4T, Desmemoria, Futuro, Historia, México, Narcotráfico, Odio, Oposición

Colaboracionistas

Para ser traidor antes debes ser alguien. Nunca fueron mexicanos.

El 14 de septiembre de 1847 a las 7 de la mañana la bandera estadounidense ondeó en Palacio Nacional en el Zócalo de la Ciudad de México, la historia de lo sucedido es harto conocida y en todo caso este no es el lugar para relatarla, solo baste decir que algunos “mexicanos” se alegraron de y colaboraron para ello.

En 1864 Maximiliano fue proclamado emperador de México; para que un archiduque austriaco lo fuera es que antes hubo un  grupo de conservadores mexicanos que acudieron obsequiosos a Trieste, Italia a ofrecerle la Corona mexicana; mientras que el gobierno constitucional encabezado por Benito Juárez se encontraba establecido en Monterrey. Maximiliano y los colaboracionistas mexicanos que lo trajeron gobernaron las zonas de control que pudieron bajo un régimen de facto.

No tan lejos, en 2019, Gabriel Quadri, el opositor diputado electo en Coyoacán, sugirió que “Si México no “cargara” con los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas sería «un país de desarrollo medio y potencia emergente». Baste decir que algunos “mexicanos” coinciden con él en la conveniencia de desmembrar al país, de hecho votaron a favor de su diputación en contra de la de Pablo Gómez y con sus votos colaboraron para que el panismo ocupara la alcaldía coyoacanense.

De vez en vez, voces de los estados del norte del país promueven la separación de algunos de estos de México, desde Baja California cruzando todos los de la frontera hasta Tamaulipas (sin obviar el inefable, seco y téslico Nuevo León) e incluyendo, pues ya encarrerado el gato, Sinaloa y Durango. Afortunadamente, hasta hoy,  son meros colaboracionistas en potencia.

El wanabi mexicano del post neoliberalismo (es decir de 2018 a la fecha) se expresa de muchas formas en su deseo de que México sea parte de Estados Unidos; se ven reflejados en el “éxito económico” (sic) de ese país, aplican lo que llaman su whitexicanismo como visión idónea de conquista social, no como latinos viviendo allá -a quienes por supuesto no entienden y desprecian- sino como tú a tú con el gringo, red neck, drogadicto y racista con quienes se identifican mejor. Su sentimiento colaborativo del yes sir, yes sir, vive en sus sueños húmedos de ser colonizados.

Regreso a contarles el final feliz con Maximiliano: En 1867, tres años después de su llegada a “gobernarnos” fue fusilado por órdenes de Don Benito Juárez en Querétaro junto a sus colaboradores los Generales Miramón y Mejía. Existe un documento oficial en el que Juarez explica su decisión: el “Manifiesto Justificativo de los Castigos Nacionales en Querétaro”, dice ahí que el motivo principal por el que decidió terminar con la vida del emperador, fue para demostrar al mundo que ninguna casa imperial podía acabar con la soberanía nacional. De esa manera, mostró que las consecuencias serían duras y firmes para todo aquel que quisiera atentar contra la democracia y el sistema político mexicano.

A México le ha costado sangre, dinero y vidas ser independiente, soberano y libre; lo que puede parecer palabrería de libro de civismo tiene una profunda implicación en el ser mexicano. El mexicano nace, se hace, siente, vive, transpira su mexicanidad y sobre todo late en ella. El amor a México se da de muchas formas y maneras, incluso hasta de la forma en que la costarricense Chavela Vargas pensaba: “Los mexicanos nacemos donde nos da la rechingada gana”

En la coyuntura electoral de Estados Unidos, las huestes del Partido Republicano están desatadas, una vez más usan a México como caballito de batalla; así como Trump alardeaba con su muro, ahora un tuerto senador, Dan Crenshaw, marinerito gringo que participó en las invasiones en Irak y Afganistán, que como buen conservador se opone a medidas contra el cambio climático; que siendo él inmigrante en Estados Unidos (nació en Escocia) favorece también un muro y la deportación de los “ilegales” de su país y ahora, para fines del momento de posicionarse para las siguientes elecciones: propone usar a las fuerzas armadas estadounidenses contra los cárteles de la droga en México, señalándolos de responsables de la crisis de opioides de su nación.

El tuerto en cuestión recibió una durísima respuesta por parte del presidente López Obrador, la dirigió a él y a varios otros políticos de extrema derecha que se sumaron a las ofensas a México y promotoría de intervención: entre otras cosas les dijo: Ya basta de hipocresía, “¿O qué ha hecho ese senador para evitar que se vendan las armas de alto poder en las armerías y hasta en los supermercados de Estados Unidos? Porque el 80 por ciento de las armas de alto poder que utilizan las bandas de la delincuencia en México las adquieren en Estados Unidos y no hay ningún control. ¿Qué ha hecho este senador? No sé, pero hay algunos senadores que hasta reciben dinero para sus campañas de las fábricas de armamento en Estados Unidos. Entonces, ya basta de hipocresías y estar viendo nada más la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio». Y le advirtió: “No es injerecismo, ¿eh?, es nada más ponerlo en la lista para que nuestros paisanos lo tengan presente cuando haya elecciones, porque es un senador que no quiere a México, que está en contra de nosotros, de los mexicanos. ¿Qué pasó?: Que unos días después el gobierno estadounidense envió a una comitiva a hablar con López Obrador, ante la firmeza del presidente mexicano, no los quedó más que venir a decirle que ese senador no representa la voz de su gobierno, que respetan la soberanía de México etc. etc.

