oposición– al inicio de este gobierno y cada día y cada mes y cada año y cinco años después?

Con la oposición en contra, en estos 5 años se mantuvieron firmes las variables macroeconómicas; los anunciantes del presagio se quedaron con las ganas de ver hundirse –una vez más- la economía del país. Los que auguraban un dólar a 30 pesos se quedaron con un palmo de narices.

Con los medios en contra, en cada una de las elecciones para gobiernos y congresos locales que ha habido desde 2018, Morena ha crecido y en la mayoría de los casos ganado. Del 2018 a la fecha hemos ganado 22 gubernaturas por ejemplo. Sí, de 0 a 22 en 5 años.

Con un 30% de los ciudadanos siempre en contra, los programas sociales favorecen a la inmensa mayoría de mexicanos, también los odiadores a la 4T cobran sus pensiones, becas y apoyos.

Con una pandemia de por medio en contra, y un sistema de salud quebrado y saqueado, del 2018 al 2022, hay más de 5 millones de mexicanos que salieron de la pobreza.

Con una guerra en Europa en contra porque llevó los precios de los alimentos y energía a máximos históricos; y a pesar de ello, la inflación en México ha tenido de los mejores comportamientos en el mundo y los ingresos salariales han crecido por arriba de lo que ha sucedido en cualquier otro lugar y, en México en cualquier otro gobierno.

Con una violencia incontrolable al recibir el gobierno y una corrupción permeada en todas las áreas del Estado actuando en contra del futuro de la mayoría de los mexicanos, sin pedir préstamos como solía hacerse, se desarrolla infraestructura como pocas veces. Es fácil decir aeropuerto, trenes, carreteras, Tren Maya, Corredor Transístmico, plantas de energía, plantas de agua; pero si nos damos cuenta de lo que significa entendemos lo inaudito del trabajo realizado.

Con una rotunda deslealtad y un profundo desamor al país de muchos que -a conveniencia- se vistieron de rosa, de blanco, de botargas, de ecologistas, de todo cuanto significara oponerse a la gestión de gobierno, se topan con que los números, los datos y los hechos dicen que se han hecho bien las cosas. Sus gurúes y líderes con quienes se identifican viven escondidos o a salto de mata en Estados Unidos, España o Indonesia.

Y si digo en contra es porque todos estos antes mencionados, no aportaron siquiera, un ápice de buenos deseos para que al país le fuera bien; no se diga ya un voto o un apoyo para alguna de las causas en las que se pudo avanzar. La ciudadanía ya se los cobró.

Pero las cosas no son por milagro, alguien es quien ha conjuntado los esfuerzos de millones de personas, hay quien encabeza este proyecto: Andrés Manuel López Obrador, el presidente de todos (también de quienes le odian al mismo tiempo que se benefician de su gestión), él es quien en estos 5 años le ha dado la vuelta a la circunstancia en la que nos manteníamos; él es quien derrumbó la tara neoliberal. El hombre que ocupa la segunda posición en popularidad y aprecio entre los mandatarios de todo el mundo; el hombre que a más de 5 años de gobierno mantiene una aprobación de más del 68% y del que más del 75% por ciento de los ciudadanos considera que ha hecho en un buen gobierno.

Estos 5 años suponen una experiencia tan penetrante y sorprendente que cuando se recuerda parece haber ocurrido en un letargo con muchos sueños dentro; con un montón de imágenes, símbolos y lecciones de historia que se han mudado indefinidamente a la memoria. Este hombre y su gobierno le han dado un nuevo rumbo al país.

Estos cinco años han pasado rápidamente y estamos a uno en que debe suceder -aunque nos cause tristeza- el cambio de poder, la renovación sexenal de la presidencia. Falta un año para ello, dirán algunos; hay que aferrarse al poder pensarán otros; es un dictador que se quiere mantener en el poder dirán los absurdos. López Obrador entregará la presidencia a quien los votos de la elección en julio de 2024 declaren ganadora. De eso no hay duda más allá de las calenturientas cabezas de sus odiadores que aseguran se quiere eternizar en el poder.

Pero hoy estamos hablando de otra cosa; de la entrega del bastón de mando. Tan simbólico, tan ininteligible para algunos; tan fundacional en su esencia.

Un poderoso símbolo entra a la narrativa política mexicana; lo que éste representa es casi para iniciados –que son ya la inmensa mayoría de mexicanos-, no lo es para quien no quiere o puede entenderlo. El simbolismo de su representación es de lo que estamos hablando.

El gobierno lleva su cauce y sus fechas y calendarios institucionales; el movimiento de la Cuarta Transformación fundado por López Obrador acompañado de muchos otros, va distinto; gobernar es tan solo una parte, su vivencia es más que eso.

López Obrador dijo que cuando se eligiera a la persona que se convertirá seguramente en candidata a la presidencia y también seguramente quien será la que le suceda en el puesto; le entregaría el mando del movimiento, no del gobierno, del movimiento. Pocos le escucharon, pocos le creyeron; su permanente presencia hace parecer imposible que un día al encender el televisor ya no estará. Y no va a estar.

No bien se acabó el conteo de las encuestas que declaran ganadora a Claudia Sheinbaum que unas horas después, el presidente le hizo entrega del bastón de mando; el símbolo –poderosísimo- con el que él quiere decir, yo me voy, sigue Claudia.

Parece difícil que hayamos llegado a este momento; como si la solución fuera pensar que es un sueño de una travesía en el que finalmente se regresa al lugar en el que se vive y en el que descubrimos que todo está exactamente como se dejó antes de partir; pero no, no va a pasar; ya es Claudia.

El hombre en la cúspide de su poder, en la cima del aprecio ciudadano nos ha dicho; sigan ustedes. Si todos los logros materiales no fueran insólitos respecto a lo que se creía y decía por parte de los opositores; éste solo hecho, el dejar ser dirigente y dar un paso a lado lo es, cuando nadie se lo ha pedido, cuando muchos no quieren que suceda, él lo hace; porque sí, porque es un hombre de palabra, porque es un demócrata; porque sabe que es la hora de las mujeres.

Hay pocos ejemplos de personas que en la cúspide del poder, lo ceden en beneficio de algo más grande, de una idea mayor. Costa Rica tiene un ejemplo: cuando en 1948 Don Pepe Figueres abolió el ejército al triunfo de una revolución que él encabezaba y siendo él el jefe militar y victorioso. Y pocas historias más hay en este sentido, no es costumbre ceder el poder cuando no es requisito. Sólo quienes viven con la máxima: «Es necesario hacer importante lo importante«, tienen la capacidad de hacerlo.

En el año 2018, al asumir la presidencia, López Obrador recibió de manos de los representantes de las 68 comunidades indígenas y afromexicanas el Bastón de Mando, en símbolo de reconocimiento y apoyo al nuevo dirigente de la nación. Este hecho histórico, cargado de un gran valor y contenido simbólico, era inédito en nuestro país; que las siempre marginadas y maltratadas comunidades indígenas lo hicieran, significaba que veían en el presidente a uno de los suyos, a uno a quien le cedían su poder para que viera por ellos, para que les representara, para que fuera su voz.

De tal forma, ahora López Obrador pasa otro bastón, inspirado en el simbolismo de los bastones indígenas, pero éste es uno que significa que la cabeza y dirección de la Cuarta Transformación ya no es él; él renuncia, Claudia asume.

Claudia Sheinbaum no recibe ningún regalo, recibe lo que le corresponde, duela a quien le duela; la ganadora en este proceso es ella y sólo ella.

