4T, México, Moral pública, Oposición, Periodistas

Letrinus y los 40 ladrones

“Cuando se descubrió que la información era negocio, la verdad dejó de ser importante”  (Kapuscinsky)

A lo largo de la historia de México han existido comunicadores serviles, algunos disfrazados de intelectuales y otros de periodistas; el sexenio que vivimos no solo no es excepción sino es la confirmación -en grado máximo- de que hablar del “cuarto poder” tiene vigencia y que el dinero se convirtió en la pluma que entinta gran parte de los medios de comunicación.

En una segunda parte de ejemplos de comunicadores que por su inopia intelectual (como en el caso Alazraki presentado la semana anterior), y su inopia ética como en esta ocasión sucede, podemos advertir con claridad cómo intervinieron y se convirtieron en copartícipes del descalabro de la derecha en las elecciones pasadas. La derrota del mareo rosa no solo es de la candidata y de los partidos, lo es también del “periodismo” que se arrodilla frente al poder económico.

Hablar de esos comunicadores, que son ampliamente conocidos, que dado el resultado electoral del 2 de junio bien podrían ser dejados en el basurero de la historia al que se metieron, ¿tiene sentido? Sí, desde mi perspectiva que invita a la recordación de aquellos que con el poder de los medios pronto estarán de vuelta en pantallas y columnas como si nada hubiera sucedido. Una de las características de esos tinterillos es que aparecen una y otra vez, que permanecen por décadas en el espacio público al amparo de la mercadotecnia que les reinventa en una nueva historia.

Carlos Loret, el señor de los montajes; Latinus, batahola de delincuentes. Origen es destino.

Loret fue una de las estrellitas de Televisa por muchos años, con el tiempo se supo y comprobó que su carrera se construyó a base de mentiras: como reportero en Afganistán montó un teatro de guerra contratando un tanque, disfraces y artillería que se disparó “justa y precisamente” mientras él se presentaba en vivo en el noticiero que cubría el escenario de guerra. Sus propios compañeros desmintieron que los hechos presentados fueran reales y que tan solo fue una simulación actuada. Antes de descubrir la falsedad de la historia, el Sr. Loret vivía de la gloria de haber estado en medio de la guerra. Televisa por su parte lo encubrió.

En diciembre de 2005, en el sexenio de Vicente Fox, el marrullero periodista en asociación con Genaro García Luna –hoy encarcelado en NY, acusado de narcotráfico- gestaron un montaje en el que en su noticiero Primero Noticias se transmitió en vivo lo que se supone era una operativo para detener a una presunta banda de secuestradores conocida como Los Zodiacos, liderada por la ciudadana francesa Florence Cassez y el mexicano Israel Vallarta. Meses después el propio Genaro García Luna, tuvo que reconocer que se trató de una transmisión reconstruida, una mentira, lo que ocasionó que el caso llegara a la Suprema Corte y que ocasionara un problema diplomático con Francia. Florence Cassez quedó en libertad en 2013 por violaciones al debido proceso e Israel Vallarta sigue preso y sin sentencia, pese a que se demostró que se cometió tortura en su contra.

Loret participó también en el montaje del ex gobernador de Veracruz Javier Duarte para escapar de la justicia. Lo hizo también en la farsa de la niña Frida Sofía quien supuestamente estaba atrapada bajo los escombros del Colegio Rébsamen, en el sismo del 2017.

Y sin embargo, pese a esta forma de mentir a su público, y particularmente después de lo revelado por el propio García Luna sobre el caso Cassez, Loret siguió de estrellita, desprestigiada para muchos que sabíamos la ralea del vividor de mentiras, pero adorada por quienes gustan de ser engañados o simplemente ser desinformados.

Lo que hay que dejar muy claro, en el caso de este periodista, es que miente y que ese comportamiento sumado a su rating le ha permitido enriquecerse como pocos periodistas lo han hecho. Cientos de millones aparecen en cuentas de él, su esposa y familiares que hoy están siendo investigadas y que provocaron mejor tomara unas largas “vacaciones”, obviamente acusando a López Obrador de persecución política, bla, bla, bla.

En aquel paraíso de censura en que se desarrolló Televisa y otros medios, en el que los comunicadores jugaban el papel que correspondía a la orden del día, es decir que se hablaba de lo que les decía el guion, nunca veían anomalía alguna frente a los fraudes electorales y “democráticamente” criticaban a los gobiernos tan solo en las personas y momentos adecuados, la costumbre de cobrar por decir lo que se les instruyera, incluso plena mentira, se instituyó como la forma de hacer periodismo en México.

Follow the money, es cuestión de revisar la riqueza de los periodistas más populares para saber quién es quién; quién pompó como diría Chico Che.

Y esos periodistas y comunicadores son quienes dan pie a plataformas como Latinus.

Roberto Madrazo Pintado, ex gobernador y ex candidato presidencial del PRI, es la cabeza (vía familiares y testaferros) del portal Latinus.  Un odiador profesional recordado no solo por sus raterías al paso de las funciones públicas que ha ocupado sino también por hacer trampa en el maratón de Berlín del 2006 (perro que come huevos ni quemándole el hocico).

La plataforma de comunicación Latinus, activa desde el año 2020, con el afán de reunir a todos aquellos que se prestaran a denostar al gobierno del presidente López Obrador, entre otros: Denisse Dresser, Brozo, Aguilar Camín y Carlos Loret. Es financiada con recursos obtenidos de manera ilegal vía triangulaciones de gobiernos estatales a empresas fantasma; 4500 millones del gobierno de Silvano Aureoles en Michoacán, cinco millones de una empresa también ligada al mismo gobierno, aportaciones inexplicables de los gobiernos priistas y panistas del Estado de México, Hidalgo y Tamaulipas. Más de 107 millones han sido detectados que ha recibido este grupo.

Como en el caso del Sr. Alazraki de la semana pasada, en este caso también les salió el tiro por la culata; si su intención de existir, si su misión de empresa fue incidir en el resultado electoral del 2 de junio, fracasaron. El mensaje de odio una vez más naufragó; la sociedad mexicana en su mayoría no acepta que vividores de la mentira y la denostación pretendan dirigir la narrativa pública.

Como resultado: Latinus se apaga, Brozo se agazapa, Loret huye del país.

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