México, Oposición, Periodistas, Políticos mexicanos

Marchantes del fin.

«Y presté atención a todo lo que hacían esas personas que se llamaban cristianos, y me quedé aterrorizado».

León Tolstoi

¿Qué traman los jefes de Riva Palacio, López Dóriga y Beatriz Pagés que los pusieron a anunciar una crónica de muerte?

Coincide que los tres conforman un trío de plumas vendidas y bien pagadas por el cliente de turno y coinciden en que hoy están enojadas, tan solo en los últimos años López Doriga recibió $215 millones de los gobiernos que lo alquilaron, Beatriz Pagés 57 millones y Riva Palacio 31 millones. ¿Cómo no lo van a estar si se les secó la teta del presupuesto público?

Coinciden también en que los tres –y al mismo tiempo- advierten que en caso de que alguien ponche el globo que les encargaron inflar e inflar, urden que Palacio sería el culpable…

Coinciden finalmente en que, en un país que ellos y sus patrones incendiaron en violencia, al proponer lo que sugieren son unos miserables jugando con fuego.

Hablan de muerte los encubridores de muerte, hablan de muerte los que se alienaron, fomentaron con su silencio y encubrieron el genocidio que creó Felipe Calderón y su gerente Genaro García Luna.  Hablan los que en su trayectoria “periodística” callaron las masacres del prianismo: Acteal, Villas de Salvárcar, las desapariciones forzadas de los normalistas de Ayotzinapa, las de la comunidad de Allende, las ejecuciones extrajudiciales de Aguas Blancas y Tlatlaya, las acciones en Atenco… y esto solo por mencionar las más conocidas en el neoliberalismo del periodo de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto (que por cierto es el periodo en el que estos delincuentes de la comunicación se enriquecieron).

Que si nos quisiéramos ir atrás, con recordarles la masacre del 68 y el “halconazo” del 71, sería suficiente para que por dignidad guardaran silencio en conciencia de las consecuencias en México de los crímenes por razones sociales y de política que han llevado a cabo los gobiernos de derecha, sí, de derecha.

En México, la historia está plagada de crímenes a manos del Estado que los voceros mencionados arriba han callado y de los que son cómplices por ser tapaderas de la derecha. En México quien mata es la derecha.

Ni entendiendo la desesperación de los conservadores porque en cada elección se empequeñecen; ni deduciendo que hablar de un posible magnicidio sea su actual táctica engañabobos como lo fue aquella mentira de “”un peligro para México”; podemos aceptar que planteen una situación de tal gravedad sólo porque se les antoja, sin base alguna.

¿Y por qué hay que levantar la voz ante esta andanada de narrativa a la que ya se han plegado otros de la misma calaña: Ferriz, Belaunzarán, Hiriart, Marín, Ciro…? Porque ellos sí, son capaces de intentar crear una crisis política deshaciéndose de quien sea necesario; si ya lo hicieron en otras ocasiones, si asesinaron a su Ruiz Massieu (cuñado de Salinas); si desaparecieron a su Muñoz Rocha (diputado priista con harta información); si mataron a su Colosio (papá del junior que decidió ser comparsa de los asesinos de su padre); si tumbaron los helicópteros de  Juan Camilo Mouriño y Santiago Vasconcelos, y también el de Francisco Blake Mora (operadores de Felipe el genocida); si derribaron la aeronave con el secretario de seguridad foxista Ramón Martín Huerta; si lo hicieron con la gobernadora panista Martha Alonso y su esposo el ex gobernador (también panista por supuesto) Rafael Moreno Valle, etc. les es muy conveniente preparar la crónica de una muerte anunciada creando la ficción de que a este gobierno le interesa, conviene o podría actuar como ellos lo han hecho, que éste gobierno tiene algún interés en “acabar” con una candidata X, cuando la realidad dice que -si tuvieran una pizca de inteligencia y supieran contar lo entenderían- NO tiene la mínima posibilidad de ganar una elección.

Entonces, es importante recordarles: a) La 4T no es como ellos b) La 4T no mata c) Mata la derecha d) Matan ellos e) No incendien al país abatiendo al personaje de su trama f) Sean demócratas y dejen que las urnas hablen g) Respeten la vida de sus pares aunque el no hacerlo les reditúe ganancias.

¿Y sus seguidores? «Están como el chinito, nomás milando». No hay críticas al actuar opositor aunque sea para decirle que hay límites que están sobrepasando; cada vez es más patente la alienación a que les lleva el odio, la enajenación ante la falta de un “hacia dónde”. Cada vez es más claro que el avasallamiento del modelo de la 4T les torció el sentido de respeto a sí mismos; son borregos camino al precipicio social empujados por los representantes de unas élites que se burlan de ellos, que no les interesan, que les considera desechables, que el día que les convenga irán por ellos; son carne de cañón.

Bien, pues las cosas están así: el modelo de la 4T avanza, todas las encuestas, –t-o-d-a-s- dicen bien lo que sucederá en las próximas elecciones y ¡oh sorpresa! no es bueno para los reaccionarios, así que:

Tengan coraje para ser mejores, tengan miedo si los siguen manipulando, griten a cielo abierto que unos cuantos mafiosos están acabando con su bondad, no sean como ellos, ellos son los cerdos que se alimentaron de todo lo posible y ustedes son las víctimas camino al matadero, tengan responsabilidad por el futuro, no le teman a la libertad, a la igualdad y a la justicia, corran para su propia protección, sálganse de ese sótano mental al que los han llevado, que sean ellos los que se devoren a sí mismos y no ustedes, y sobre todo: No hay otro país para ustedes, es mentira que ustedes son como ellos, su aspiracionismo de imitación es un cuento de hadas que aquí acaba; el futuro es con nosotros, todos cabemos, no den más razones para ser despreciados, no den más razones para que la historia les recuerde con burla.

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2 comentarios en “Marchantes del fin.

  1. Avatar de Virginia Cárdenas López Virginia Cárdenas López dijo:

    Sabido es que la falta de talento de la oposición los lleva a urdir actos criminales, ya que su incapacidad para razonar, para proponer, para debatir con inteligencia, se ve rebasada por su mentalidad exterminadora y fascista.

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