Tenemos una gran futura candidata y presidenta, una mujer preparada, científica, con experiencia de gobierno; tiene frente así grandes retos, abundar en la lucha por el feminismo y por atender la afectación del cambio climático; continuar con la disminución de la pobreza, mantener el impulso a la educación… me puedo seguir porque sus tareas son inacabables como lo son las necesidades y desafíos del país.. Ha sido una gran decisión la que tomamos la mayoría en Morena. Claudia, la primera mujer en la presidencia de México. “Cuando ya lo insólito se nos vuelve cotidiano”, así la 4T.

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Datos y datos…

El conocimiento no es una vasija que se llena, sino un fuego que se enciende

Plutarco

Por un lado, la valoración de lo intangible, incluso de lo sentimental y conmovedor, de lo que afecta y cimbra a las personas y sus familias. Por otro lado, la tara que dejó la tecnocracia desvalorizada –esa hija incestuosa del neoliberalismo- de concebir el bienestar de un pueblo tan solo por lo que se puede medir y contar.

Por un lado, el sentido de dignidad que asume una cabeza de familia al salir de la pobreza y poder dar un mínimo de bienestar a los suyos y de conseguir servir un plato de comida más de una vez al día en la mesa de sus hijos; por el otro, el ilusionismo del aspiracionista que se ve en el espejo caricaturesco de la riqueza como símbolo de su éxito vivencial.

No, no todo es para todos, son dos distintas formas de entender la vida, de ver el mundo, dos lenguajes que se excluyen; el primero es uno que en la oposición no entienden –valores, Nación, soberanía, igualdad, justicia, fraternidad- no caben en su visión de analizar el mundo como la suma de mercancías. El segundo: el de los datos duros, el de la suma de 1+1=2 y las tendencias macroeconómicas, las encuestas y los términos técnicos; ese mundo que en la oposición decían entender, hoy parece que ya tampoco es para ellos -a pesar de haberlo presumido incansablemente-. ¿Por qué será?

¿Hablamos de datos duros? ¿Están listos los opositores a la 4T para tener esta conversación sobre los resultados en estos 5 años? Mi opinión personal es que no, creo que la maroma dialéctica se convirtió ya en una forma de antagonizar con el movimiento de transformación que encabeza López Obrador, no, no, no, no. Hay un negacionismo que es ya una irreductible forma de pensar para los conservadores que no les deja reconocer el más mínimo atributo de este gobierno. El dato duro, la forma de medir resultados que hasta antes de este gobierno representaba el culmen de verdad para los tecnócratas y que ahora se convirtió en un: sí pero, es que, ah pero, es que el mundo, es que los gringos, es que la suerte, es que no es para tanto, es que, es que…

Pero ese es su problema, nosotros disfrutemos lo realizado, hablemos de los logros obtenidos en estos cinco años y que a aquellos -a quienes derrotamos una y otra vez de manera pacífica en las urnas- les entre por un oído y les salga por el otro.

  • Estimaciones preliminares sobre la evolución de la pobreza revelan que en 2022 habríamos tenido 5 millones de pobres menos que en 2018 y que la tasa de pobreza extrema por ingresos será la más baja desde que tenemos registro.
  • Entre 2018-22 el ingreso de las familias con menos recursos creció 19.9%, 11% en comparación con 2020.
  • México es uno de los 3 países de la OCDE que más ha incrementado sus salarios mínimos, que más empleo formal ha generado y que mejor ha controlado la inflación.
  • La brecha de desigualdad disminuyó, en 2018 el decil más rico ganaba 21 veces más que el decil más pobre, en 2022 ya se redujo a 15 veces.
  • Este año México ocupa el 2º lugar mundial en tener la tasa más baja de desempleo (2.7).
  • De los países de la OCDE, México es el país que más ha aumentado el salario mínimo en estos 5 años.
  • México acumula tres años al alza en inversión extranjera directa.
  • La producción de gasolinas aumentó más de un 30% de 2019 a 2023 pasando de 204 mil barriles diarios a 277 mil. El gas licuado duplicó su producción en el mismo periodo. (Todo esto después de que el neoliberalismo hundió la industria nacional  y la decreció año tras año, particularmente a partir de la Reforma Energética de 2014).
  • Las variables macroeconómicas están controladas, el peso mantiene su fortaleza frente al dólar, la inflación tiende a la baja.
  • La estimación del crecimiento del  Producto Interno Bruto esperado para este 2023 es de 3.6%
  • México es hoy menos desigual que al inicio de esta administración, y, señoras y señores ¡de eso se trata este proyecto!

Y más datos, triviales o no, pero que igual les chocan, tan solo para que suelten lágrimas bajo la almohada nuestros malquerientes:

  • Con 13.74 millones de horas vistas, López Obrador es el 3er streamer más visto en el mundo.
  • Morning Consult ubica al Presidente AMLO como el segundo líder mundial más popular del mundo.
  • Los datos de INEGI dicen que la CDMX tuvo en 2022 la tasa de homicidios más baja desde 1989 en que se contabilizan estos datos. La mitad de homicidios que en 2018.
  • La última encuesta de Mendoza Blanco da una aprobación del 84% al trabajo del presidente, entre los simpatizantes del PAN el 60% y del PRI el 67% lo aprueban.
  • Y un dato del mundo que también se une a la burla a los conservadores: Una reciente investigación académica confirma que el 97% de las noticias falsas las ven los usuarios de derecha y que  la desinformación de Facebook la consumen los conservadores.
  • Si hoy fueran las elecciones presidenciales, Morena y sus aliados ganarían con entre un 55 y un 60% de los votos.

La verdad es subversiva y transformadora, y por eso los fascistas posmodernos agrupados bajo el mando de ClaudioX no la toleran. Los datos actuales desenmascaran sus mentiras y explican causas y efectos. Por eso a ese fascismo que hoy se llama neoliberalismo, cuando los datos no le convienen a su discurso, les teme y desprecia y si no puede manipularlos los silencia (lo que explica por qué los logros de este gobierno no aparecen en los medios de comunicación que controlan las trasnochadas élites y que son la fuente de donde se informa nuestra lamentable oposición).

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4T, AMLO, Moral pública, Oposición, Política, Resultados

Si me dan a elegir…

“Si me das a elegir entre tú y ese cielo donde libre es el vuelo para llegar al olvido si me das a elegir, me quedo contigo”

Julio Cortázar. Rayuela.

Bien decía Aristóteles: «Solo hay una manera para evitar las críticas: no hacer nada, no decir nada y no ser nadie». La historia no es algo que nos pasa por el frente, por el contrario, somos ese proceso histórico; no es algo que “se hace”, es más bien algo que hacemos. Y en ese proceso, por simples razones naturales nos equivocamos, acertamos y fallamos. Así todas las personas, así las instituciones y así los gobiernos. No hay perfecciones, no hay inmaculaciones, no hay nada a prueba de error.

Hablemos de la 4T, hablemos del presidente, hablemos de este gobierno sexenal; ¿es perfecto?, pues obviamente no, obviamente no.

Aunque Enrique Krauze y camarilla le digan «mesías» al presidente, aunque la oposición endiose a López Obrador y le dé características absolutas y grandiosas, aunque lo vean hacia arriba y se deslumbren de lo que está sucediendo en esta transformación, no, no es impecable, no es la deidad que les atormenta en sus sueños, ni queremos que lo sea. Como no lo es ninguna persona y ningún proceso histórico (parece que hay que recordárselos).

Pero, como dijo Cortázar y canta Manu Chao: «si me dan a elegir… yo me quedo contigo».

