Tantito que la perra es brava y tantito que la están toreando. (Refrán popular)
Ya le pusieron apodo al que será el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, el chairopuerto le dice la ilustre y nunca bien ponderada oposición.
En poco tiempo se referirán al Tren Maya como el chairotren, a la refinería de Dos Bocas como la chairorefinería. Y así será con las chairobecas, las chairouniversidades, las chairopensiones; así será con cualquier proyecto que encabece o ejecute el gobierno de López Obrador.
Chairo: El Diccionario de mexicanismos, de la Academia Mexicana de la Lengua (México: Siglo XXI Editores, 2010), registra cuatro acepciones:
1. Feo. 2. Persona, generalmente joven, caracterizada por provenir de una buena posición social y por ser partidaria de movimientos sociales, como los ecologistas y antiglobalización. 3. Despectivo. Persona que es socialmente poco refinada.4. Festivo. Masturbación. Y En el Sureste, pene.
A partir del año 2018 se tiene registrado que también se le da el uso de “naco”: La palabra naco, según el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española (Madrid: Espasa Calpe, 2014), se define como «indio» en la acepción referente a México.
Las tres primeras de la Academia Mexicana y esta última de la Academia Española reúnen el sentido a que se refiere lo que a manera de “prefijo” anteponen a las obras de este gobierno, los seguidores de este proyecto de reconstrucción de Nación seremos simplemente “chairos”.
Hablar del término «chairo» para referirse a la mayoría de este país, usado de manera despectiva, nos dice mucho de la histórica polarización social causada por la desigualdad y necesariamente hay que hablar entonces del término “fifí”. Chairos vs. Fifís; los primeros caracterizados como pobres, morenos, de izquierda; los segundos como presumidos, privilegiados económicamente, aprovechados, sangrones, mochos, de derecha.
Ambos términos: chairo y fifí son a la desigualdad de oportunidades; los términos así disfrazan de manera frívola la rudeza de progreso vs atraso, blanco vs. negro, rico vs. pobre, libertad vs. opresión, y otras dualidades propias de las diferencias sociales en el país.
Todas estas obras chairo… (ponga la obra pública que le guste) se referirán entonces a lo realizado en un periodo histórico determinado, en este caso el sexenio lopezobradorista por lo que creo que a “chairo” como insulto hay que hacerlo propio; a los opositores tanto les ha gustado el término que se solazan en decirlo y repetirlo, a falta de argumentos soltar un: “chairo” les es suficiente. Bien, que así sea, que todo alrededor de este periodo sea chairo, ¡será un honor ser chairo pues! Los libros de historia hablarán del periodo chairo, el habla popular ya no dejará de usar el término para las obras públicas, no le dirán el aeropuerto Felipe Ángeles, simplemente será el chairopuerto. Unos lo usaran como desprecio otros como orgullo.
Por lo menos ya cambiamos de la lindeza de tener avenidas Arturo Montiel (el exgobernador priista del estado de México y tío del Sr. Peña Nieto), calles Arturo Montiel, centro médico Arturo Montiel. De tener escuelas secundarias y unidades habitacionales que se llamen Guadalupe Hinojosa, ¿a poco no sabe quién es?, pues es la difunta esposa del ex gobernador José Murat de Oaxaca. ¿O qué tal el Parque Angélica Rivera en Tijuana?
¿Y qué decimos de la biblioteca panamericana Margarita García de Marín, mamá del exgobernador poblano Mario Marín hoy detenido acusado de pederastia y tortura, o de la escuela de enfermería, y las guarderías y el centro de capacitación Blandina Torres de Marín, su esposa?
¿Y de la calle Enrique Peña Nieto en Atlacomulco, la playa Vicente Fox de Veracruz las calles Felipe Calderón en Maravatío y Cotija o de las varias avenidas Manlio Fabio Beltrones en Guaymas, Santa Cruz, Navojoa, Cajeme, Huatabampo y Cananea?
¡Y de una joyita! ¿como el aeropuerto Diaz Ordaz en Puerto Vallarta?
A pesar que el presidente López Obrador ha pedido que no le pongan su nombre a calles o estatuas u homenajes y que expresamente no quiere nada que ver con culto a la personalidad, quiera él o no, el chairismo se referirá a su paso por el gobierno.
A raíz de que se inauguró en el Día de la Fuerza Aérea una de las pistas de la base militar, en parte de lo que será el aeropuerto Felipe Ángeles que abrirá puertas el 21 de marzo del siguiente año, los comentócratas y opinadores de siempre fingieron no saber que el edificio abierto era un hangar de base militar y no el aeropuerto en conjunto, hicieron correr la voz de que parece una central camionera, de que era una pista ya existente bacheada, etc. Es decir procuraron en su discurso en medios de comunicación menospreciar ese proyecto y para ello qué mejor entonces que llamarlo “chairopuerto”. Respecto a esta obra hay que comentar dos cosas, la primera es el enojo que ha provocado su avance a todos aquellos que pelearon a morir por mantener el del lago de Texcoco sin importar su costo y corrupción de por medio, de ahí que para ellos siempre será feo y mal hecho, incluso cuando quede finalizado. Spoiler: lo van a usar.
La segunda es que lleva el nombre de Felipe Ángeles Ramírez, el militar hidalguense colaborador de Pancho Villa y Francisco I. Madero; poco conocido en los libros de historia pero de trayectoria fundamental en la Revolución y en los eventos de la Decena Trágica (¿será que por eso tampoco les gusta el nombre?) Aeropuerto Santa Anna les habría gustado.
Designar a las obras públicas que se pagan con los impuestos de todos con nombres de funcionarios o familiares o gobernantes del momento en que se construyen es un acto absoluto de narcisismo y presunción, así fue por muchos años. El hecho de que hoy se denomine la infraestructura del país con personajes importantes recuperados de los archivos de la historia amplía el horizonte del conocimiento de todos; sin embargo si para los antagonistas a la 4T en vez de aeropuerto Felipe Ángeles prefieren que sea llamado chairopuerto, bienvenido sea el nombre.
No creo que sea conveniente abonar en la frivolidad de hablar de fifícorrupción, fifíchayote, fifínarcos, no, dejémosles eso a ellos que hasta los que no lo son pero es su aspiración serlo se mandaron a hacer playeras mostrando su orgullo fifiesco. Si estos disconformes con el rumbo del país quieren su chairo, que se sienten a esperar el cúmulo de obras y proyectos que estarán concluidos a fin de sexenio.
“Habemus chairopuerto”