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Si me dan a elegir…

“Si me das a elegir entre tú y ese cielo donde libre es el vuelo para llegar al olvido si me das a elegir, me quedo contigo”

Julio Cortázar. Rayuela.

Bien decía Aristóteles: «Solo hay una manera para evitar las críticas: no hacer nada, no decir nada y no ser nadie». La historia no es algo que nos pasa por el frente, por el contrario, somos ese proceso histórico; no es algo que “se hace”, es más bien algo que hacemos. Y en ese proceso, por simples razones naturales nos equivocamos, acertamos y fallamos. Así todas las personas, así las instituciones y así los gobiernos. No hay perfecciones, no hay inmaculaciones, no hay nada a prueba de error.

Hablemos de la 4T, hablemos del presidente, hablemos de este gobierno sexenal; ¿es perfecto?, pues obviamente no, obviamente no.

Aunque Enrique Krauze y camarilla le digan «mesías» al presidente, aunque la oposición endiose a López Obrador y le dé características absolutas y grandiosas, aunque lo vean hacia arriba y se deslumbren de lo que está sucediendo en esta transformación, no, no es impecable, no es la deidad que les atormenta en sus sueños, ni queremos que lo sea. Como no lo es ninguna persona y ningún proceso histórico (parece que hay que recordárselos).

Pero, como dijo Cortázar y canta Manu Chao: «si me dan a elegir… yo me quedo contigo».

Parto con un ejemplo: Martí Batres, nuestro jefe de gobierno que sustituye a Claudia Sheinbaum, le leyó la cartilla a la oposición en la Ciudad de México durante una conferencia de prensa hace apenas unos días: les dijo entre otras cosas que la ciudad no es conservadora y que seguirá siendo una ciudad progresista; argumentando su dicho les recordó que si hay matrimonio igualitario no es por los opositores sino a su pesar; les recordó también que si hay pensión para adultos mayores no es por ellos sino a pesar  de ellos; si hay obras de infraestructura es a pesar de ellos no gracias a ellos; si hay progresismo y una ciudad de avanzada es a pesar de ellos… ¿Esto significa que la gestión en la ciudad ha sido perfecta? No, obviamente no, pero me regreso a la poesía: si me dan a elegir…

Otro: Acusan que el presidente no es feminista y esté a favor de las mujeres; ¡lo dicen del primer gobierno paritario por excelencia, lo dicen del de los apoyos a mujeres y madres solteras, lo dicen de la izquierda que aprueba todos los derechos de la mujer! Y lo dice una derecha que representa el conservadurismo, ese sí, el enemigo histórico de las mujeres. ¿Y sin embargo, eso significa que todo está bien y todo está hecho al respecto? No, obviamente no, la tarea continúa.

El actuar del gobierno federal en estos 5 años en ningún momento ha sido acompañado por los conservadores, en ninguno, pan, pri y el residuo perredista se han opuesto –invariablemente- a los proyectos y decisiones de la 4T; de la mano que mueve su cuna, han votado en contra de todo, han intentado impedir -con legalismos y con ganar tiempo- vía amparos, las obras fundamentales de infraestructura, desarrollo y políticas sociales propuestas; todo es bloquear, todo es no, todo es sabotaje. Y sin embargo, a pesar de su obstrucción, la gestión se ha realizado, las obras ven luz, las políticas se implementan, el país se mueve, el país crece y avanza; no gracias a ellos, a pesar de ellos. Entonces, a su pesar, se vuelve más bien un timbre de orgullo, ver y saber que se hicieron y se hacen cosas, se gobierna; ¿hay fallas? sí, algunas, obviamente, obviamente. Pero, entre el inmovilismo del status quo propio de las derechas, entre el pasmo en el que quisieran que estuviéramos y ante su perplejidad por todo lo logrado; incluso, con los errores que hayamos cometido, con lo que nos falta por hacer, con la traición de por medio de algunos cuantos, con la premura de tiempo; a pesar de todo eso, si me dan a elegir…

El país que heredamos en el 2018, el que dejó el neoliberalismo, es uno saqueado, es uno completamente desigual, dejado en las manos del crimen organizado, deteriorado en sus sistemas educativos y de salud; nosotros lo sabemos, los opositores lo saben pero evitan la discusión, ya no digamos reconocerlo. Y si no hay un reconocimiento del estado de las cosas a la llegada de López Obrador no hay forma de apreciar todo lo logrado; así que eso pasará, que no lo reconocen porque partiría de que dijeran, sí, el trabajo de los 36 años previos, desde de la Madrid hasta Peña Nieto, fue una porquería, fue un drama de sucesos en contra del país, es una historia de pillaje, clasismo y odio a la Nación.