Parto con un ejemplo: Martí Batres, nuestro jefe de gobierno que sustituye a Claudia Sheinbaum, le leyó la cartilla a la oposición en la Ciudad de México durante una conferencia de prensa hace apenas unos días: les dijo entre otras cosas que la ciudad no es conservadora y que seguirá siendo una ciudad progresista; argumentando su dicho les recordó que si hay matrimonio igualitario no es por los opositores sino a su pesar; les recordó también que si hay pensión para adultos mayores no es por ellos sino a pesar  de ellos; si hay obras de infraestructura es a pesar de ellos no gracias a ellos; si hay progresismo y una ciudad de avanzada es a pesar de ellos… ¿Esto significa que la gestión en la ciudad ha sido perfecta? No, obviamente no, pero me regreso a la poesía: si me dan a elegir…

Otro: Acusan que el presidente no es feminista y esté a favor de las mujeres; ¡lo dicen del primer gobierno paritario por excelencia, lo dicen del de los apoyos a mujeres y madres solteras, lo dicen de la izquierda que aprueba todos los derechos de la mujer! Y lo dice una derecha que representa el conservadurismo, ese sí, el enemigo histórico de las mujeres. ¿Y sin embargo, eso significa que todo está bien y todo está hecho al respecto? No, obviamente no, la tarea continúa.

El actuar del gobierno federal en estos 5 años en ningún momento ha sido acompañado por los conservadores, en ninguno, pan, pri y el residuo perredista se han opuesto –invariablemente- a los proyectos y decisiones de la 4T; de la mano que mueve su cuna, han votado en contra de todo, han intentado impedir -con legalismos y con ganar tiempo- vía amparos, las obras fundamentales de infraestructura, desarrollo y políticas sociales propuestas; todo es bloquear, todo es no, todo es sabotaje. Y sin embargo, a pesar de su obstrucción, la gestión se ha realizado, las obras ven luz, las políticas se implementan, el país se mueve, el país crece y avanza; no gracias a ellos, a pesar de ellos. Entonces, a su pesar, se vuelve más bien un timbre de orgullo, ver y saber que se hicieron y se hacen cosas, se gobierna; ¿hay fallas? sí, algunas, obviamente, obviamente. Pero, entre el inmovilismo del status quo propio de las derechas, entre el pasmo en el que quisieran que estuviéramos y ante su perplejidad por todo lo logrado; incluso, con los errores que hayamos cometido, con lo que nos falta por hacer, con la traición de por medio de algunos cuantos, con la premura de tiempo; a pesar de todo eso, si me dan a elegir…

El país que heredamos en el 2018, el que dejó el neoliberalismo, es uno saqueado, es uno completamente desigual, dejado en las manos del crimen organizado, deteriorado en sus sistemas educativos y de salud; nosotros lo sabemos, los opositores lo saben pero evitan la discusión, ya no digamos reconocerlo. Y si no hay un reconocimiento del estado de las cosas a la llegada de López Obrador no hay forma de apreciar todo lo logrado; así que eso pasará, que no lo reconocen porque partiría de que dijeran, sí, el trabajo de los 36 años previos, desde de la Madrid hasta Peña Nieto, fue una porquería, fue un drama de sucesos en contra del país, es una historia de pillaje, clasismo y odio a la Nación.

Por eso, si me dan a elegir, me quedo contigo, porque más allá de los resultados concretos y visibles, de obras, aeropuertos, carreteras, trenes, combate a la corrupción, manejo de la  economía; lo fundamental es que  la voluntad, la energía y las decisiones para revertir la calamidad heredada existen claramente. Ahí está el triunfo moral de este gobierno, en su disposición, en su decisión de detener la tragedia nacional y el derrumbe hacia la destrucción del Estado mexicano. No hay forma de comparar –por ser tan distantes-  lo que hicieron y habrían hecho si siguieran gobernando los personajes del pasado con lo realizado en estos 5 años; insisto, más allá de las obras, en la intención convertida en un cambio de paradigma que inició con aquello de “por el bien de todos, primero los pobres”

Que para el desastre ocasionado, los conservadores dicen que no tuvieron alternativa, para el fobaproa no tuvieron alternativa, para la complicidad con el narco no tuvieron alternativa etc. etc.… típico argumento de la derecha. En la izquierda les criticamos y les demostramos que las cosas pueden ser diferentes (eso sin contar toda la carga amoral que hay y hubo en sus decisiones); así, en esta dualidad de ver las cosas, se configura el campo ideológico que nos enfrenta hoy: la derecha defiende sus hechos y su palabrería, su riqueza inexplicable y  su clasismo mientras que en la izquierda hablamos de alternativas, de otra manera de actuar y enfrentar los problemas, incluso nos atrevemos a proponer utopías. Mientras que ellos mienten con descaro y desprecian la realidad y la objetividad, mientras que ellos hablan de teorías conspirativas sobre dictaduras inexistentes; la 4T realiza, hace, cambia, avanza, incide en un mejor país. Eso es lo que nos diferencia, así que, si me dan a elegir…

La transformación de México es un acto emocional que se mide (y no es contradicción medir la emoción) en el aprecio que marcan las encuestas al presidente y a sus resultados de gobierno; se mide también en los indicadores que dice que el siguiente gobierno también será cuatroteista; y se constata -para deleite y burla nuestra- en la «conversión al izquierdismo” de la oposición; Creel dice que es de izquierda, Xóchitl dice que es de izquierda, ClaudioX dice que es de izquierda, ya hasta los perredistas que votan por el PAN dicen que son de izquierda, esto que no es sino la vergüenza que les representa ser lo que son, es nuestro triunfo y en consecuencia su derrota moral.

La derecha existe y seguirá existiendo porque así es el mundo, siempre habrá un idiota feliz o un fascista actuante: por eso, sin duda alguna, la obligación ética de los ciudadanos es optar por un lado, no hay más, no hay medianía, no hay un pie aquí y un pie allá; es una decisión el elegir. La mayoría ya lo hizo conscientemente a través de su voto; otros cuantos por conveniencia, odio, negocios, medianía intelectual y rencores eligen otra opción; no tienen forma de tamizar porque su circunstancia les obliga. Y es aquí que en la izquierda debemos reconocer que hay un fracaso de nuestra parte: el no haber podido explicar cómo quitarse la venda al movimiento de wanabis que vive en la inepcia de entender que su manera de elegir es un tiro en su propio pie. Por lo menos recomendémosles a Nicolás Guillén: «Soldado, aprende a tirar…»

Si me dan a elegir, como lo hago porque puedo hacerlo en mi albedrío, yo me quedo aquí; a pesar de exclusiones, reclamos e indiferencias de algunos, incluso cercanos; el sentido moral que me invade al estar de este lado de la historia en este preciso momento de transformación, no lo cambio por nada.

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Promedio de bateo o lo más difícil de explicar

Lo más difícil de explicar es aquello evidente que todo el mundo ha decidido no ver. Ayn Rand.

Primero lo fácil, los datos duros: En el periodo de 1935 a 1982, es decir los casi 50 años anteriores al neoliberalismo, el producto interno bruto de México creció anualmente en promedio de 6.1%, en el periodo neoliberal de 1983 a 2018 que incluye a De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto el 2.3%. El crecimiento del producto interno bruto per cápita en el periodo previo al neoliberalismo fue de 3.2% y en el periodo neoliberal 0.7%. Es decir que en términos generales la economía en manos de los gobiernos neoliberales empobreció al país, y, aunado a ello, amplió la desigualdad concentrando la riqueza en pocas manos. Para ponerlo más gráficamente, antes del neoliberalismo la economía mexicana era mayor a la de China. Cuando inició el gobierno de Salinas en 1988 había un solo mexicano en la lista de Forbes, cuando acaba Salinas en 1994 ya había 24.

