2024, México, Oposición, Xóchitl

Su no programa es su programa.

Los sabios hablan porque tienen algo que decir, los tontos hablan porque tienen que decir algo (Platón)

El 2 de junio hay elecciones, hay dos grupos opuestos entre sí, dos ideologías, dos formas de entender el mundo, dos visiones contrarias: una que propone y la otra que prefirió guardar silencio. Un silencio que avergüenza a sus votantes –o debiera hacerlo- porque les dice: no tengo nada que decirte, no tengo nada que ofrecerte, soy el pasado que agravió a este país, soy el pasado que te convenció de no pensar, soy el pasado visible dueño de la fábrica de pobres, soy el pasado que te deja sin esperanzas, soy el pasado que hoy te dice, una vez más, vota por mí.

La campaña de PRI, PAN y prd se sustenta en no proponer nada; proponer es la palabra con origen en el vocablo latino proponere  que alude a realizar propuestas, el prefijo pro (adelante, a favor) y el verbo ponere que nos habla de colocar o insertar, ideas en este caso. La campaña de los opositores no propuso nada, porque decir NO a todo, decir precisamente lo contrario del oponente a manera de llenar de palabras los espacios mediáticos, no es proponer. La abstención de pensar, de crear una narrativa de ¿por qué queremos gobernar? habla más del grupo de votantes al que se dirigen que de un planteamiento político. Definieron que sus votantes son mujeres y hombres pusilánimes a quienes no hace falta convencer de un proyecto porque se convencen a sí mismos en la simpleza del miedo sin sustento, en el reforzamiento de su prejuicio clasista y en el irracional wanabismo inducido en la (in)cultura sembrada por el neoliberalismo.

En el siglo XVIII se fundó una doctrina económica que dice que el sistema económico funciona mejor sin la intervención del Estado, es conocida como Fisiocracia. Explica que la no injerencia de los estados en asuntos económicos la resolvería una mano invisible por la cual la suma de los egoísmos responsables (así como lo leen) redundaría en beneficio de la sociedad y el progreso de la economía. De esta escuela surge la frase en francés “Laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même”,que ​en español se traduce: “Dejen hacer y dejen pasar, el mundo va solo”.

Políticamente, el resumen de la campaña del Frente rosa INE, de esa deleznable agrupación “Fuerza y Corazón por México” que presenta a Xóchitl Gálvez como candidata; representa un laissez faire, un no se muevan, algo nos caerá, la inercia política, los dineros de las élites económicas, el voto duro de los que cobran sueldos, canonjías y business de los partidos agrupados y –sobre todo- la masa de votantes desinformados que duermen en los laureles de la ignominia racional son esa mano invisible que les aportará la cauda de algunos millones de votantes.

Porque, ¡carajo! de qué otra forma entender que personas como cualquiera –que todos conocemos- jodidos económicamente, endeudados, arañando para poder llegar a la quincena, que ven las puertas de las Universidades cerradas para sus hijos, que ven que su mejor futuro es una empobrecida pensión, que ansían llegar a cierta edad para recoger un apoyo social, hoy se plantean votar por ese modelo depredador que representa la señora de las gelatinas.

Hay que reconocer que esa forma de hacer campaña, de NO hacer campaña, les funciona (con el resultado que tendrán y del cual nos estaremos burlando en tres semanas más) porque su perfil de votantes no requiere programa ni propuesta alguna. En alguna otra columna mencioné y lo reitero ahora: no solo nos encontramos con la peor candidata en la historia política mexicana sino con la peor oposición; el peor grupo de ciudadanos en la historia de la civilidad democrática del País. Hay que acordarse de este grupo, la historia les recordará quienes son, cómo se comportaron y cómo es que se hundieron en la desvergüenza de apostar por ser parte de un entreguismo a las peores causas. Al proyecto de quienes acuerpan a Xóchitl Gálvez le es suficiente con que cualquier mequetrefe crea que es “parte de ellos” y no se vea como ciudadano del fabuloso país que es México.

El arte es inútil, la filosofía es inútil, el civismo es inútil, hablar de valores es inútil, si dejamos que el mundo ruede -debe pensar la Oposición- la criba natural nos arrojará algunos saldos, algunos votos; eso debe ser suficiente. No construyamos nada, intentemos destruir al de enfrente, algunos muertos tendrá, algunos votos ganaremos. La poesía es inútil, decir como dice Acción Poética: “Basta de pensar mucho y sentir poco”, “Yo creo un mundo mejor”, “Algún día es mucho tiempo” es inútil; la pintura es inútil, la canción es inútil, que ninguno de nuestros “naturales” votantes se distraiga en pensar para que nos caigan unos votos.

En una veintena de días estaremos frente a las urnas, unos y otros, ese día en la noche unos nos iremos a dormir sonrientes sabiendo que inicia el segundo piso de la Transformación que busca un mejor país; otros se irán a dormir como lo hacen cualquier otro día: sin entender que no entienden.

Todos, eso sí, todos, con un proyecto que provee de nuevos derechos sociales y que acaba prácticas que provocaron pobreza y desigualdad. Todos con el derecho a cobrar mejores pensiones, todos con el derecho ganado a recoger su pensión de adultos mayores, todos con el derecho de recibir mejores salarios y mejores beneficios laborales. Porque para ese todos es que se construyó la propuesta del gobierno que encabezará Claudia Sheinbaum como hace 6 años se construyó la de López Obrador. Porque ese todos recibe y recibirá los beneficios de la Cuarta Transformación, aunque solo unos luchen por ellos y los otros voten por Xóchitl y lo que representa.

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