2024, 4T, México, Política, Traiciones políticas

No están solos

El mejor momento en el amor es cuando el amante se va en taxi.

Foucault

El  fenómeno  de  la  polarización  política  pareciera  ser  uno  de  los  rasgos centrales de la disputa mexicana por el poder; las posiciones de  dos distintos modelos se extreman y diferencian cada vez más. Se pasó de un gatopardismo como el que hubo en el año 2000 con la llegada del “cambio” del panismo con Vicente Fox a una radical transformación de paradigmas sociales políticos y económicos a partir del 2018 con la llegada de López Obrador y la 4T. El futuro cada vez más cercano del 2024, pasa por la ratificación de la Cuarta Transformación con la candidata o candidato que seleccione para oponerse al retorno al poder y prácticas del proyecto y candidato que presente la oposición liderada por ClaudioX.

Permitir el regreso de quienes mal gobernaron y saquearon al país, no solo atenta  con los logros y avances de lo alcanzado en estos 5 años sino que representa la vuelta vengativa de quienes amenazan con liquidar a la izquierda y sus obras, sus líderes, sus seguidores; los que advierten con una “limpieza” a todo lo que les suene chairo, socialista, moreno y comunista.

La  derecha panista-priista, elitista y rapaz que quiere regresar a gobernar no es sino la combinación de la política del resentimiento conjugada con la demanda –como máxima aspiración- de desigualdad y de exclusión. La animadversión que le despiertan los beneficiarios de las políticas de bienestar, su odio clasista y racial, incluso xenófobo, su desafecto a las  costumbres, valores e identidad del otro; cuando ese otro es la gran mayoría de mexicanos; y a ellos hay que enfrentar, la lucha es contra ellos, no entre nosotros.

Los partidos políticos pueden fundarse y desaparecer, ganar o perder elecciones, pero el proyecto de un país en proceso de transformación, tiene –por necesidad existencial- que mantener su eje evolutivo en gobernantes que concuerden con la idea originaria del proyecto, en este caso la 4T. Si no se quiere el retorno al poder de la derecha y sus adláteres -incluyendo aquellos que se avergüenzan de decirse de derecha-, debemos de tener en el partido y coalición que formemos en MORENA con PT y PV un gran candidato para salir a votar y ganar arrolladoramente para que el conservadurismo se mantenga como una expresión minoritaria que represente exclusivamente a sus seguidores: aquellos de  ideas y opiniones contrarias a la educación sexual, a la historia, a la ciencia, aquella que niega las aportaciones del Darwinismo, Marxismo, Existencialismo y tantas otras contribuciones al conocimiento; aquellos intolerantes a la homosexualidad y a la legalización del aborto. Ellos, no nosotros.

Adán, Claudia, Marcelo:

Si tengo la suerte de que me corresponda ser encuestado para elegir a uno de ustedes, no tengo duda de por quién lo haré; pero también sé que sea quien sea la ganadora o ganador se convertirá de inmediato en mi candidato a votar el próximo 2024.

Todos (3 o 4) los que quieren ser “Coordinador de la defensa de la 4T” para después ser el candidato o candidata de MORENA se abren paso a codazos para ser elegidos en el proceso que el partido abrió para su escogencia. El resultado lo conoceremos el 6 de septiembre y con ello podremos apostar a que ese que obtenga la candidatura será quien suceda a López Obrador. Difícilmente en un proceso electoral democrático se sabe con tanta anticipación que partido ganará la siguiente elección como sí sucede esta vez, esto explica la desesperación y el desbocamiento en esta recta final de por lo menos uno de los participantes en esta lid electoral.

En este escenario, tan favorable para la Cuarta Transformación, nos enfrentamos a una organización con fines de lucro (a costa del presupuesto nacional) como lo es el Frente Amplio por México que comanda Claudio X y que aglutina a PAN, PRI, prd, televisoras, medios de comunicación, freenistas, wanabis y demás fierro viejo que vendan, conocido desde hace unos años como la infame oposición a la 4T; estos nuevos bárbaros que desde el 2018 ansían derrocar al presidente López Obrador y que (aun con el beneplácito, patrocinio y bendición del crimen organizado, de la Iglesia católica y de élites económicas) ante a su evidente fracaso elección tras elección, se preparan para dar su última batalla, una que aunque anunciada como derrota, intentará sumar un grupo suficiente de diputados y senadores para impedir que en el próximo gobierno se avance en el proyecto transformador que estamos iniciando. Para este fin, como en cualquier manual de guerra, ClaudioX y sus diezmadas huestes hará correr de sus billeteras millonarios recursos, desplegarán campañas de mentiras, utilizarán las argucias legales a su alcance e intentarán dividir nuestro movimiento. Vale la pena releer a Sun Tzu: “Para ocupar un lugar, divide a tus tropas. Para expandir tu territorio, divide los beneficios”  (El arte de la guerra)