¿Algún tecnócrata neoliberal podría responder cómo fue que se invirtieron 11 billones de pesos de deuda externa, mientras aumentaban los pobres de 20 a 70 millones?, ¿Nos podría decir por qué quebró Pemex siendo la segunda petrolera más grande del mundo?, ¿Tendría la honestidad intelectual de explicar cómo fue que regalaron la planta productiva de energía, carreteras, ferrocarriles, puertos? No, nunca lo hará ningún tecnócrata, no hay vergüenza que puedan enfrentar porque todo esto no es más que la explicación del profundo saqueo de bienes nacionales en beneficio de una insaciable élite rapaz.

Los resultados electorales de 2018 no se dieron por obra y gracia del espíritu santo, si por primera vez un presidente de “izquierda” llegó al poder, fue porque López Obrador lo hizo después de una larguísima lucha ciudadana derivada de la frustración por las condiciones en que vive la mayoría de la población y ante la urgente necesidad de empezar a resolver demandas sociales y económicas postergadas indefinidamente, y de poner un alto a la creciente violencia inducida por el gobierno calderonista y la generalizada corrupción del gobierno peñanietista.

Si las cosas se han hecho bien o no, sólo la curva de cambios que beneficien a la mayoría de la sociedad es la que nos puede dar una respuesta; ¿Los datos de los que gustan a los numéricos neoliberales que entienden el Producto Interno Bruto únicamente como resultado de la economía y bienes materiales qué nos dicen? ¿Cómo les respondemos en sus mismos términos a quienes han puesto al sujeto neoliberal en oposición al sujeto social, cómo a éstos que reducen la complejidad de los individuos a la economía, al ingreso, a la productividad y que anulan, en consecuencia, su esencia de individuos sociales y políticos? ¿Qué decimos a quienes consideran la esencia humana medible sólo como un acto económico?

Pues les decimos esto: El producto interno bruto puede incluir la economía y bienes pero no la libertad, la poesía, la igualdad, la no-violencia, la decencia, la felicidad, las cosas que a final de cuentas importan en la vida… Y sin embargo, en sus términos y con lo que se satisfacen lean: En un sexenio en el que la pandemia de COVID destrozó la economía del mundo y que una guerra en Europa (esa que coincide con su visión del mundo), comparando que México se endeudó más de 26 puntos del PIB entre el 2001 y 2018; en este sexenio lo ha hecho en apenas un 3.8%, una curva que baja radicalmente conforme avanza el actual gobierno. Si la inflación en el gobierno de De la Madrid fue de más del 130% y en el de Zedillo de más del 35%, en este gobierno, con todo el daño estructural en la economía del mundo, de 2019 a 2022 fue de 7.9% y actualmente baja hacia 6%. Ese PIB que tanto les gusta ha crecido en términos constantes desde 2018 en medio de la grave crisis mundial. El presidente López Obrador es el más aprobado por los ciudadanos comparado con todos los presidentes mexicanos anteriores a su mandato. López Obrador es el segundo presidente mejor evaluado en el mundo. En este gobierno, del que decían que chocaría con los vecinos del norte, las exportaciones se han incrementado como nunca y México se convirtió en el principal socio económico con Estados Unidos. La inversión extranjera directa es la más alta en la historia. Se ha incrementado la confianza en las instituciones. Han disminuido los delitos de alto impacto y sobre todo ha mejorado la percepción de inseguridad. Ha disminuido la pobreza laboral, se ha incrementado el ingreso per cápita, ha disminuido la extrema pobreza en adultos mayores, el ingreso laboral se ha incrementado, el desempleo ha disminuido, los trabajadores mexicanos ganan más, tienen más vacaciones y reparto de utilidades. Datos, datos, datos, (busquen las fuentes, que para eso dicen que sirven) En el promedio de bateo del presidente López Obrador sus números son muy buenos.

A los opositores les recuerdo que esas reformas neoliberales radicales tan suyas y que tanto defienden y les enorgullecen, se tradujeron sólo en una subordinación del gobierno a los intereses de las empresas, transnacionales y nacionales, y de los organismos financieros internacionales, no beneficiaron a la población bajo ningún parámetro; sí beneficiaron al contubernio entre esos funcionarios y gobernantes del periodo neoliberal con la chequera del presupuesto público. Eso sí.

El neoliberalismo moldeó las relaciones sociales y familiares, hogar, el trabajo, la escuela, los espacios públicos; convirtió en autómatas del odio a aspiracionistas embrutecidos que olvidaron y olvidan cualquier acto de responsabilidad social; convirtieron –en sus dichos- a quienes estamos fuera de su burbuja, como seres marginados (chairos), caricaturizando nuestra narrativa para hacernos parecer ridículos; creyendo que su visión de sueño americano les llevaría a la cima, al fifísmo que no acaban de entender,  diciendo que lo son mientras regresan agobiados de su jornada laboral.

…“No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio… El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro. -Así lo haré madre» Pedro Páramo, Juan Rulfo.

El presidente López Obrador es el mejor presidente que ha tenido el país en los últimos cien años, no solo por los hechos y datos, no solo por la dimensión de las obras que se realizan, no solo por la relevancia de la infraestructura (la extensión del tren Maya, por ejemplo, equivale al tamaño de Francia), el complejo aeroportuario del AIFA, el canal interoceánico, los caminos rurales, la refinería en Dos Bocas, la compra de Deer Park; lo es porque le ha dado un nuevo sentido a la mexicanidad; el ser cuatroteísta, obradorista, morenista o como le quieran decir, es una forma de estar en el mundo, de contemplarlo buscando entenderlo, esperando por tiempos mejores, construyendo en compañía de otros, rompiendo los moldes de lo que así «tuvo que ser», es reconocer la grandeza mexicana en contra del destino injusto y vil al que nos quisieron someter las élites económicas, es una intención de lucha hasta poder devolver el reflejo que nuestra historia nos dio en préstamo. Ese enorgullecerse de ser mexicano, de levantarse del idílico agachamiento en el que los conservadores quisieron dejarnos, lo logró López Obrador, por eso, por mucho, es el mejor presidente que hemos tenido cualquier mexicano.

Cada mañana el Presidente explica cómo gobierna el país al que los anteriores mandatarios empobrecieron y vapulearon, lo hace con un sentido de orgullo que transmite el sentir de cientos, miles, millones, decenas de millones  de mexicanos consientes del momento histórico que nos tocó vivir: la singularidad del rol de López Obrador en la historia de México.

A veces uno sabe de qué lado estar, simplemente viendo quienes están del otro lado, porque no se puede ser neutral en un tren en movimiento, y eso, es lo más difícil de explicar.

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4T, AMLO, PRI

En un mes Delfina, en un mes

«Llegamos con la fuerza de las armas, y no nos van a sacar con los votos»

Fidel Velásquez, ubre ideológica del priismo.

Hay dos candidatas, Delfina con una ventaja que se antoja inalcanzable a un mes de la elección y Alejandra perdiendo como difícilmente se pensó hasta hace pocos años que lo haría la representación  priista en su cuna ideológica y económica. Dicen los priistas y demás aliancistas que no es que vaya perdiendo, que sólo va en segundo lugar, “touché

Las encuestas -a menos de un mes de la elección en el Estado de México- dicen que Delfina Gómez la candidata de la 4T del partido MORENA, ganará con un margen superior al 20% a la candidata Alejandra del Moral quien representa al amplio espectro formado por PRI, PAN, prd, grupo Atlacomulco, Nueva Alianza, la corrupción, los escándalos, los asesinatos políticos, la ilegalidad, la irresponsabilidad, la persecución de opositores, la colusión con el narcotráfico, el endeudamiento y la cultura del quebrantamiento moral que enriqueció por décadas a esa cofradía que encarna la aspirante nombrada por sus publicistas “ALE valiente” (lo que sea que eso signifique) en cientos de espectaculares y bardas en todo el Estado de México.