Pero, para seguir hablando de colaboracionismo ¿Qué pasó aquí en México? Que los opositores panistas y demás grupos de derecha se pusieron del lado del tuerto; ya se vieron invadidos, colonizados y celebrando por deshacerse del «pata rajada de Macuspana». De neo fascistas convencidos pasaron muy pronto a oportunistas migajeros; ya se vieron limpiando sus jardines y sirviendo sus mesas, ¡ah no!, me equivoqué, ellos se vieron presidiendo sus mesas de consejo y jugando golf con John, Debbie, Mike y hasta con Dan. De repente se vieron “very beautiful people”

Ahora que los reaccionarios se organizan y salen a disfrazarse de colores, ahora que han perdido la vergüenza al comprobar que su mercadotecnia tiene eco social entre la clase más ignorante y conservadora de México y que recurrir a la calumnia y al odio, y mostrar abiertamente su desamor al país les da un sentido de pertenencia entre ellos mismos, lo que les faltaba les llegó caído del cielo: gringos reaccionarios y neofascistas (tal para cual) hablando de invadir México; y los de aquí como mi perro: moviendo la cola de gusto por verme llegar o por acercarle una croqueta. (En mi perro es naturaleza, en ellos es desvergüenza)

La resistencia de los conservadores mexicanos a la pérdida de indebidos privilegios no desaparecerá de la noche a la mañana, ya lo sabemos, por lo mismo también sabemos que el 2024 y el 2030 los seguiremos teniendo acotados en su esquina(tenemos que), porque: Remover los cimientos de la cultura neoliberal en que crecieron, de la que aprendieron y en la que se enquistaron, exigirá mucho tiempo. Su resistencia, además, es versátil y cambiante: se convierten en víctimas los victimarios, en demócratas los aprendices de dictador, en buenas gentes los hijos de puta, en mexicanos los vende patria. Si nos descuidamos nos venden el país.

Remember Maximiliano.

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Calderón, Corrupción, Narcotráfico, Oposición, Panismo, Traición

Amargo triunfo

No te insulto, solo te defino.

El neoliberalismo deformó la conciencia de mujeres y hombres, lo sucedido en el sexenio de Felipe Calderón es muestra de ello; los capos panistas representan la moral de la violación de todo lo inviolable y sus seguidores representan el colmo de la alienación.

Dos formas de ver las cosas:

Una, se confirma lo que sabíamos, que la cloaca panista había engendrado en uno de sus más viles personajes, Felipe Calderón, al narcotraficante que gobernó el país del año 2006 al 2012. Se corrobora el propósito tramposo de las élites económicas conservadoras mexicanas –que lo son por su asiduidad y subsistencia de los negocios (de todo tipo) con el poder- el enriquecerse, además de con los bienes públicos como lo han venido haciendo desde sexenios atrás, con los recursos que genera uno de los negocios ilegales más redituables del mundo: el narcotráfico.

Las cosas que pasan en política, no pasan por casualidad.

Primero prepararon con Vicente Fox el camino, digamos que Fox es quien barrió la entrada: dedicado el bobo presidente a enriquecerse y a encumbrar los negocios de sus hijastros (los Bribiesca, hijos de Marta Sahagún); despreocupado de las responsabilidades de gobierno al tener inmensos recursos por excedentes petroleros con los que “gastar” y cubrir los presupuestos federales; interesado más en su rancho y acomodar su vida post-presidencial; allanó el camino de la estructura delincuencial que a partir de su gobierno gerenciaría García Luna (en este primer periodo panista, a cargo de la Policía Judicial Federal y más adelante como titular de la Agencia Federal de Investigación). En estricto sentido, el foxismo,  fue el sexenio de la creación del plan de negocios, de la organización de su infraestructura y la hoja de ruta de la hechura del mayor cártel de drogas que ha existido en México.

A partir de ello lo que siguió fue encumbrar a quien seguiría como figura presidencial a cargo de la maduración del proyecto, por lo tanto se robaron la elección federal a favor del facineroso Felipe Calderón (tenía que ser de su mismo grupo y con rasgos morales adecuados a la tarea), una vez logrado el objetivo “haiga sido como haiga sido”, aúpan como Secretario de Seguridad y “mano derecha” de Felipe al policía del foxismo Genaro García Luna, quien ya desde ese entonces era señalado por “relaciones indebidas” con la delincuencia organizada. Ahora sabemos que este entorno panista/empresarios/policía estrella fue la delincuencia organizada en pleno, encabezada por la ambición de un hombre y su grupo, un hombre “chaparrito y de lentes”  que en su megalomanía y en ausencia de parámetros morales se movió para destruir todo y a todos los que se pusieron a su paso, incluyendo al país.

