2024, 4T, México, Oposición, Periodistas

El restaurante de Ciro

“…el brillo de la gloria achica la sombra de la envidia y la hace desaparecer.” Plutarco.

El periodista Ciro Gómez Leyva quien trabaja para los medios de comunicación Radio Fórmula y Grupo Imagen (de amplia audiencia) dijo recientemente en uno de sus programas lo siguiente: una vez que concluya su gobierno el Presidente López Obrador: “AMLO no va a poder recorrer el país, no lo veo en un restaurante, un cine, un estadio de béisbol (un asistente o asentiente del periodista adicionó a esto último: ¡menos a un estadio de béisbol!)… es lo que cosechó… hay un 45% que lo reprueba y repudia… un tipo que ha hecho tanto por el culto a su personalidad. …El futuro del presidente López Obrador, si bien le va vivirá en su finca en Chiapas y si no le va muy bien La Habana, Cuba”

Después de escuchar tal zafiedad de inmediato me vino a la cabeza esa fábula que menciona José Ingenieros en “El hombre mediocre”: “Un sapo croaba en su pantano cuando vio resplandecer en lo alto a una luciérnaga. Pensó que ningún ser tenía derecho de lucir cualidades que él mismo no poseería jamás. Mortificado por su propia impotencia, saltó hasta ella y la cubrió con su vientre helado. La inocente luciérnaga osó preguntarle: ¿Por qué me tapas? Y el sapo, congestionado por la envidia, sólo acertó a interrogar a su vez: ¿Por qué brillas?

Tal parece que al locutor se le da eso del todos son iguales para referirse a los presidentes mexicanos, el cree que todos son como Fox, o los escondidos en algún país Calderón y Peña Nieto, o aquel López Portillo a quien le ladraban en la calle. Él bien sabe que no es así, sabe perfectamente que López Obrador es una rara avis en la política mexicana, sin embargo le es imposible reconocerlo frente a sus oyentes por dos razones primordiales: es lo que le obliga decir la agenda de la derecha mexicana y es lo que le conviene insinuar a la campaña de la candidata panista que él y su grupo apoyan. El fingimiento de decirse imparcial y no tener candidata favorita –que es lo que diría el sapo-periodista- no es más que la bien conocida hipocresía de los conservadores mexicanos que juegan de neutrales.

Los datos y la realidad confrontan al Sr. Ciro, de manera contundente le abofetea ante el disparate dicho públicamente:

El presidente López Obrador tenía una aprobación, que nos muestra la empresa Polls que reune la información de todas las encuestas serias (https://polls.mx/aprobacion-presidencial/), del 62% a fin de abril, el Heraldo dos días después dice que 70% (https://heraldodemexico.com.mx/elecciones/2024/4/8/encuesta-covarrubias-asociados-claudia-sheinbaum-con-amplia-ventaja-592175.html) , y más que eso muchas otras encuestas de casas formales. Según Morning Consult, el presidente se encuentra (desde hace muchos meses) en el segundo o tercer sitio de aprobación en todo el mundo (https://pro.morningconsult.com/trackers/global-leader-approval). Con esto me refiero a que los datos no acompañan la “preocupación” del señalado comunicador.

Y sin embargo, los datos son lo de menos ante la realidad que vive el presidente en su recorrido por el país; aunque le duela reconocerlo a Gómez, cófrade del círculo rojo (aquel grupo de comunicadores que representa los intereses de los dueños del país); el presidente es vitoreado en sus presentaciones públicas, es aclamado en cada pueblo y ciudad que visita, la gente lo busca, le pide fotos y autógrafos; es el rockstar de la política mexicana. Las transmisiones de sus conferencias diarias lo colocan como el streamer No. 1 de habla hispana. Cuestionar la popularidad y el afecto de los ciudadanos al presidente López Obrador es mera sandez del laureado locutor. Ahora, que si es amenaza pues un aviso: ni se les ocurra tocarlo, se les suelta el tigre y se los lleva candanga.

Aunque, siempre hay un aunque o un pero, tal vez tiene razón; López obrador será rechazado y vilipendiado al llegar a un restaurante, esta es la eventual historia que ronda su cabeza:

La realeza (sic) mexicana, mejor conocida como la descomposición conservadora organiza una cena en un afamado restaurante; Ciro es el asignado a preparar tal celebración (celebran que su candidata Xóchitl perdió solo por 20 puntos de diferencia y no por 30 como parece ser); él es el maestro de ceremonias y ocupa el sitial de honor (a sus jefes no les gusta el lucimiento, no vaya a ser que la DEA, SAT o INTERPOL los ubique), sí, el brillante y nunca bien ponderado Ciro es quien lo ocupa.