El Estado de México bien se puede considerar la joya de la corona en el reparto de los Estados en el mapa político nacional, a nivel general representa el mayor número de electores en un Estado y la segunda economía estatal (después de Ciudad de México). A nivel priista representa el barril sin fondo del que se ha servido a lo largo de 90 años dado que el PRI es quien siempre ha (des) gobernado ésta plaza, también representa perder uno de los dos únicos estados que le quedan después de haber sido el todopoderoso de todos, todos; después del 4 de junio se quedará, si es que también pierde Coahuila ese mismo día; con el pedazo que se reparte en Durango con sus colusionados PAN y prd. Es decir que el PRI se acabó, por lo pronto se acabó.

En esta ocasión es Delfina quien le da ese empujoncito al precipicio al que va cayendo, uno a uno,  la gavilla de delincuentes que patrocina ClaudioX; es la misma Delfina menospreciada, para variar, por la derecha mexicana, por mujer, por franca y por su alejamiento del glamour rosita a que son tan afectos, la misma acusada de lo mismo una y otra vez a pesar de que el TRIFE le dé la razón; la que es Licenciada en educación, Maestra en Educación, Especialista en Instituciones Educativas; la experimentada política que fue Presidenta Municipal, Diputada Federal, Delegada de programas federales después de haber sido Candidata a la gubernatura del estado en 2017, la Secretaria de Educación, la Senadora de la República…

Con el derribo definitivo del PRI, ahora sí lo único que queda en el panorama político opositor  es la suma de las sobras ideológicas frente al odio a López Obrador y a la 4T en conjunto. Si el PRI, desde su fundación y hasta su descomposición neoliberal a partir de Miguel de la Madrid, representó un modelo de país con una intencionalidad institucional; ahora ya sin la inmundicia en que se convirtió en las últimas décadas, lo que resta es una clara polarización de dos modelos de Nación: el modelo de transformación de la 4T que dice por qué y para qué y por otra parte, la suma de las ausencias neuronales con la violencia, el clasismo, el racismo y la hijueputez que representa las “alianzas” de todo tipo que buscan un regreso al pasado reciente. Delfina se enfrenta a ello y por eso va a ganar, el agotamiento ciudadano en el Estado es lo que permite que el puntapié que está dando sea consistente con el del resto del país.

El PRI, fundado en 1929 perdió apenas la primera gubernatura en el país (BC) en 1989 (su primer pago por afiliarse a la rapacidad neoliberal que puso en venta al país), en el  2005 ya solo contaba con 17 de las 32, en el 2019 mantenía bajo su gobierno 12 estados, en el 2022 tres estados, en el 2023 en un mes más después de las elecciones en Estado de México y Coahuila…

En esta campaña es notaria la desaparición de los colores priistas en la publicidad alazrakiana-goebbeliana, este PRI parece querer renegar del remordimiento heredado y pintándose de rosa INE resolver un deseo unánime de la suma de odiadores que participan en su “alianza” que es más bien una plegaria de ayuda para que un milagro les suceda. Obviamente intentarán todas las trampas posibles, tirarán todo el dinero necesario, querrán corromper hasta lo incorruptible.

El Estado de México es la sede del (inexistente dicen los mismos) grupo Atlacomulco, ese grupo cuya cabeza ideológica es el finado Carlos Hank González cuyas sabias palabras lo pintaban como el priista de priistas: “Un político pobre es un pobre político” Ese grupo, imaginario pues,  que llevó a la gubernatura estatal a Fabela, a los tres Del Mazo, a Sánchez Colín, a Arturo Montiel y al nunca bien ponderado pillo Peña Nieto. Contra ello va Delfina y por eso va a ganar.

En esta coyuntura histórica en que el PRI pierde el Estado de México 94 años después de estarlo gobernando, cabe preguntarse ¿Quién y cómo se escribirá el relato que sustituya a la metáfora de los negocios del poder como fuente de autoridad? Es Delfina quien lo hará, es la 4T, es una mujer.

Si el castigo de la confusión nos, digámoslo así, hizo sordos por décadas, el 4 de junio habrá un giro cardinal en el modelo de país por la importancia que representa esta elección. Y Delfina es quien va a ganar.

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4T, AMLO

A la izquierda de las derechas

Yo no creo en ideologías. Creo en los hombres. En el hombre concreto que actúa así o asá. Fernando Vallejo..

¿Qué tipo de izquierda es la de este gobierno? Tal vez es irrelevante querer encuadrarlo en un nombre; aunque sin embargo sí hay una respuesta: estamos a la izquierda de las derechas. A la izquierda de todos los comportamientos amorales, las políticas extractivas, la desigualdad, la represión, la violencia, la corrupción y el saqueo que representa la derecha conservadora mexicana y sus adláteres aliancistas.

Algunas personas  me han preguntado por la definición del actual gobierno, del presidente y de la 4T (unos por interés genuino y otros por tratar de encasillarlo en una palabra que les “suene” a connotación negativa); quieren una palabra que defina su esencia ideológica: ¿es de izquierda?, ¿es socialista?, ¿es comunista?, ¿es populista?, ¿es tiranía?, ¿es democracia?, ¿es dictadura?

A los segundos, esos que quieren buscar la palabra que mejor les acomode a su odio a este movimiento de transformación nacional, hay que decirles que se pongan a estudiar y que lo resuelvan por ellos mismos; tanto título académico de que presumen para que acaben soltando palabrería infame para acomodarla a su propia idea o a la del que les paga. A estas alturas del sexenio está claro que lo suyo no es la argumentación ni la discusión de ideas sino el golpeteo, ellos a lo suyo y nosotros a lo nuestro sin perder tiempo de lo que piensen de nosotros. Porque no se nos olvida que para ellos lo distinto es lo igual y a veces la gimnasia es magnesia: López Obrador está casi muerto pero al mismo tiempo busca quedarse en el poder, es un narcotraficante como Felipe al mismo tiempo que combate al narcotráfico, es débil y no controla su gobierno pero procede como dictador, es comunista y también es de derecha y sobre todo, “es igual a todos” al mismo tiempo que -ese igual a ellos- les ha desmontado el sistema de corrupción a esos todos.

A los que genuinamente se preguntan ¿qué somos? y ¿cómo nos ubicamos en el espectro político? les diría que opino que lo que importa son los hechos y no los nombres pero intentemos algunas respuestas yendo atrás en el tiempo.

Vayamos apenas atrás en el siglo XVIII cuando en Europa surgen debates que concluyen en dos formas de pensamiento político. En aquél momento, la “izquierda” (más bien la idea de izquierda porque el término surge adelante) planteaba como fundamento los derechos individuales y se oponía radicalmente a la violencia del fuerte sobre el débil, y también proponía que los privilegios hereditarios, aristócratas y monárquicos representaban lo opuesto de la sensatez política. Por su parte la “derecha”, propugnaba la defensa de la monarquía porque representaba estabilidad social y en consecuencia rechazaba los actos sociales transformadores; es una idea que prefiere que nada cambie y que se mantenga la defensa de privilegios; en consecuencia se opone a la idea de que el pueblo tenga derecho a elegir a sus gobernantes.