Y de ahí en adelante el acabose, una de las muchas notas en los periódicos del mundo define bien lo que ahí sucedió: La declaratoria de culpabilidad a García Luna, es el juicio a todo un régimen de gobierno en México (Los Angeles Times)”. El régimen panista exhibido en su perfecta esencia: culpables de conspiración para la distribución internacional de cocaína; conspiración para la distribución y posesión de cocaína; conspiración para importar cocaína y delincuencia organizada.

Por lo tanto, este juicio en Estados Unidos al operador del cártel panista, es un triunfo que a muchos, a la gran mayoría de mexicanos nos da alegría; que nos recuerda una vez más esa “superioridad” ética del proyecto 4T, precisamente porque entre quienes participamos de éste proyecto y principalmente por quien lo encabeza, están quienes lo hemos dicho una y otra vez; los panistas y sus acompañantes son delincuentes, lo fueron en sus dos gobiernos, lo son en su actuar actual (basta ver lo que sucede en alcaldías de CDMX), son la expresión y  causa de su origen como una serpiente que se muerde la cola. Si surgieron para oponerse a la defensa del petróleo, para coadyuvar a que las empresas extranjeras fueran dueñas de la economía mexicana, para apoyar al nazismo de Hitler (queda pendiente contar más esta historia del origen panista); su consecuencia lógica es que una vez en el gobierno arrasarían con todo, la economía para sus propios fines en primer lugar y también –y por qué no- desgraciar la seguridad formando el cartel del narcotráfico que involucraría al país en un daño inacabable. Esto por lo que se refiere al panismo pero…

Hay otra forma de ver y pensar lo sucedido:

¡Las víctimas! En este juego macabro de guerra maldita debemos siempre recordar que no sobrevivieron miles de mexicanos, que hay miles de madres buscando a sus hijos, los datos duros dicen que en el sexenio de 2006 a 2012 los homicidios crecieron casi el 200% (si en el de Salinas habían crecido 9.28% para llevarlos a 76000, y en el de Zedillo se mantuvieron en 80,000, en el de Fox bajaron a 60,000) para que el panismo calderonista los creciera -en su guerra inventada- año con año y acabar en 120 mil dejándole al futuro (Peña Nieto 150,000) una escalada que apenas ahora se logra contener y reducir.

Y el gigantesco costo económico de esa guerra obviamente perjudica si no es que hunde la economía, millones de dólares en préstamos contratados para comprar armas y sistemas de seguridad (sic), los datos que arrojan los estudios realizados sobre ese periodo indican que: “la violencia local intensificada transforma una economía de mercado en una economía informal y de tipo autárquica, evidenciada por la disminución del empleo en el sector formal, y el aumento del empleo en el sector informal, del desempleo y del consumo de bienes de producción propia. Asimismo, la capacidad fiscal y colectiva de los gobiernos locales también se ve afectada negativamente. La transición que se observa en las economías locales afectadas por la guerra está asociada con pérdidas importantes en el ingreso y el consumo de los hogares. Estimaciones adicionales conservadoras muestran que este conflicto interno afectó a grandes segmentos de la población nacional (42%) quienes viven en municipalidades predominantemente urbanas, donde se produce una gran parte del producto bruto total (44.5%). Esto implica que la guerra contra el narco tuvo un fuerte y negativo impacto en la economía mexicana en su conjunto, la cual se verá afectada también de manera adversa en el largo plazo” http://www.economia.unam.mx/assets/pdfs/econmex/04/07AlbertoIniguez.pdf .

El resultado de esa guerra no tiene nada de bueno más allá de la satisfacción reciente del resultado del triunfo en la corte de Estados Unidos; porque hay otro tema además del de la violencia y del desastre económico, la estupidización ideológica y cultural de los seguidores y apoyadores del calderonato y del panismo. Una guerra donde el gobierno nos traicionó, un verdadero peligro para México en acción, una tragedia humanitaria, una clase política convertida en un grupo indistinguible de corruptos, resulta ser para estos seguidores la nada, entre su juego de palabras de: todos son iguales, no hay ni a quien irle, no era panista, no lo conocemos, etc. pretenden escabullirse de la realidad en que participaron, por acción o por omisión y ahora por seguir creyendo que “serán distintos”.

La naturaleza lógica de lo sucedido nos debería llevar a que el PAN perdiera su registro y a que sus personeros se les prohibiera volver a tener puestos públicos, pero no, ahí siguen –y seguirán- mamando presupuesto, apostando a la radicalización, aventurando al olvido público, al no existió, y asumiendo como propio lo que su infame líder moral calderónicamente clama, ¡yo no lo sabía! Y si creemos que  sólo los estúpidos podrán creerle, pues sí que lo hacen, confirmado, seguirán participando de panismo y sus alianzas, al fin que lo que negoció la cúpula de PRI y PAN es que el PRI eligió los candidatos para Estado de México y Coahuila y el PAN lo hará en el 2024 con CDMX y Presidencial. De ese tamaño es el futuro en el que quieren incidir, no pasaran porque somos una mayoría quienes lo impediremos, pero van con todo, intentarán regresar aunque sea en medio de otra guerra.

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