¡Dos escenarios! –La ética social, valores de justicia, igualdad y fraternidad de un lado y la arrogancia, rapacidad y clasismo del otro– unos frente a otros- no hay más enemigo, me pregunto entonces: ¿Qué carajo están haciendo al pelear entre sí los grupos de Morena que prefieren a uno u otra candidata? Los estamos viendo, la militancia está atenta a los movimientos de los precandidatos; por una parte les decimos que no están solos, que los ataques de fuera son fuertes y que arreciarán pero que estamos con ustedes, no están solos  y apoyaremos a quien gane, pero también les decimos no están solos en  cuanto a que no permitiremos que alguno pretenda traicionar a la militancia, nada de chantajes de alguno que no gane, nada de derechos adquiridos, nada de merecimientos porque sí. Morena es más que cualquier individualidad, la Cuarta Transformación es más que cada uno de los que participamos en ella, incluidos ustedes.

Si pensamos en quien tiró la piedra, no acabamos. Que si promoción de libros (porque todos llevamos un escritor fantasma en nuestro corazoncito (sí, sí es crítica)) que ni vendiendo todos y más alcanza para sus espectaculares que los promocionan; que ya salí en una revista que nadie conoce y “la revista” pone anuncios, vallas y publicidad en todo el país; que “amigos” pintan bardas promocionándome en todo el país; que si las encuestas de unos y otros; que si no se cumplieron los acuerdos para esta forma de elección interna. ¡Nos tienen hasta la madre!, ya párenle; y si no, no anden de llorones insinuando chantajes. Es hora de que también ustedes sepan que aun con la corona de laurel que ya ven portar, hay una enorme ciudadanía que apoya este proyecto y no permitirá que lo desgarren. Véanse en el espejo de los traidores, vean el tamaño de la caída de quienes en medio de su inmensa soberbia, creyeron que la fuerza era de ellos y no del movimiento.

Cuando digo que la 4T es más que cada uno de los que participamos de ella es por la razón más obvia; porque ésta contiene una idea que nos abarca pero que nos sobrepasa; una idea que está para recordarnos a todos que la gente es lo primero; que la gente es todos y no solo una clase de gente privilegiada; es todos y particularmente los más pobres. El futuro del movimiento pasa por la realidad de que la necesidad de la transformación sigue siendo tan grande como lo fue en el 2018; de hecho tan grande como lo es la necesidad histórica de acabar con la pobreza y la desigualdad en México. Habita también en el hecho de que las élites económicas están a la espera de nuestro fracaso para devorar, una vez más, la rebanada grande del pastel. Reside también en que el conservadurismo y sus supeditados ansían nuestra caída para regresar al mundo de hambre, violencia e inequidad para la mayoría –que no serán ellos por cierto-.

La inhumanidad del modelo neoliberal no puede regresar, para eso y por eso es este movimiento, uno o una de los que hoy pelean entre sí es quien continuará la labor realizada a partir del 2018; ¿en verdad alguien piensa que hay espacio para poner en riesgo el futuro porque su arrogancia es mayor que los valores con que construimos este movimiento?

Sean agradecidos por la oportunidad de estar en donde están; no olviden la máxima: el pueblo pone el pueblo quita. Ojalá y entre ustedes se pongan de acuerdo y avancen juntos, cada uno puede jugar un papel importante acompañando a quien resulte ganador; su incapacidad de entenderse asomaría la ruptura que muchos desean; la contención para que no suceda la daremos, como siempre ha sido, desde abajo; el pueblo en acción no dejará pasar su soberbia.

¿Será que uno de ustedes nos va a traicionar?, en ese caso me remito a la cita de Foucault con la que inicio esta columna.

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