Es en la Revolución Francesa, cuando en la Asamblea Nacional un diputado pone a debate el “veto” que podía tener el rey. Los diputados que querían que el rey mantuviera el veto se agruparon a la derecha del salón de sesiones, los diputados que querían que la soberanía la ejerciera la representación de los ciudadanos se agruparon a la izquierda. Y tan tan, de ahí surge la dicotomía izquierda-derecha.

Es a partir de ahí, que  las ideas que hablan de derechos ciudadanos, de coherencia política, de interés común y de protección de los más débiles se consideran de izquierda y las que hablan de prerrogativas hereditarias, de inmovilidad social y de avorazamiento de los poderosos (históricamente, siempre minoría) sobre los pobres se consideran de derecha. Al triunfo de la Revolución francesa precisamente lo que se logra es establecer derechos (hoy considerados universales) y se deja de lado la consideración de las tres clases sociales de la época (clero, nobleza y pueblo llano) para convertirlas en un solo término “ciudadanos”. Ergo: concepto de ciudadanos=izquierda, concepto clasista=derecha. Libertad, fraternidad e igualdad, los tres  elementos fundamentales de la Revolución son entonces de izquierda.

Aquí inició todo, sin embargo con el paso de los años la izquierda se manifestó de diferentes formas, una explicación es que su lógica varía según el momento histórico en que se vive, por lo tanto es aquí cuando ya no se puede hablar de una izquierda sino de varias izquierdas: liberal, anarquista, libertaria, socialdemócrata, socialista maoísta, comunista, para resumirse fácilmente en tres identificables vertientes como serían el  socialismo, el comunismo y el liberalismo. Sin embargo, en todas las izquierdas hay algo que les une a pesar del transcurrir del tiempo, una pluralidad de momentos -comúnmente generacionales- que en el fondo comparten los mismos criterios: libertad, igualdad y justicia.

 La derecha por su parte siempre es la derecha, sus criterios fundacionales no cambian: cualquier política que implique desigualdad, será de derecha; cualquier regreso a un pasado en lo que algunos ostentaban privilegios será de derecha, el franquismo, de derecha, el fascismo, de derecha, las dictaduras militares en los 80´s en Latinoamérica, de derecha, la ambición económica como fuente de la felicidad, de derecha, el racismo, de derecha, el clasismo, de derecha, la economía del crecimiento sin fin, de derecha, la geopolítica del sometimiento, de derecha,  la devastación ecológica y de los recursos naturales, de derecha, la violación de todo lo inviolable, de derecha.

Entonces ¿dónde nos ubicamos en la 4T?, ¿dónde ubicamos al presidente López Obrador?: Pensiones para adultos mayores, Jóvenes construyendo el futuro, Becas para Educación básica, Sembrando vida, Becas para Educación media, Becas para educación Superior, Programas para niñas y niños de madres trabajadoras, Pensiones para personas con discapacidad, Programa La escuela es nuestra, Programa de apoyo a pescadores y acuicultores, Programas de mejora de vivienda, Programas de fertilizantes para los campesinos, Precios agrícolas de garantía. ¿Todos estas son políticas de izquierda o de derecha?

Libertad de expresión, incrementos de salarios, aumento de vacaciones, austeridad en el gasto de gobierno, respeto a los derechos humanos, defensa de la soberanía, combate a la corrupción; solidaridad ¿serán de izquierda o de derecha?

Eso somos, los hechos con los que actuamos, no las palabras.

En los 36 años del periodo neoliberal, la derecha gobernó a este país, no es PRI o PAN, es la derecha actuante, ambos partidos y el resabio perredista que ahora les acompaña es derecha; su actuar nos endeudo 8remember Fobaproa), se robó los recursos naturales y todo lo que pudieron llevarse, puso en riesgo la soberanía nacional, encarceló a periodistas e impidió la libertad de prensa, provocó violencia al ser parte del narcotráfico, incrementó la desigualdad; sí, sin sorpresas porque no las puede haber, hicieron precisamente lo que hace la derecha.

En esta definición nominal, no dejemos de lado que también hay quienes siendo de derecha por su comportamiento e ideas, se dicen de izquierda, (o sea que ni son todos los que están, ni están todos los que son) dado que les da pena decirse de derecha usualmente le suman algún adjetivo para evitar la vergüenza de salir del closet de la ideología política; izquierda moderna, izquierda condechi, izquierda caviar, izquierda aliancista (la que vive en amasiato con el PAN), izquierda fifí, izquierda rosa, izquierda dialoguista… Todas estas disque izquierdas son derecha como lo son también los neutrales y los de centro; que se digan de izquierda es perfectamente entendible porque en un momento histórico como el que estamos viviendo, declararse de derecha es bochornoso.

Los opositores, en su infinito desconocimiento histórico y/o mala leche, privan de validez todo acto social llamándolo comunismo, a todo lo que no se amolde al neoliberalismo le llaman populismo. Para ellos, Fox es demócrata, Calderón no es narcotraficante, Peña Nieto no es un pillo de siete suelas sino que es un gigoló a toda madre…

Somos de izquierda porque estamos a la izquierda de las derechas; por los hechos, por las políticas públicas, por la ética de gobierno y por el amor al País. A que sí.

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4T, AMLO, Historia, México, Política

Si no quieren ver, que no vean.

La izquierda siempre es perfectible, la derecha no, la derecha es la mejor posible: estúpida, arrogante, cumple cabalmente con lo que debe ser.

Monsiváis?

Qué momento tan interesante el que estamos viviendo, uno de gran transformación en México. Se rompen los paradigmas: que teníamos que ser pobres, que ser indígena es vergonzoso salvo para la foto/suvenir, que los derechos son solo para unos, que la economía solo funciona bajo las reglas del FMI y del BM, que lo que digan los vecinos del norte es ley, que las obsoletas monarquías son sinónimo de democracia, que los funcionarios públicos -por el hecho de serlo- tienen el derecho a enriquecerse con recursos públicos.

Qué gran momento, como efecto dominó han ido cayendo cada una de esas creencias sembradas por décadas en la psique de nuestra sociedad.

Y sin embargo, a pesar de que cada vez se comprueba que ese discurso es anacrónico y oxidado hay quienes no quieren ver, hay quienes quieren creer que el pasado fue mejor y que a él hay que regresar.

El otro día pensaba cómo es que hay un diálogo tan enfrentado (cuando no imposible) entre los opositores a este gobierno y la gran mayoría de ciudadanos que si le apoyan. ¿A qué se debe?

Me sugerí varias ideas, conformismo…, conveniencia…, pérdida de privilegios…, clasismo…,  sí en muchos casos pero ¿y en muchos otros?… porque obviamente tenía que haber algo más:

¿Han hablado con ellos? Dedíquenles un tiempo y tal vez llegarán a la misma conclusión: su problema es la manera en que se (des)informan.

¿Han visto esa imagen de un comic de moda “el hombre araña” en donde el personaje le lanza su telaraña a otro igual y éste a otro igual y así varias veces? Es decir todo es entre sí mismos.

¿Han participado de esos intercambios de regalos entre grupos en donde inicia uno entregando el suyo y va pasando al otro y al otro hasta que se cierra el círculo?

¿Han jugado teléfono descompuesto? Lo que dice el primero se repite hacia el siguiente hasta que el mensaje se distorsiona al llegar al último.

Bueno pues algo así les pasa.

La información masiva que reciben es de los mismos entre los mismos. Los opositores, para vergüenza de ellos, son engañados un día sí y el otro también por los mismos cuántos informantes de quienes se han alimentado a lo largo de su vida. Los medios les dicen lo que las élites políticas quieren que escuchen, y al mismo tiempo les ocultan y/o mienten sobre la realidad.