Por eso, si me dan a elegir, me quedo contigo, porque más allá de los resultados concretos y visibles, de obras, aeropuertos, carreteras, trenes, combate a la corrupción, manejo de la  economía; lo fundamental es que  la voluntad, la energía y las decisiones para revertir la calamidad heredada existen claramente. Ahí está el triunfo moral de este gobierno, en su disposición, en su decisión de detener la tragedia nacional y el derrumbe hacia la destrucción del Estado mexicano. No hay forma de comparar –por ser tan distantes-  lo que hicieron y habrían hecho si siguieran gobernando los personajes del pasado con lo realizado en estos 5 años; insisto, más allá de las obras, en la intención convertida en un cambio de paradigma que inició con aquello de “por el bien de todos, primero los pobres”

Que para el desastre ocasionado, los conservadores dicen que no tuvieron alternativa, para el fobaproa no tuvieron alternativa, para la complicidad con el narco no tuvieron alternativa etc. etc.… típico argumento de la derecha. En la izquierda les criticamos y les demostramos que las cosas pueden ser diferentes (eso sin contar toda la carga amoral que hay y hubo en sus decisiones); así, en esta dualidad de ver las cosas, se configura el campo ideológico que nos enfrenta hoy: la derecha defiende sus hechos y su palabrería, su riqueza inexplicable y  su clasismo mientras que en la izquierda hablamos de alternativas, de otra manera de actuar y enfrentar los problemas, incluso nos atrevemos a proponer utopías. Mientras que ellos mienten con descaro y desprecian la realidad y la objetividad, mientras que ellos hablan de teorías conspirativas sobre dictaduras inexistentes; la 4T realiza, hace, cambia, avanza, incide en un mejor país. Eso es lo que nos diferencia, así que, si me dan a elegir…

La transformación de México es un acto emocional que se mide (y no es contradicción medir la emoción) en el aprecio que marcan las encuestas al presidente y a sus resultados de gobierno; se mide también en los indicadores que dice que el siguiente gobierno también será cuatroteista; y se constata -para deleite y burla nuestra- en la «conversión al izquierdismo” de la oposición; Creel dice que es de izquierda, Xóchitl dice que es de izquierda, ClaudioX dice que es de izquierda, ya hasta los perredistas que votan por el PAN dicen que son de izquierda, esto que no es sino la vergüenza que les representa ser lo que son, es nuestro triunfo y en consecuencia su derrota moral.

La derecha existe y seguirá existiendo porque así es el mundo, siempre habrá un idiota feliz o un fascista actuante: por eso, sin duda alguna, la obligación ética de los ciudadanos es optar por un lado, no hay más, no hay medianía, no hay un pie aquí y un pie allá; es una decisión el elegir. La mayoría ya lo hizo conscientemente a través de su voto; otros cuantos por conveniencia, odio, negocios, medianía intelectual y rencores eligen otra opción; no tienen forma de tamizar porque su circunstancia les obliga. Y es aquí que en la izquierda debemos reconocer que hay un fracaso de nuestra parte: el no haber podido explicar cómo quitarse la venda al movimiento de wanabis que vive en la inepcia de entender que su manera de elegir es un tiro en su propio pie. Por lo menos recomendémosles a Nicolás Guillén: «Soldado, aprende a tirar…»

Si me dan a elegir, como lo hago porque puedo hacerlo en mi albedrío, yo me quedo aquí; a pesar de exclusiones, reclamos e indiferencias de algunos, incluso cercanos; el sentido moral que me invade al estar de este lado de la historia en este preciso momento de transformación, no lo cambio por nada.

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7 comentarios en “Si me dan a elegir…

  1. Avatar de Virginia Cárdenas Virginia Cárdenas dijo:

    Es indudable que además del buen criterio y el sentido común, para seguir apoyando la 4T, precisamos amor al prójimo, en primer y último lugar, con el contenido central de inteligencia (mucha), honradez, honestidad, disciplina, solidaridad, amor a la verdad y a la justicia, igualdad, libertad y fraternidad, entre muchos otros atributos que definen al ser humano como un ente moral e íntegro, por eso, también, si me dan a elegir, yo me quedo contigo 4T.

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  2. Avatar de Esther Lee Benavides Esther Lee Benavides dijo:

    Por supuesto que AMLO, no es Mesías, y no es » el Rey de Palacio», claro que ha cometido errores somos humanos.
    Vivimos décadas, muchas en las que los Presidentes NUNCA SE PREOCUPARON POR EL PUEBLO, POR ESO LES ES EXTRAÑO,QUE PRIMERO LOS POBRES,CON EL PUEBLO TODO, SIN EL PUEBLO NADA.

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  3. Avatar de Patricia Eugenia Reyes Baltierrez Patricia Eugenia Reyes Baltierrez dijo:

    Yo me quedo con AMLO y con la Cuarta Transformación.
    Excelente artículo.
    Sigamos haciendo HISTORIA.
    El triunfo en el 2018 fue el inicio de un largo camino que estamos construyendo.

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