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Crónica para un joven desencantado

«…sobre todo les queda hacer futuro a pesar de los ruines de pasado y los sabios granujas del presente.» Benedetti.

Una generación, como la mía de +- 60 años, tiene por necesidad que entender que la generación que votará por primera vez tiene intereses distintos, una visión de país diferente, problemas diferentes que los que nosotros tuvimos a su edad, e incluso me atrevo a decir una cosmogonía diversa a la nuestra. El cómo llegamos nosotros a nuestra decisión de por quién votar no es igual a la suya, es distinta aunque puede haber algo que las une: la razón.

Los 40 o 50 años que nos separan representan un torbellino de eventos difícilmente comparables (en número y velocidad de cambio) con otro momento del pasado. La razón principal es el efecto de los medios de comunicación, redes sociales e internet y en general todo lo relacionado a comunicación porque también la factibilidad de movilidad y de viajar es distinta.

Jóvenes que votarán por primera vez este 2024. La generación –catalogada como Z- se comunica diferente a como lo hicimos nosotros, se informa distinto y sus intereses son distintos.

No pretendo “jovenearlos” precisamente porque hacerlo es lo que aleja el diálogo intergeneracional que (la posibilidad de diálogo) -desde mi perspectiva- es uno de los logros de la Cuarta Transformación. Hablar de las cosas que sí nos interesan a todos; y hablar de manera diferenciada de las cosas que les interesan a adultos mayores, a adultos, a jóvenes, y a niños.

Yo (hablo de mi caso para contrastar un antes con un ahora) he votado en 7 elecciones para elegir presidente, la primera a los 20 años, y fue hasta la séptima que resultó ganador la persona por quien yo voté. Las 6 anteriores viví la frustración de que fueran en cada caso representantes del neoliberalismo porque justo esos 6 periodos anteriores son los que representan los 36 años de neoliberalismo en México; esos de De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.

¿Qué significó ese periodo de 36 años? ¿Ese periodo de políticas neoliberales? Su resultado fue: corrupción, fraudes, inflación, represión, enriquecimiento ilícito de funcionarios, clasismo, condonación de impuestos a empresarios “amigos”, censura, desaparición forzada de personas, desvíos de recursos, torturas, privatizaciones, nepotismo, traiciones, incrementos de impuestos, rezago en el campo, prensa vendida, guerra sucia, matanzas y un largo etcétera que explican por qué  hoy estamos como estamos, revela cómo es que se llegó al 2018 en que ganó el presidente López Obrador con un porcentaje tan amplio que fue imposible le hicieran fraude electoral.

Pero así como para mí lo obvio era oponerme a las políticas neoliberales (entreguismo, individualidad, corrupción, alianza con el narcotráfico, desigualdad) y por lo tanto votar por los opositores a ese modelo; parte de la población decidió votar a favor de esas políticas que ahora con el paso de los años se comprueban fueron desastrosas para México. Eso es lo que yo viví siendo joven, y hablo de ello para mencionar la razón de mi decisión de voto al momento de presentarme a las urnas, una razón con una carga ideológica propia de mis decisiones e intereses personales y sobre todo de mi entendimiento de los “hechos” que me fue tocando vivir.

Por otra parte debo decir que también influyó el contexto familiar, en ese entorno de familia yo aprendí de liberalismo porque esa es mi historia familiar; mis ascendentes fueron liberales que lucharon, incluso perdiendo la vida defendiendo la República de las invasiones extranjeras, y estando al lado de Don Benito Juarez, y acompañando al presidente Carranza en la Constitución de 1917; invariablemente del lado liberal, nunca del lado conservador. Así esa historia familiar provocó de manera natural que en casa la idea de vida era una en la que se pensaba en el todos, en la libertad, en la justicia, en la fraternidad y otros valores, siempre alejados de ideas de clase o raza. Entonces, este segundo elemento, la familia, también acompañó mi decisión de voto. Pero cada quien.

Y hay una tercera razón y es el futuro; en mi caso el futuro que me preocupa tiene que ver más con mis hijos que conmigo. Pero el futuro no es sino la historia sumada a la siembra de hoy; no hay un futuro distinto de las decisiones de hoy y distinto del contexto histórico en el que se plantea.

México se convirtió, por causa del neoliberalismo, en un país de simulaciones; llevamos décadas haciéndolo, el mundo está diseñado para que prefiramos no saber. Así que ahora, de repente, ¿alguien se sorprende que las figuras políticas del PRI y PAN que incidieron de manera directa en buena parte de los problemas del país sigan siendo postuladas, enaltecidas y aplaudidas porque hemos aprendido a ignorar? Eso es el presente que no reconoce la historia y por eso es que no les extrañe oír que los opositores al gobierno actual dicen que hay que ver al futuro y dejar de hablar del pasado. Es una bonita forma de decir no miren lo que hicimos y vean las maravillas que les prometemos.