Y estos, muchos de ellos tan fifisientos, tan estudiados, tan galardonados, viven en una burbuja de absoluta ignorancia. Podrían ver y enterarse, no quieren hacerlo, no saben cómo hacerlo y creo también que, a estas alturas, les cuesta mucho aceptar que han vivido en el engaño y error permanente.

Los medios conservadores tradicionales, con gran fuerza y poder económico dañaron conscientemente a generaciones de mexicanos. Si lo sumamos a que al mismo tiempo fomentaron la pasividad, la indiferencia, la cobardía y la falta de vergüenza y dignidad de amplios grupos (por fortuna hoy minoritarios) la receta perfecta está hecha. Son dos mundos confrontados porque tienen información completamente distinta.

Mientras en un lado hablamos (con datos duros y contrastables) de programas sociales, aumentos salariales, obras públicas, transformación del sistema de salud, tren maya, refinería nueva y mejora de las inservibles, programa sembrando vida, disminución de la violencia, libertad absoluta de expresión, caminos de mano de obra local, sólidas variables macroeconómicas, peso fuerte, soberanía recuperada -tarea titánica- después de la venta de país que gerenciaron, etc., ellos por su parte hablan de: dictadura, crisis y fin del mundo.

Pregúnteles a qué se refieren, pidan su argumentación y verán que tán tán, hasta ahí llegaron.

Y entonces, no solo no hay diálogo y entendimiento sino que, ante su falta de argumentos, como reacción, amagan con violencia, actúan con violencia, se preparan para lastimar al país.

¿Y nosotros?

Si las izquierdas no entendemos el amague de la derecha, los sabotajes a la infraestructura, los caballos de Troya en el partido Morena y en el gobierno, no estamos viendo y asumiendo de lo que son capaces. Las élites políticas conservadoras teniendo a la masa embrutecida que repite su discurso, como ya expliqué antes, mientras se dan golpes de pecho y sonríen malvadamente, siembran su estrategia electoral ofendiendo, mintiendo y estropeando la vida pública.

Ya pasamos de la “ofensa” de que nos llaman resentidos y chairos; ya entendimos que los whitexicans, fifís o como se quieran llamar, que han demostrado ser: ignorantes, violentos, clasistas, racistas y aun así nos echan la culpa de un disque polarización, no van a cambiar pronto, representa a su parte generacional torcida. No podemos olvidar que la violencia está en la raíz histórica y fundacional de la derecha, es la piedra angular de su ideología. Son parte de ese fascismo iberoamericano tan de moda.

Hay que estar atentos, eso es lo que sigue de aquí al 2024, tenemos mucho que hacer, estar alertas, identificar el discurso que parezca “bueno, centrista” para saber que no es más que de derecha de closet. No hay tal centrismo en una circunstancia como la actual.

¿Hay motivos para creer que vivimos en tiempos de estupidez? Pues véanlos, escúchenlos, ¿Alito? ¿Marko? ¿Kenia? ¿Xóchitl? ¿Felipe? ¿Chumel? ¿Vicente?  Ustedes digan.

En Los sentimientos de la Nación, Morelos escribió: “Moderar la opulencia y la indigencia”. ¿Es tan difícil ver y entender que es lo que hace el modelo transformador actual?

Llevamos 4 años de trabajo y quien no quiera ver los frutos no los verá aunque los tenga enfrente.  El cambio se produce cuando se avizora un horizonte: de libertad, de justicia o de esperanza;  los reaccionarios, por lo que se ve, prefieren mantenerse en la esclavitud que les ciega.

¿Ya entendimos la guerra mediática? Es lo que hay, viviremos con ello, hay que entenderla y responderla. De qué nos sorprendemos de que están sin idea de partido ni de país, por eso están donde están; se formaron y echaron raíces en una cultura de irresponsabilidad que hoy les pasa factura.

La lucha de hoy es distinta, de muchos contra pocos, pero esos pocos son los medios y las fuentes de comunicación.

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4T, AMLO, Golpismo, México

¿Y sus chamacos qué piensan?

Qué tiempos serán los que vivimos, que es necesario defender lo obvio.

Brecht

En los últimos 70 años se han llevado a cabo 34 golpes de estado en Latinoamérica, todos ellos en contra de gobiernos de izquierda, todos ellos de la mano de élites políticas de los países afectados e invariablemente apoyados por el centro de poder económico más importante en el continente. En Perú la semana pasada se vivió uno más, el presidente Pedro Castillo fue víctima de la oligarquía de su país, una de esas, típica en América Latina,  que no respeta las reglas de la democracia y que actúa fuera de la institucionalidad, aunque se diga “respetuosa” de las instituciones. La derecha mexicana dice: sigue AMLO, que ponga sus barbas a remojar.

Hace unas semanas, la oposición mexicana al gobierno del presidente López Obrador -que como recordatorio de olvidadizos, fue electo democráticamente por una mayoría nunca antes vista en la historia de este país- organizó una rosada pasarela por las calles de la ciudad en lo que según ellos representaba un acto en defensa de la democracia. Dicen que salieron a defender el INE (nunca atinaron a decir de qué, de hecho muchos creen que el INE, al que «valerosa» y sonrosadamente salieron a defender, es su identificación oficial). Apenas unos días después se dio el golpe de estado en Perú y los mismos voceros de los opositores que convocó al wanabismo condechi-coyoacano, salen a solazarse y celebrar la usurpación ilegal de ese gobierno. Y aquí es donde la puerca torció el rabo para los chamacos “demócratas” que hablan de democracia a contentillo (aclaro que uso la palabra chamacos no en razón de edad sino en razón de su ingenuidad y su, tal vez, buena fe con la que se ven sorprendidos por los gerifaltes de sus partidos y élites que les instruyen) y que hoy guardan silencio para, como avestruces, apelar a no tener que dar una opinión o posición al respecto.

Las preguntas a contestar son muy simples: ¿Ustedes también están de acuerdo, como lo está Vicente Fox, Denisse Dresser, Kenia López, Roberto Madrazo et al, en que se haya dado un golpe de estado a un presidente democráticamente electo? La respuesta bien podría ser un sí o u no, y no un trastabille sobre la historia política de Perú. Y: ¿Ustedes están de acuerdo en que el que debe seguir ese camino golpista que lo saque del gobierno es López Obrador? Aquí también la respuesta podría ser monosilábica y no una pléyade de insultos o creencias sembradas de oídas.

Pero no, hay un silencio sepulcral, en el tanto no les digan que pongan una banderita de algún color, una frase slogan ad hoc, o un hashtag #soygolpista, guardarán la sordina obligada a que les fuerza su antidemocracia.

Lo que quiero resaltar es la contradicción: ésta en algunos casos se oculta en el silencio conversacional, en el hecho de no dialogar para no verse enredados exponiendo una argumentación cacofónica que repite el sin sentido – lo que hoy se conoce como maromas– y en otros casos en lo dañino que es que sea aceptable presentar una “diferente perspectiva” en temas como el racismo, el clasismo, el golpismo, la violencia, la corrupción o la injusticia social pretendiéndolas como equiparables y confrontables con la democracia, la libertad, la igualdad o la fraternidad. Son dos niveles distintos que NO son equiparables, no es un asunto de opinión.

