Golpe blando, México, Oposición

El chicle que no es chicle

“La estupidez insiste siempre.” Camus. “Lo más aburrido del mal es que uno se acostumbra.” Sartre.

El chicle que no es chicle es solo la muestra del alacrán que estos partidos y grupos le pusieron en el lomo a todos aquellos obligados a votar por su candidata, aquí lo advertí hace muchos meses: los reaccionarios mexicanos votarán por cualquier persona e incluso cosa que les pongan enfrente, dije, puede ser desde un cómico, un alebrije o una botarga (no erré en este último caso); su odio y falta de entendimiento a nuestra historia supera –por mucho- cualquier raciocinio que pueda caberles. Es un alacrán porque atenta contra ellos mismos, apoyar a esa candidata tan solo exhibe su miseria intelectual y -ahora vemos- moral.

Acostumbrados ya a la jerigonza verbal opositora, nos hemos curtido en “traducir” lo que dicen pero dicen que no dicen; en interpretar qué significa cuando dicen que van ganando aunque todas las encuestas serias dicen que van perdiendo; en dilucidar qué representa ser una candidata ciudadana cuando es propuesta, promovida, pagada, impuesta y administrada por los partidos PAN, PRI, y los grupos fácticos (aunque la señora de las gelatinas desconozca su existencia) que en lo último en que piensan es en la ciudadanía.

De esta elección no se levantan; no hay forma de que en el futuro no les digamos, shhh su candidata era ella y ustedes se dejaron, así que ahora vean como avanzamos con nuestro proyecto en el que ustedes no participan aunque también les beneficie; detrás de la barrera vean como aplicamos el plan C sin ustedes.

A cuatro meses de una elección que ven perdida, perdidísima digo yo, el mundo al revés y la negación de lo obvio es el entorno en que se desenvuelve la oposición; nos puede dar risa, da pie a la chacota el verlos que no atinan a proyectar algo, y sin embargo no nos podemos quedar ahí porque:

La señora es tan solo el distractor, lo que hay de fondo es algo mucho más serio… es la guerra sucia de este maquiavélico juego intervencionista al que las élites económicas internacionales, aquí representadas por el conservadurismo y la derecha mexicana, nos quiere arrastrar.

Una periodista extranjera difama al presidente pretendiendo intervenir en la política mexicana y la oposición la apoya…  ¿A quién sorprende que así sea? Los fachos son esa entelequia de ideas y narrativa con los que el país no cuenta para nada positivo, se convirtieron al paso de estos años en la rémora del futuro; no quieren al país sino solo sus recursos, están deseosos de ser colonia, lo mexicano les estorba, el mestizaje les asquea, el injerecismo del extranjero les complace, la soberanía les da risa.

Un ejemplo del coro actuante:

  • El 30 de enero se publica un reportaje de Tim Golden en ProPublica, que es una agencia de noticias en Nueva York, en acuerdo con la DEA (que hay que decirlo claramente, es la organización que dirige el narcotráfico en América) acusando al presidente López Obrador de recibir dinero del narcotráfico en 2006; no obstante el desmentido del gobierno americano surge el hashtag Narcopresidente.
  • A inicios de febrero la candidata de las gelatinas viaja a Estados Unidos y se reúne con el consejo editorial del periódico NYT. Aumenta el hashtag maledicente en cuentas bien identificadas ubicadas en diversos países del mundo.
  • El 8 de febrero el gobierno mexicano en voz del Presidente López Obrador denuncia una estrategia digital que usa cuentas robotizadas (bots) que son usadas frecuentemente para intentar desestabilizar gobiernos de izquierda u opositores a un capitalismo rapaz que busca saquear los recursos naturales de los países en beneficio de empresas y gobiernos extranjeros. La inversión en esa campaña digital se considera cuesta más de un millón de dólares por semana para mantener el comentado hashtag.
  • El 15 de febrero el libelo Latinus propiedad de Roberto Madrazo y su familia, en voz del corrupto y falsario Carlos Loret, publica un montaje en donde un embozado y supuesto narcotraficante dice que su grupo dio dinero a las campañas obradoristas (sin prueba alguna y sin importar que ni siquiera en una lógica de temporalidad pudiera haber sucedido). Se acrecienta el hashtag que por cierto es la única campaña y propuesta que realiza la oposición.
  • El 22 de febrero el periódico estadounidense New York Times publica un reportaje sin prueba alguna, acusando al presidente López Obrador y su familia de recibir dinero del narcotráfico. Una vez más el gobierno americano dice que es falso lo que ahí se dice, sin embargo el hashtag se mantiene y aumenta su promoción.

Esta es la verdadera campaña, no que la señora de las gelatinas pegue un chicle a la silla o su hija se saque un moco, la campaña es mentir sobre el gobierno actual y sobre el presidente para así pretender que el desánimo popular diga: todos son iguales, en referencia a que la oposición sí es –de manera probada, documentada e incontrovertible- liderada por narcotraficantes p.ej. Calderón, García Luna, Cabeza de Vaca etc. Pero se equivocan, no todos somos iguales, ni el presidente es narcotraficante ni quienes apoyamos este proyecto y a este país somos fachos (con lo que esta palabra implica, bien la explicó recientemente Germán Castro en una maravillosa columna: “facho en México designa cada vez más una psicopatología que una postura política”).

Si la oposición hubiera podido construir un plan articulado, tener un candidato medianamente decente y preparado, tal vez, solo tal vez, hubiera optado por hacer una campaña de ideas; pero al no hacerlo prefirió por ser parte de un golpismo blando que busca afectar al país y descarrilar al gobierno actual y futuro. Creer que sincronizar una campaña en medios y redes para desprestigiar al presidente y su familia; creer que con mentiras, reportajes inventados y sin pruebas básicas, con ataques digitales desde el extranjero, va a hacer que regresen sus privilegios es no entender a qué se enfrentan: al pueblo.

Si creen que una intervención de Estados Unidos es viable es no entender a qué se enfrentan: al pueblo.

A los fachos les da risa, aunque por dentro se frunzan, que les hablemos de pueblo. Pero ya se los ha dicho el presidente muchas veces, el pueblo es mucha pieza, el pueblo pone el pueblo quita; haberse olvidado del sustento democrático –la ciudadanía- les cobrará en las urnas.

No nos distraigamos en estos 4 meses, la señora seguirá haciendo su papel de boba, estemos atentos a lo que hay detrás de esa estrategia de manipulación mediática, que por cierto les ha servido de nada, porque las encuestas no cambian, si las elecciones fueran hoy arrasaríamos, los bots no votan.

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2 comentarios en “El chicle que no es chicle

  1. Avatar de Inocencio González Cortés Inocencio González Cortés dijo:

    Excelente análisis…hay que estar alertas porqué utilizarán todo lo sucio posible para atacar y desacreditar falsamente al presidente y al movimiento encabezado por la doctora Claudia…no hay que confiarse y hacer campaña para llevarla a ganar las próximas elecciones y continuar el segundo piso de la 4TRANSFORMACIÓN

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