En el centro de la larga mesa Ciro –exultante y sudoroso ante tal privilegio- no porque sea el más importante del grupo como ya dijimos, sino porque es el patiño asignado en esta batahola poselectoral, sin cetro ni trono porque ya too much; a su lado Alito, Marko, (Zambrano del prd ya no es requerido, ya fue), Xóchitl, Krauze, Dresser, Zuckerman, Loret, Alazraki, Lozano, Pagés, Beteta, José Cárdenas, Camín, (Casar no fue por que está desenterrando al suicidado marido), Córdova, Mendoza, Alatorre, Fox (llegó tarde, no le había abierto Martita), Álvarez Icaza, Cossío y en frente (¡Ay nanita!, como cantara Pepe Hernández): Claudio X González, Carlos y Ricardo Salinas, el Mencho, Larrea, Bailléres, el Chapito, Fernández, y el Alfredillo. Alrededor de todos ellos, muchos, cientos de guaruras, evitando los limonazos del vulgo.

El menú fue sustancioso y les cayó como anillo al dedo: De primero una nicaragüense Sopa de muñecas (si no para abrirles el apetito si por lo menos el labio); después un Pejelagarto que a más de uno se le atragantó; surtido de postres: Raspado de anís y Cremitas de Techolalpando y de bebidas: Atole con el dedo y Cubas a la Felipe.

Don Ciro tiene razón, no tiene que imaginarlo, es un hecho que López Obrador no sería bienvenido al festín. De hecho, al mismísimo presidente le daría vergüenza la vapuleada que les pondrán a Ciro y sus secuaces los del otro lado de la mesa. Tiraron inmensos recursos, corrompieron a todos quienes pudieron, inflaron con publicidad, mentiras y encuestas de massive caller a la Sra. Xóchitl mientras que Claudia Sheinbaum –tan campante ella y sin voltearlos a ver- les arrasó en la contienda.

Es una cena amarga, López Obrador no es invitado, Ciro sí (I rest my case, como dicen los gringos); al final entre los comensales se aplauden, tienen 6 años para dedicarse a entorpecer el trabajo de Claudia y después la historia se repetirá cuando la Cuarta Transformación pase a su tercer sexenio.

Goethe decía: “No hay más que un paso de la envidia al odio”. Yo me pregunto si no es al revés, pasaron de odiarlo a envidiarlo.

Lo siento Don Ciro, parafraseo al citado José Ingenieros: usted no brilla, ese es su destino, el destino suele agrupar a los envidiosos en mafias de odio, allí es que desahogan su pena íntima difamando a los envidiados y vertiendo toda su hiel como un homenaje a la superioridad del talento que los humilla.

López Obrador será recordado como un gran presidente y también como el hombre que puso en su lugar a quienes por décadas trataron a los ciudadanos como estúpidos en los medios de comunicación que encabezan; les recordó que antes del 2018 se enriquecieron del presupuesto público, que son chayoteros consumados y que efectivamente él no va sus convites.

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6 comentarios en “El restaurante de Ciro

  1. Rosa García dijo:

    Excelente reseña de la mafia del poder y sus compinches al celebrar su derrota. Los retratas tal como son, envidiosos, ardidos y tan mediocres y MITOMANOS, que ellos mismos se creen la crema y nata de México, cuando ya sólo son los perdedores opacos y MISERABLES del país.

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  2. Alejandro Rueda Contreras dijo:

    AL SEÑOR PRESIDENTE O EXPRESIDENTE (para mucho parasito social) se le respeta y el 85 % de mexicanos bien paridos y bien habidos se le cuadra como a un Héroe Social que se atrevió a desafiar a los más grandes como atroces rateros nacionales. Y tengan seguro que nadie lo mal verá. Un Mexicano muy Mexicano

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  3. Alicia Mariela dijo:

    Mucho presidente. Los medios de comunicación no estuvieron a la altura de nuestro presidente, ni de los cambios sociales. Les faltó profesionalismo.

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  4. Javier Gtz. dijo:

    Que por unos pesos quieran vender la dignidad de un país. Victimizándose, y argumentando una imparcialidad que ni ellos mismos se creen. Escuchar o ver a estos personajes es comprender lo opuesto a lo que dicen.. 🙃

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  5. Vic dijo:

    Ingenioso, y bien elaborado relato, que atrapa al lector. Y con muchísima lógica, y una descripción perfecta de lo que ocurre en México y que solo siendo mexicano entendería algunas, aparentes incongruencias de nuestra realidad. Pero es que los Oligarcas querían que viviéramos en un mundo Barroco. Donde roban a manos llenas, a la vista de todos y aún así quieren que se les vea como honorables! Es una bocanada de aire fresco la llegada de AMLO, y sin los Eufemismos de los medios ha dicho lo que es! Mi respeto, reconocimiento y amor por siempre al mejor presidente de la Historia!!

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  6. Roy Jimenez Palafox dijo:

    Es bueno ver a Mexico en un aspecto positivo a nivel internacional; sus logros en el transporte, en el ámbito económico y en aún en los círculos deportivos son el resultado de la honestidad y de la visión de su líder. El pueblo tiene lo que siempre anhelaba y merece: un lugar codiciable en el mundo impulsado por una persona honesta y capáz como es el Presidente Lopez Obrador que refleja la medida de Don Benito Juarez. 

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