Encuentro que lo anterior es un claro ejemplo que como resultado de la politización en la sociedad mexicana contemporánea, quieren hacer parecer como polarización. Soy de los que piensan que quienes, por exponerles nuestros argumentos,  nos atacan ( a los que favorecemos las propuestas de la 4T, la democracia y las decisiones mayoritarias en cualquier país, la igualdad, la libertad y otros muchos valores civilizatorios), ya sea -con la vía del silencio, la indiferencia o la exclusión-  o -con la de argumentar la libertad que tienen de opinar cualquier cosa-; no lo hacen por defender lo popular ni lo socialmente deseable, sino que es mera forma de defensa del statu quo, sea el que sea. Y eso es ser reaccionario. Y en México el prianismo es eso, la reacción conservadora.

Además de la evasión a una toma de posición para no verse comprometidos con sus mandamases por parte de la mayoría de la chamacada, las pocas voces que se decantan por un: ¡Sí, sigue López Obrador! confunden la gimnasia con la magnesia.

Si no quieren entender que están frente al movimiento social más grande del mundo en las últimas décadas, que están frente al líder más apoyado por los ciudadanos que le votaron y muchos más que se han dado cuenta de la diferencia entre el pasado reciente y el hoy; y no se dan cuenta que intentar un golpe al gobierno que reúne la visión del futuro del país; es chocar contra un tren que les avasallaría rápidamente. Yo recomiendo muy seriamente que no le “rasquen los huevos al tigre”; en vez de ello tienen dos opciones: o empiezan a amar a este país que nos ha dado tanto o váyanse como dijeron que lo harían si triunfaba López Obrador, ya pasaron 4 años y aquí siguen, jode que jode, creyendo que haciendo berrinche les hará volver al indebido privilegio que mamaron en los sexenios anteriores.

No somos ingenuos y no podemos serlo, en los golpes de estado que se han realizado en Latinoamérica, el sabotaje económico ha sido fundamental para lograr su cometido; el golpismo suave que llevan a cabo algunos actores políticos, económicos y sociales mexicanos va por esta vía; la base económica del país que dejó fondeada el neoliberalismo incide en la dependencia con Estados Unidos. El gobierno mexicano navega en aguas turbulentas azuzadas por la peor generación de políticos del pri, pan, prd y mc que se pueda tener memoria; el estiércol de su calaña baña las ideas de sus seguidores y, sin embargo, con ellos debemos dialogar y preguntarles: ¿Ustedes también quieren un golpe de Estado en México? O sólo sus patrones.

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AMLO, Historia, México

Pata rajada de Macuspana

«¡Olvida la muerte y busca la vida!»

Gilgamesh

Presidente:

Érase una vez un México imbuido de desesperanza y desencanto, un país roto en sus certezas y en camino hacia el precipicio social producto de la arrogancia de élites económicas, políticas y sociales que -bajo una lógica de clasismo, racismo e individualidad- intentaron despojar la cosmogonía mexicana de su sentido de comunidad.

Y llegaste tú, como vocero, representando para muchos una posibilidad de salvación en este país exacerbado, a contarnos una nueva narrativa en la que te hundías en los momentos más significativos de la historia nacional  para explicar y, sobre todo, recordar,  de dónde venimos; y nos hablaste así de nuestras transformaciones, de los sueños y posibilidades de un México que se presentaba herido y agotado.

Eres constructor de una nueva historia, esa que dice que puede haber algo mejor, esa que se contrapone a la idea del “así nos tocó vivir” sólo porque unos pocos, en su propio beneficio,  asignaron el papel que cada mexicano debía seguir para que el histórico saqueo de recursos pudiera realizarse.

Como nadie, entendiste que la única polarización posible de hablar se refiere a la desigualdad económica y social; y que el racismo entre los propios mexicanos es uno de los forzados pilares sobre los que se construyó el país; y que, finalmente, el clasismo es el aniquilador de la convivencia nacional. Y a partir de que interviniste, México no es el mismo, defendiste a los tuyos, a ese todos tan separados de sus procesos de identidad, reconstituiste un tejido ajado en cientos de años y particularmente en las últimas décadas.

¿Con cuántas personas se llena el Zócalo? preguntan los curiosos: con uno, contigo, la gente te sigue y así es que te conviertes en héroe; debe ser difícil porque enfrentas pruebas que en los hechos representan un carácter ontológico porque te convierten en un personaje fundamental en la construcción de nuevos referentes culturales que te dejan muy poco espacio para fallar.

No eres como los héroes míticos de la antigüedad, obviamente; representas un heroísmo contemporáneo que te transforma paso a paso en mito, aunque algunos no lo ven, no lo quieren ver o ¡no lo están viendo! cuando frente a sus narices te conviertes en un arquetipo que responde a patrones universales e inmutables, creo yo, en donde no te circunscribes a una sucesión de avances y retrocesos, entre pasado y presente, entre lo bueno y lo malo; sino que fundamentalmente  rechazas el concepto del destino para anteponer la idea de ciudadano, de hombre libre.

Cuando la oposición te ve como el conductor de la voz de la mayoría no te soportan, para ellos el único héroe a considerar es el vencido; es aquél del que puedan decir: sí, fue y acabamos con él. El problema del héroe, del mito López Obrador es que hoy eres de carne y hueso, hoy eres el hombre en el gobierno, el hombre al que sigue la mayoría de mexicanos y por lo tanto antes de que trasciendas como mito histórico intentarán destruirte; saben que si al acabar tu gobierno la persona que continúe tu labor no es de los suyos, están acabados. Ellos necesitan o, destruirte ahora o, destruir tu legado bajo un siguiente gobierno a su cargo.

Mañana habrá una marcha, hiciste un llamado y acudirán millones, los que estamos contigo intuimos que lo haces para mostrarle a los opositores la fuerza que les haga detener cualquier intento de ruptura social.  Mañana sabrás una vez más, constatarás lo que representas para este país al que alguna vez le llamaron “de jodidos” Tienes un gran compromiso que es el de los héroes, el de los que ya nos son para sí sino para los demás.

Te amolaste estimado presidente, así te toco vivir, es tu sino del que no tienes escapatoria; somos afortunados a quienes nos tocó contemporizar contigo y vivir la transformación que has provocado.

Por los otros no te preocupes, algunos de ellos tienen recursos inagotables para ellos y sus descendencias, otros se convirtieron en traidores cuando, aunque en algún momento se decían cercanos obradoristas, se dieron cuenta que tu gobierno no era para repartirles prebendas; y en las mitologías históricas los traidores acaban mal.  Y otros, los más, tan solo vivirán con la desventura de no entender la trascendencia histórica en la que estamos y la vergüenza de haberse dejado manipular por los mismos que ocasionaron la tragedia mexicana que muchos, encabezados por ti, intentamos revertir.

Realizar hace al héroe, no hace cosas por serlo sino lo es porque las hace, hay mucho trabajo aún, mi opinión ciudadana es: deshazte de la basura, aniquila con las posibilidades legales de tu puesto a los conjurados que ya conocemos y cuando acabes vete a “La chingada” a descansar. Aunque he oído que los héroes no descansan.

Te han puesto un buen sobrenombre, uno muy bonito: Pata rajada de Macuspana: el trabajador de la tierra que lo vio crecer. Si te querían insultar, también, una vez más, se equivocaron, te halagaron aunque no entiendan por qué.

El 18 de julio de 1872, cuando el presidente Juárez, al que tanto admiras presidente, estaba a horas de morir de angina de pecho, escribió una carta, la última de sus muchas escritas, en esa breve carta de la que no me explayaré decía: “Las cosas por acá siguen siendo buenas como habrá visto usted…”  Que así igualmente sea cuando en el año 2024 entregues el poder: que las cosas sigan siendo buenas.

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