Pero si eso es pasado, la decisión de un joven para votar tiene que ver con futuro, ¿Qué hay para mí se deben preguntar?, ¿Qué sigue? Trabajo, Cultura, Ciencia, Ecología, Feminismo…

Trabajo: ¿Sí saben que por años se tuvieron políticas donde se prefería la contratación de trabajadores vía outsourcing para no pagar prestaciones sociales? Y que se modificó la ley de pensiones en los gobiernos priista de Zedillo y panista de Calderón para que al jubilarse reciban unos cuantos pesos por toda una vida trabajada. Y que se pagaron –por décadas- salarios mínimos insuficientes. Sí, eso hizo el neoliberalismo; y la diferencia es que el proyecto actual modificó esas políticas y leyes, se limita el outsourcing (como resultado las personas que tienen seguridad social al cotizar en IMSS e ISSSTE representan el número más grande en la historia; los salarios aumentaron más del 100%, se aumentó el número de días obligatorios de vacaciones. Hay diferencia entre votar por uno y por otro; en ambos casos hablando de realidades, no de ofertas de futuro (que cuando estuvieron en el poder no ejecutaron)

Cultura: ¿Sí saben que por años las becas relacionadas con cultura fueron repartidas por los mismos y entre los mismos, que los presupuestos se gastaban en comprar miles de revistas mensualmente a los “intelectuales” que apoyaban a los regímenes del momento, que el dinero se repartía en prebendas y chayotes a periodistas para que dijeran lo que el jefe de turno quería que se dijera? Que se gastaba el presupuesto en lo que para ellos es “alta cultura” y se ignoró la cultura real, la que hace la gente. Y que, a diferencia, hoy se apoya a miles de proyectos para que creadores independientes desarrollen sus actividades. Hay diferencia entre votar por un proyecto y por otro.

Ciencia: ¿Sí saben que los recursos destinados a Ciencia (siempre insuficientes) se repartían a las grandes empresas privadas para que desarrollaran, por ejemplo, mejores sabores para salsas y empaque de pizzas? ¿Y a las empresas automotrices para que mejoraran la pintura de sus carrocerías? Pues de ese tamaño es la locura de quienes dicen que ahora no se invierte en ciencia, NO se invierte en esa ciencia, ahora se invierte en ciencia básica, proyectos de universidades y centros de tecnología, es decir que se terminó con la simulación en el sector. Hay diferencia entre votar por un proyecto y por otro.

Ecología: el cuento del día es que no hay atención al problema que representa el cambio climático, a la deforestación, a la falta de agua. Más allá de que es falso o por lo menos incompleto, la contraparte que no les gusta decir es que durante el neoliberalismo se enajenó gran parte del territorio a la minería extranjera, que se acordaron inmensas concesiones de agua a empresas privadas, que se deforestó y permitió el cambio de uso de suelo para beneficiar negocios inmobiliarios; hoy es distinto, hoy hay programas de siembra, de recuperación de aguas, de cancelación de concesiones producto de corrupción; el Tren Maya que hoy denuesta la oposición es un proyecto que tiene un sentido de futuro, claro que afecta el entorno porque así sucede con cualquier obra de infraestructura; pero hay un criterio científico que protege el área. El aeropuerto de Texcoco que tanto extrañan se canceló, entre otras razones, porque ecológicamente representaba un desastre ambiental para el Valle de México. Hay diferencia entre votar por un proyecto y por otro.

-Feminismo: La derecha, ni en México ni en el mundo, ha estado en favor de las mujeres, nunca. El panismo ha bloqueado cualquier iniciativa en favor de la legalización del aborto, ha votado en contra de los derechos de las comunidades no heterosexuales, esos son datos. En cambio hay un proyecto actualmente, que no solo cumplió con dar paridad en las posiciones políticas sino que ha establecido políticas en beneficio de las mujeres, muchas, tanto en gobiernos locales como el federal.  Hay diferencia entre votar por un proyecto y por otro.

Y  podría seguir y seguir dando ejemplos de porque es sustancial la diferencia entre unos y otros, entre las dos opciones que actualmente se presentan. Cada joven decidirá su voto, su razonamiento le hará optar por una de las dos opciones en juego (la tercera Movimiento Ciudadano es un chiste).

México tiene muchos retos, hay miles de tarea por hacer, nada está acabado y todo es perfectible, pero volver al pasado es la peor decisión que cualquier joven puede tomar.

Los jóvenes saldrán a votar, cada uno por sus propias razones; sin duda estará presente su historia personal, su familia, su entorno, sus preocupaciones; más allá de cualquier motivación si piensan en su futuro y no en lo que les digan las televisoras y redes que ocultan el pasado, su voto les hará la diferencia porque más allá de un resultado –que se presenta ya cantado en donde Claudia Sheinbaum, la universitaria, doctora en ciencias, co-Nobel por estudios de cambio climático será la próxima presidenta- la idea del país que quieran construir se suma a la de millones otros ciudadanos, y así es como se hace la democracia, no solo votando sino acompañando un proyecto.

El 2 de junio hay un proyecto, el de Claudia Sheinbaum, reto a cualquiera a que nos diga cuál es el de la Sra. Xóchitl que no sea el regresar al pasado.

Si yo puedo dar un consejo a los jóvenes que votan por primera vez, es: con la derecha ni a la esquina. Si es verdad que les preocupa el futuro, con la derecha ni a la esquina.

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